María Ezquiaga, un talento del rock nacional

La cantante y guitarrista habla de su carrera y de cómo llegó a liderar la banda Rosal, que ya cumplió diez años





María Ezquiaga estudio guitarra en la escuela de Avellaneda y se recibió de profesora. Con el tiempo, en base a ese instrumento, fue desarrollando una fructífera y sostenida carrera.

Una de sus primera grandes apariciones fue hace ya unos 20 años, como guitarrista de la banda under de Sergio Pángaro.

“Todo se dio en el marco de la móvida de los años 90’. De Pángaro me flasheó su personalidad, pero no entendía mucho su estética. Era un deforme, pero a la vez era magnético. Era un mundo nuevo que yo desconocía totalmente”, recordó de aquellos tiempos.

Sobre cómo tomó la determinación de dejar la banda, dijo: “Yo era chica y sentía que, si me quedaba, no iba a encontrar nunca mi propia estética. Necesitaba estar en otro ámbito para hacer mi búsqueda”.

“No me gusta hacer comparaciones pero sentía que lo de Pángaro era muy jugado, casi al límite y yo no era muy consciente y no lo llegaba a entender del todo. Aún así, percibía que estaba bueno y que allí estaba pasando algo”, agregó en diálogo con “Del espesor a la experiencia” por Radio Arinfo Play.

En 1999, Ezquiaga dejó la banda de Pángaro e inició su propio camino: “Dije ‘hasta acá llegué’ y tuve un año de búsqueda. No encontraba nada hasta que comencé a tocar con Julieta Ulanovsky. Ahí empezamos a encontrar un color musical que tenía que ver con lo que estábamos buscando. En aquel momento, tocábamos con un baterista llamado Sebastián, que luego se fue a vivir a España. Lamentablemente, cuando terminamos de grabar el primer disco, se deshizo la banda. Fue allí que lo conocí a Ezequiel Kronenberg”.

“Yo le dije que no tenía banda y él me dijo: “Nosotros podemos ser tu banda”. Con ellos pude presentar el primer disco, que no había llegado a tocar con la conformación original, y luego le encontramos la vuelta para grabar el segundo disco”, relató la artista, quien recientemente tocó junto a  Lucio Mantel.

En el 2013, Rosal cumplió diez años de trayectoria. En ese marco, Ezquiaga habló de cómo se fue desarrollando su lado creativo: “Mi forma de componer fue cambiando. Últimamente compongo primero la melodía y luego la letra”.

“Yo escribo cosas muy simples y estoy en un momento en que me está costando un poco. Si alguien me pide una letra, la encuentro; pero si es algo para mí, es más difícil. Cuando uno lleva una canción a una banda, esta pasa a ser de todos. Cada uno la enriquece a su manera”, analizó desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.

Finalmente, Ezquiaga habló de su relación con el público: “Al principio le tenía un poco de miedo a la gente, pero hace un par de años logré sentirme más segura y perder ese sentimiento. Aún así creo que aún me podría soltar un poco más”.



Escuchá "Del espesor a la experiencia" los jueves de 18 a 19 hs. por www.arinfoplay.com.ar 

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