“Las mujeres han salido del hogar pero los hombres no han hecho lo inverso”

En su libro “De la cocina a la oficina”, la escritora Marilén Stengel habla de los desafíos que impone el mundo laboral a las mujeres y concientiza sobre la importancia de compartir las tareas domésticas




“De la cocina a la oficina. Qué ganan y qué pierden las mujeres que trabajan”, es el título que lleva el sexto libro de Marilén Stengel. De todos ellos, cinco han estado dedicados a la temática de la mujer.

“Nos encuentros fascinantes a las mujeres. Somos muy interesantes. A través de los años, me doy cuenta que siempre hay aspectos en los que vamos cambiando, no solo por cambios de paradigmas, sino porque hemos recorrido un largo camino”, reflexionó la autora.

Respecto a esta reciente publicación, comentó: “Entre la cocina y la oficina pasaron un montón de cosas. Hoy en día, las mujeres que trabajan y, afortunadamente, ya no tienen que explicar para qué ni por qué lo hacen. Pero la realidad no nos sentimos del todo conformes en las organizaciones en las que trabajamos porque no terminan de ser suficientemente amigables para el proyecto femenino”.

“Muchas mujeres se encuentran con que hicieron el camino de salida del hogar para aportar efectivo a la familia. Pero todavía muchas se encuentran con que los varones no han hecho el camino inverso, el ir de la oficina a la casa, para aportar ‘afectivo’. Los hombres, tradicionalmente, en un modelo ya resquebrajado, aportaban el efectivo y las mujeres lo afectivo. Hace casi un siglo que nosotras proveemos las dos cosas y empezamos a pedir, hace 40 o 50 años, que ellos entren a la casa y sean realmente co-equipers, que aporten este afectivo tan indispensable para la familia. La presencia paterna en la vida de los hijos y las hijas es fundamental”, remarcó Stengel.

La escritora aseguró que uno de los mayores problemas para las mujeres en la actualidad es el poder dedicarse como realmente quieren a su trabajo si no tienen un verdadero compañero que comparta las tareas en el hogar.

“Las mujeres que más contentas están en su vida, en general, son las que tiene un marido que es un par, que se ocupa de los chicos y de la casa a la par. Que van en un 50 y 50. Es impresionante ver el grado de satisfacción de esas mujeres en relación a otras que están muy solas”, sostuvo.

En esa línea, cargó contra las mujeres machistas: “Replican este modelo ya resquebrajado pidiéndole solamente a sus hijas que laven los platos o que tiendan las camas, en lugar de que los hijos también hagan tareas del hogar. Es fundamental que el hijo se enamore de una pareja en el futuro no porque la necesita sino porque quiere estar con ella. Si puede gestionar su propia vida, sabiendo las cosas básicas de la cocina y de la casa, ese varón va a elegir una pareja porque quiere compartir un proyecto, no porque necesita alguien que le gestione la vida cotidiana”.

Stengel contó que las mujeres entraron masivamente al mundo del trabajo extra-domestico a principios del siglo XX y que empezaron a ascender a posiciones más destacadas a partir de 1970. En ese lapso hasta el día de hoy, han demostrado muy exitosamente que son capaces, que pueden trabajar bien en lo técnico y que se destacan como líderes.

Según informes de la ONU y de la OIT, en el mundo solamente dos de cada diez mujeres llegan a puestos gerenciales o de directorio. De los 193 países reconocidos por ONU, solo doce son gobernados por mujeres. Hay un paralelo entre la participación política y el grado de posibilidad de ascenso que las mujeres tienen tanto en organismos públicos como en privados. En privados, en Argentina, hay menos mujeres en puestos de decisión, solo un 12%, contra 88% de varones.

“La mayoría de las mujeres que entraron a organizaciones tuvieron que ‘mimetizarse’ con los hombres. Sentían que tenían que justificar su presencia porque, hasta entonces, en el 99% esta presencia era masculina. Las primeras que llegaron a un cargo de liderazgo no pudieron cuestionar las condiciones de las organizaciones a las que entraban. En los 80’ aparece el primer libro sobre liderazgo femenino, que habla sobre este ‘fenómeno nuevo’ de mujeres que empiezan a ser gerentes, que lideran equipos y que comienzan a cuestionar la manera de liderar tradicional. Ellas comenzaron a introducir diferencias como un estilo más cooperativo en el que el objetivo básico es la calidad en lugar del éxito. También son equipos más achatados y horizontales, con más paridad y mayor nivel de libertad en decisiones que se toman para llegar a objetivos. Se trabaja más en red”, señaló la escritora en diálogo con “Con ojos de mujer” por Radio Arinfo.

Stengel consideró que no hay un “liderazgo femenino”, sino que hay “hombres líderes y mujeres líderes”. En ese plano, valoró que hombres como Steve Jobs o Bill Gates admitieron que tomaron sus ideas de liderazgo de este nuevo modelo planteado por las mujeres.

“Hoy hay cambios respecto de posibilidad de las mujeres de ascender y llegar a lugares destacados. La pregunta es ¿para qué? o ¿por qué es importante? si no estamos del todo de acuerdo con algunas formas de trabajar en las organizaciones, como el tener un piso de 9 horas con posibilidades de viajes u horas extras”, se planteó la también coach y consultora.

Asimismo, continuó: “¿Cómo hace una mujer que quiere tener hijos para compaginar esta demanda? Si no queremos criar a nuestros hijos a control remoto, abdicar de nuestra vida personal, dejar de tener una pareja o tener algo de tiempo de ocio, hay muchas cosas que pensar. Las organizaciones deben cambiar muchas cosas. Cuando una mujer llega a puestos gerenciales debe pensar: lo que le pedimos a la gente, ¿es humano? ¿es realizable? ¿estamos mirando a las personas? Las mujeres nos debemos un trabajo importante de debate con otras mujeres y también con los varones para ver cómo cambiar a estas organizaciones que tiene una estructura tradicional. Esto ya se está haciendo en Europa, con el trabajo desde casa y los horarios flexibles por el cumplimiento de objetivos”.

“Tenemos que pensar qué podemos hacer las mujeres desde nuestros lugares para cambiar y mejorar los espacios en los que trabajamos, no solamente para ganar nosotras, sino para que los hombres también tengan vidas que les permitan criar a sus hijos y no despedirse de ellos a la mañana para volver a verlos recién el fin de semana. Ellos también sufren mucho con esta situación y los hijos tiene derecho a estar con sus madres y padres. Mi propuesta en este libro es qué podemos hacer para que hombres y mujeres tengamos vidas más ricas y plenas en el trabajo y también en la vida privada o familiar. Hay q proponer los cambios que el mundo necesita”, concluyó Stengel desde los micrófonos de Radio Arinfo. 


Escuchá "Con ojos de mujer" los martes de 14 a 15 horas por www.arinfo.com.ar


 
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