“El Bullying es una situación de exclusión social”

El psiquiatra Bernado Kerman habla de las diferentes dimensiones que hacen a este fenómeno de violencia escolar





“El Bullying es el hostigamiento que se produce en chicos y entre pares. Uno o varios están en una situación de poder por alguna relación y maltratan a otros de distintas maneras”. Con esa frase, el Médico Psiquiatra Infanto-Juvenil Bernardo Kerman definió a un fenómeno que cada vez se extiende más en los establecimientos escolares.

El especialista precisó las características que adquiere este tipo de maltrato, que no solo es físico: “Se trata también de ignorar, de insultar, de llamar al otro de alguna manera que lo rebaje, de no dejarlo participar, de hablar mal de él, de esconderle o romperle cosas, de pegarle,  de amenazarlo, de obligarlo a hacer cosas y, en casos graves, se llega a las amenazas con armas o al acoso sexual”.

“También existe el hostigamiento virtual. Los chicos son nativos digitales y muchos de ellos se manejan a través de internet. Les mandan mensajes, les escriben cosas en los muros de Facebook y hasta pueden llegar a hackearle las cuentas. Todo esto provoca una problemática bastante severa en los que son hostigados”, puntualizó.

Kerman comentó  a “Tu creas radio” en Radio Mente Libre que, a partir de diversas investigaciones, se logró precisar que este fenómeno se da con mayor asiduidad en la franja de edad entre los 10 y los 12 años.

Asimismo, planteó que existe un “sistema” alrededor del Bullying: “Una cosa es la violencia o la pelea entre dos chicos que están en un mismo nivel. En cambio, hay otras situaciones donde hay todo un sistema con diferentes actores: hay alguien que es un hostigador y que, por sus características de personalidad, es agresivo. Es también piola, canchero, manipulador y comprador, por lo que tiene seguidores. Algunos de estos últimos hostigan con él y otros no”.

“Después, están los hostigados activos, que son los que lo sufren directamente, y también hay posibles defensores y testigos que no se implican. Además, hay adultos que pertenecen al sistema como docentes, directivos o padres”, agregó.

El psiquiatras dio cuenta de cómo los diferentes tipos de familias inciden en la formación de los niños: “Algunas, de por sí, se siente excluidas y ellos dan un modelo a los chicos para que también se sientan así y para que entren con baja autoestima al sistema social. El Bullying, de por sí, es una situación de exclusión social”. 

“Hay algunas familias que también tienen hostigadores y hostigados a su interior. A partir de allí se puede ver con qué rol se identifican los chicos y cómo lo reproducen a nivel escolar. También hay otras características que hacen a la situación como los grados de comunicación afectiva en la familia, los grados de represión de algunas emociones, la baja cohesión y el alto grado de agresión. Eso también predispone a los chicos a jugar algunos de los roles del bullying en el entorno escolar”, señaló.

A la hora de hacer referencia sobre las consecuencias que tiene el hostigamiento en lo menores, el profesional de la Universidad de Flores remarcó: “Los hostigados son chicos que hacen síntomas. Por la presión de los pares y el temor a delatar, reprimen lo que sienten y mantienen un secreto. Eso genera trastornos de ansiedad, fobias y temores sociales y escolares”.

“Si eso avanza, se pueden generar estados depresivos, que son diferentes a los de los adultos. Los chicos manifiestan cansancio, aburrimientos, irritabilidad, no quieren salir de su habitación, se aíslan y están muchas horas en la computadora. Los padres los presionan para que salgan y los chicos se sienten arrinconados por eso y por la presión de exponerse a una agresión”, alertó desde los micrófonos de Radio Mente Libre.

Asimismo, planteó que con el hostigador debe trabajarse desde varios lugares: “Hay que tener un enfoque de la familia para ver cómo es la comunicación a su interior y desde el colegio también hay que trabajar en distintos niveles. El hostigador debe tener algún tipo de sanción porque, de lo contrario, el tema queda en la nada”.

“El hostigamiento se produce, en general, donde no es visto: en los transportes, en los pasillos, en los patios o en las calles cercanas, pero nunca en el aula. De todas formas, la percepción de todos los actores es muy similar respecto a cómo se da el hostigamiento y de qué forma, pero muchas veces los maestros no tienen los recursos para actuar”, sostuvo Kerman.

El profesional también habló de las diversas alternativas ante este cuadro de situación: “Se pueden buscar soluciones paliativas, contingentes o de fondo. Frente a una situación desatada, se debe realizar alguna acción de convivencia escolar para reflexionar de forma conjunta. La mejor prevención es con acciones desde los 3 ó 4 años. Ya en ese momento los colegios deben tener estrategias de convivencia y de desarrollo de la inclusión”.

Kerman lidera un Programa de Infancia y Adolescencia saludable en la Universidad de Flores, a través del cual trabajan con talleres en escuelas primarias y secundarias y capacitan en habilidades de comunicación, de convivencia, de inclusión social, en capacidad de expresión de emociones y en habilidades sociales.

“La idea es manejarse con acciones positivas. Los chicos participan, surgen cosas de ellos mismos y hay más probabilidad de que estas opciones funcionen”, conlcuyó.

Más información: 4610-9300

 


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