“Las personas mayores tienen más conciencia verde que los jóvenes”

Sergio Abrevaya analiza los resultados de un estudio sobre prácticas y comportamientos que encargó el Consejo Económico y Social de la Ciudad





Recientemente se conocieron los resultados del estudio que el Consejos Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires encargó a la consultora Poliarquía sobre agenda verde. La investigación se basó en una serie de indicadores que construyen un índice anual o semestral de prácticas verdes en la Ciudad, a través del cual se puede medir si estas evolucionan o empeoran.

“Se han medido comportamientos. Uno de los indicadores tiene que ver con apagar la luz cuando uno se va de un cuarto y no queda nadie. Otro es si se cierra la canilla cuando uno deja de lavarse los dientes, es decir, comportamientos básicos de ahorro de energía. Por supuesto, también se analizó el tema de la basura: si se separa, si se utilizan bolsas de plástico o se lleva changuito, etcétera”, explicó Sergio Abrevaya, Presidente del Consejo Económico y Social y precandidato a Jefe de Gobierno por UNEN.

Uno de los resultados que arrojó la investigación es que, en las personas mayores, la conciencia de la práctica verde es mayor que en los jóvenes.

“Eso es raro porque se cree que los jóvenes han emprendido la tarea de cuidado del plantea con mejores prácticas para cuidar su entorno. Sin embargo, no es así. En todo lo que tiene que ver con aparatos modernos, resulta más fácil dejarlos encendidos que apagarlos y volverlos a encender. La lógica cultural moderna en electricidad es no ahorrar. Son otros consumos en término de cuantificación. En cambio, los mayores heredaron comportamientos de ahorro quizá por lo económico en su tiempo”, reflexionó Abrevaya en diálogo con “Urba-NOS” por Radio ArinfoPlay.

Entre los mayores consultados, un 73% dijo que ahorra energía eléctrica, mientras que solo el 54% señaló que ahorra agua.  Esto está relacionado a que la luz se cobra por medidor y el agua no.

El estudio también permitió vislumbrar que la mujer es mucho más cuidadosa y que cumple más que el hombre en relación a los preceptos del comportamiento responsable.

“Teniendo todos esos indicadores, el índice general da 6 de 10 puntos. Si se toma solo la franja etaria de los mayores, da 6.8, es decir, es más alta que la media. Uno aspira a que todo esto se acerque al 10”, confió el Presidente del Consejos Económico y Social.

El resultado que se desprende de estos datos es que los cambios culturales dependen de las campañas de concientización que se realicen, algo que deberá ser atendido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En ese marco, las acciones que se emprendan deberán ser pensadas de manera diferente para jóvenes y mayores, y para mujeres y hombres.  

“En la Ciudad no ha habido campañas fuertes para ahorros energéticos. Ha habido más campañas en relación al tema de la separación de basura, aún cuando los vecinos plantean que son pocas y que no les quedan claros los mensajes. Las campañas no alcanzan porque cambiar comportamientos implica modificar algo que es mecánico. En basura, por ejemplo, tenemos incorporado el comportamiento del desecho: lo tiro porque no sirve y después se ocupa el Estado de lo que se hace con eso. En cambio, la basura, desde el punto de vista del paradigma moderno, es un insumo para la producción. Desde ese lugar, la campaña requiere dos partes: una que diga que hay que separar porque es bueno para el planeta y otra que diga que hay que hacerlo porque sirve para la producción. Así es posible cambiar el comportamiento. Esa campaña que plantea el nuevo paradigma en relación al desecho aún no existe”, analizó Abrevaya desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.

El Consejo Social y Económico de la Ciudad viene realizando este estudio junto a Poliarquía desde agosto de 2014. Estas han sido las primeras mediciones y seguramente se retomará el trabajo en abril para una segunda medición. El objetivo es registrar sise producen cambios en las prácticas y analizar qué campañas hay que hacer.

Además, se realizó otra investigación relacionada al tema del tránsito, que también hace a la sustentabilidad. En sus resultados se pudo observar que el porteño tarda un promedio de 78 minutos cada día en transportarse ida y vuelta al trabajo y que, en general, existe una mala opinión sobre el tránsito. Este estudio también será retomado en marzo.

 


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