La historia de vida de un hombre que le dio pelea al cáncer y ganó

Jorge Padín cuenta cómo luchó para superar un pronóstico que hace más de 15 años le auguraba tan solo uno de vida





En junio del año 1997 Jorge Padín se casó. Sin embargo, sus planes de felicidad se vieron oscurecidos por un malestar de salud y unos síntomas que pronto derivaron en un diagnóstico de cáncer de colon. Con tan solo 32 años, Jorge recibió lo que él mismo calificó como “un baldazo de agua fría”.

“Me hice la cirugía en octubre de ese año y estudios posteriores determinaron que tenía una pequeña metástasis en el hígado. Hice rayos y quimioterapia que no dieron los resultados esperados. En Abril de 1998, el cirujano me hizo una tomografía que arrojó que la metástasis en el hígado era muy grande. Fue un baldazo con agua más helada todavía”, recordó.

Jorge reconoce que, en ese instante sintió mucho miedo, angustia y su familia también se puso muy mal. En ese momento, los pronósticos de vida eran aterradores: tan solo 13 meses. “Ya tenía la sentencia de muerte firmada”, aseguró a “Trópico de cáncer” en Radio Arinfo.

“Yo solo quería seguir adelante, curarme y vivir, pero estaba destruido y sin ánimo. Entonces, una amiga de la familia, que también era paciente, me habló de la Fundación Apostar a la Vida. Pensé que allí me iba a encontrar con un lugar triste, pero me sorprendió para bien. Me encontré con gente luchadora, con una garra terrible. Ellos fueron grandes maestros para mí”, destacó el hoy coordinador del espacio.

El ir a los grupos de la Apostar a la Vida también convenció a Jorge de cambiar de médico. El nuevo profesional que lo atendió le dijo que el tema “estaba complicado” y que debía hacer quimioterapia nuevamente. Fue a fines de 1998 cuando comenzó a mejorar.

“En octubre de 1999 me dijeron que ya estaba listo para operarme el hígado y al mes siguiente me sacaron el 65% de ese órgano. En el posoperatorio tuve complicaciones: se me infectó un pulmón y tuve que volver al quirófano. Había un gran riesgo, pero yo le dije al médico que hiciera lo que tuviera que hacer, que yo también iba a hacer mi parte”, relató.

En enero del 2000 Jorge salió de alta, pero la situación no iba a mejorar: “En ese momento, a mi mujer le detectaron un bulto en una mama. Tuvo dos cirugías, hizo tratamientos de rayos y quimioterapia”.

Tras mucho dolor y angustia, la esposa de Jorge también puso superar el cáncer y, luego de 14 años, jamás ha tenido una recaída. Pero, lo mejor estaba por venir.

“En 2001 nos enteramos que íbamos a ser padres, aún cuando nos dijeron que no lo intentáramos por los problemas que ambos habíamos tenido. El 15 de marzo de 2002 nació Mayra. Yo me la jugué por la vida”, remarcó el coordinador de Aportar a la Vida, que en 2011 fue nombrado fue nombrado Embajador Global de Cáncer por Argentina ante las Naciones Unidas para formarse y realizar gestiones.

Finalmente, Jorge dijo a Radio Arinfo: “La medicina tradicional me ayuda, pero sobre todo influye uno mismo. Yo hice un cambio rotundo: comprendí que el cáncer no era sinónimo de muerte, sino una segunda oportunidad en la vida. Cambié actitudes y pensamientos negativos.  Si uno es perseverante, eso da resultados”.

“Siempre tuve claro que no tenía certezas ni garantías, sino una oportunidad. Me dispuse, me dije que la vida era lo más importante para mí y la peleé con todas las herramientas. Puse el 100% de mí”, concluyó.

 


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