“Las violaciones a los derechos humanos no han terminado con la dictadura”

Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, denuncia la violencia institucional contra los jóvenes y pide un cambio en los organismos de derechos humanos





Durante el 2014, Vanesa Orieta logró tener una respuesta que esperaba tener hace casi seis años: saber que pasó con su hermano, Luciano Arruga. El cuerpo del joven, que había desaparecido en el año 2009, fue encontrado enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita luego de ser atropellado en la General Paz en la misma noche en que desapareció tras ser abordado por la policía. Meses antes, Luciano se había negado a robar para una banda de uniformados.

“Desde la apertura de la democracia hasta hoy, los casos de violencia policial contra los jóvenes son frecuentes. Siento que a medida que van creciendo las estadísticas de jóvenes asesinados, se hace más fuerte la lucha de los familiares y hay más unión a la hora de organizarse para salir a denunciar. Poco a poco, esto se va haciendo visible, lo que permite que la sociedad en su conjunto entienda que existe una nueva forma de violencia de Estado que apunta a un sector particular, que son los empobrecidos”, sostuvo Orieta.

En esa línea, amplió: “Lamentablemente, hay que hablar de casos de jóvenes que son secuestrados, que no son identificados en los libros de guardia de las dependencias policiales, que son torturados como en la dictadura y también hay desaparecidos y muertos por gatillo fácil. Según los datos que maneja la Correpi, son más de 200 los casos de desapariciones forzadas y más de 5 mil los de gatillo fácil. Todos estos son casos que fueron denunciados y tuvieron curso legal, mientras que otros no llegan a eso por las circunstancias en que viven las familias. Eso es grave, porque aumentaría los números. Esta es una problemática muy seria que afecta a los sectores humildes y, sobre todo, a los jóvenes”.

La hermana de Luciano analizó cómo es la actuación de los distintos organismos de Derechos Humanos a la hora de denunciar estos casos de violencia institucional: “Hay un sector de los organismos de derechos humanos que están muy cercanos al gobierno y que no cuestionan las violaciones a estos en democracia. Hay otro sector que, afortunadamente, acompañan a  los familiares que sufrimos la violencia institucional en democracia. Son pocos, pero son buenos y efectivos a la hora de acompañar el proceso de pedido de justicia”.

“Hace falta que los jóvenes empiecen a organizarse en la defensa de sus derechos humanos y empezar a crear organismos que intenten llegar al objetivo primordial, que es visibilizar que esto ocurre y a los responsables: las diferentes fuerzas de seguridad, los políticos y la Justicia. Hay que lograr el cambio que necesitamos. Esta democracia permite que gran parte de la sociedad crea que las violaciones a los derechos humanos han desaparecido con la dictadura y esto no es así. Tenemos una gran tarea por delante: visibilizar que esto ocurre. Eso hay que hacerlo con grupos que se ‘pongan la camiseta’, que levanten la bandera de la defensa de los derechos humanos y que den la discusión a los grandes poderes, que son los que intentan invisibilizar que estos hechos ocurren”, recalcó la joven en diálogo con “C7 Radio” por Radio Arinfo.

Orieta también hizo referencia a cómo logró salir adelante y persistir en la lucha, a pesar de los enormes obstáculos que se le plantearon en el camino: “Hemos logrado seguir de pie a pesar del desgaste que provoca el largo proceso judicial, la desidia de los sectores políticos, la falta de voluntad, la falta de respeto y el escuchar cómo en los grandes medios la información se tergiversa y se manipula. Eso muchas veces hace que los familiares pierdan la esperanza en este camino, pero eso no nos ha ocurrido a nosotros porque logramos mantenernos en la organización, en la lucha y acompañados. Desde ese lugar nos posicionamos para hablar por aquellos que lamentablemente se quedan en el camino. Este estado de las cosas te mata, es violento para los familiares que piden justicia”.

“A nosotros nos ha cambiado la vida, pero entiendo que para bien. Nos hizo ubicarnos mejor, empezar a entender que hay que luchar para lograr lo que uno quiere, en este caso, encontrar a Luciano y tener Justicia. Pero, por sobre todo, tener conciencia social, que es algo que anda faltando por estos días, para que no se violen más los derechos de los jóvenes. Espero que nuestra lucha pueda contribuir a que otros familiares se fortalezcan y que, poco a poco, seamos más en este camino”, deseó.

Finalmente, la hermana de Luciano invitó a participar de la marcha que se realizará el próximo 31 de enero en Lomas del Mirador, al cumplirse seis años de la desaparición forzada del joven: “Pasaremos y señalaremos a las comisarías de la zona. La idea es acercar a los vecinos el mensaje que creemos justo, que es el de la otra inseguridad: la que se vive en los barrios con la falta de derechos y la que generan las mismas fuerzas de seguridad que se piden y que, al final, son las que manejan los grandes delitos como la venta de armas, la venta de drogas, los desarmaderos de autos, etcétera”.

“Además, queremos mantener viva la memoria de un pibe que estuve desaparecido durante cinco años y ocho meses y que fue hallado enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita”, finalizó Orieta desde los micrófonos de Radio Arinfo.  



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