“El movimiento obrero tendría que hacer un mea culpa en muchas cosas”

Luis María Cejas, Secretario General de AVVA, habla de su carrera dentro del gremio. Critica la división a nivel nacional de las centrales obreras y las enormes deudas con las obras sociales 





“A los buenos dirigentes los hacen la exigencia de sus afiliados. El viajante, por su profesión, es exigente y nos hace esmerarnos cada vez más para dar respuestas en todo lo que abarca la vida de un gremio”. Con esas palabras, Luis María “Lucho” Cejas, describió los fundamentos de su gestión al frente de AVVA (Asociación Viajante Vendedores de la Argentina de Industria y Comercio).

El dirigente tiene una historia de vida ligada a la entidad, ya que su padre también fue secretario general del gremio: “Él, en su profesión de viajante, siempre estuvo relacionado con el sindicato. Yo, cuando estaba en la secundaria, iba al comedor del gremio porque era muy barato. Al conocer a la gente y tener una formación política, sabía que tenía una vocación”.

“En el 82’ comienza la efervescencia política después de Malvinas. Yo leía mucho sobre peronismo y el tema gremial. En 1984 empecé a militar en el gremio como asesor gremial. Al mismo tiempo, ayudaba a mi viejo en su trabajo de viajante. He hecho todos los palotes adentro del gremio”, confió Cejas.

Asimismo, contó: “Fue viajante en dos o tres empresas, pero yo sabía que mi vocación iba a poder más: siempre tuve presente que iba  ser dirigente gremial. Lo que me gustaba era esa vida. En el 97’ tuve mi primer cargo como prosecretario gremial. La secretaría gremial es el corazón de un gremio. Desde allí creamos el cuerpo de inspectores, que es el que va a la empresa a verificar si se depositan los aportes de los trabajadores o si hay viajantes que no están encuadrados y que están mal encuadrados en otros convenios”.

 “En ese momento, el gremio estaba a punto de desaparecer, pero la fusión con AVIC (Asociación Viajantes de Industria y Comercio) y AVC (Asociación Viajante de Comercio) le dio un nuevo empuje. En 1999 se consiguió la obra social tras un largo juicio. Todo lo que disfrutamos ahora comenzó con el trabajo de un equipo que en ese momento conducía el secretario adjunto Luis Carlos Sejas”, destacó el Secretario General de AVVA en diálogo con “Cultura viajante” por Radio Arinfo.

Cejas, que también se desempeña como vocal en River Plate, habló de los objetivos que se alcanzaron en los últimos años desde el gremio: “En cuanto a lo que uno proyectaba, hemos llegado a mucho. La negociación paritaria y la mejora de las condiciones laborales en el convenio colectivo. Hemos avanzado mucho en temas de capacitación: somos uno de los primeros gremios con educación a distancia, tenemos un instituto modelo (el Ieseve) y en turismo también avanzamos. Ya tenemos completos los hoteles de Córdoba y Mar del Plata para enero. Todos los años tememos algo nuevo en materia de infraestructura y servicios. La obra social cumple a rajatabla la premisa del modelo del movimiento obrero argentino, que es la solidaridad”

“La decepción está más en el ámbito global. Hoy asistimos a un escenario en que el movimiento obrero argentino está dividido en cinco sectores y las obras sociales están desfinanciadas. El Estado aplica el amiguismo. Eso obliga a gremios como el nuestro, que es mediano, a tener un perfil bajo, pero siempre diciendo las cosas como son”, planteó Cejas.

El dirigente precisó cuáles son las problemáticas que más afectan al sector: “Muchas empresas utilizan el ardid de hacer renunciar a la relación de dependencia y hacen inscribir al viajante al monotributo o le pagan comisiones en negro. Eso va en contra del funcionamiento de los beneficios. Es plata que no llega al trabajador para jubilarse, para tener un mejor plan de salud o para obtener un crédito”.

El dirigente afirmó que “se les debe mucho dinero a las obras sociales sindicales, que son las le dan salud a la mitad de la población argentina y que son pilares de la cuestión sanitaria”.

“El movimiento obrero tendría que hacer un mea culpa en muchas cosas. El primero que se metió con las obras sociales fue un ministro de Economía de un gobierno supuestamente peronista, que fue Domingo Cavallo. Él, en 1994,  trasladó los fondos de distribución solidarios que manejaba la superintendencia al Estado y este distribuyó como mejor le pareció. El dinero no quedaba en un pozo, sino que iba a Hacienda. Los dirigentes fuimos testigos de eso y nunca dijimos nada”, denunció.

En la misma línea, dijo: “Pasa como en el impuesto a las Ganancias, todos los políticos dicen que lo van a  derogar pero, cuando llegan al gobierno, se encuentran con esa caja y no pasa nada. Con las obras sociales pasa lo mismo”.

“Con este gobierno, en los últimos diez años, la deuda se acrecentó. No se hacen los reintegros. Hemos tenido meses en que te corresponden 4 millones y te mandan solo 60 mil pesos. El Estado hoy tiene con nuestra obra social una deuda de más de 100 millones de pesos y es una entidad mediana, ni hay que imaginarse qué pasa con las más grandes. Así es imposible dar un servicio de excelencia”, sostuvo el Secretario General de AVVA desde los micrófonos de Radio Arinfo.

También reveló que un tema que preocupa es el de la desregulación de las obras sociales: “Eso permitió a las prepagas competir en el campo de la medicina social. Muchas obras sociales son un ‘sello de goma’. Tienen 50 afiliados pero prestan el sello a prepagas y te sacan a los afiliados de más recursos, los que más ganan. Eso desfinancia. Hay que tener un control porque eso ha hecho un daño que va a llevar mucho tiempo darlo vuelta”.

“Sin embargo, nosotros no nos quedamos en la queja. Seguimos una administración transparente, dando respuesta a nuestros afiliados y beneficiarios de la obra social. Por algo nos eligen y conservamos un padrón de más de 90 mil personas, que no es un dato menor”, finalizó Cejas.

 


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