“El tener un padrino es la mejor forma para que un árbol sobreviva”

Lisandro Grané, creador de “Un árbol para mi vereda”, habla de esta iniciativa para generar más espacios verdes en la Ciudad y para fomentar la conciencia ecológica





“Un árbol para mi vereda” es una organización que nació a partir del trabajo de un grupo de amigos y vecinos, con el fin de producir y plantar árboles en las veredas porteñas, aprovechando los canteros vacíos existentes.

La plantación de cada ejemplar se realiza solamente si el vecino que la solicita se compromete a cuidar el árbol. “Si no existe ese amor, no lo plantamos”, comentó Lisandro Grané, creador de esta iniciativa.

En ese sentido, aseguró que el hecho de tener “un padrino” es la mejor forma “para que un árbol sobreviva”.

“En general, cuando se hace el plantado municipal, luego no hay mantenimiento porque no hay presupuesto para hacerlo y la mayoría de los árboles mueren. Pero, con el sistema de padrinos, descubrimos que el porcentaje de supervivencia es altísimo”, afirmó en diálogo con “Somos la 15” por Radio Arinfo.

El proyecto comenzó hace ya dos años y coincidió con el nacimiento del hijo de Grané: “En mi casa yo hacía compost, tenía una pequeña huerta y hacía plantines de árboles. Cuando tuve muchos, tomé la decisión de plantarlos en el barrio de una manera muy casera con la idea de dejarle a mi hijo un mundo mejor”.

“No se trata solo de tener un árbol en la vereda, sino de formar un vínculo entre el ser humano que apadrina y el árbol que crece. Ese vínculo, que es de mutuo beneficio, crea una conciencia ecológica de respeto por los seres vivos. Así, se forma un nuevo sentido de comunidad a través de la comunión entre las plantas y los seres humanos”, remarcó el creador de “Un árbol para mi vereda”.

Con el paso del tiempo, este proyecto que comenzó en el barrio porteño de Villa Urquiza se fue extendiendo por el boca a boca y por las redes sociales.

“Cuando empezamos, todo era muy experimental y trabajábamos con todas las especies que encontrábamos. Luego, comenzamos a estudiar y nos dimos cuenta que era mejor plantar especies nativas, es decir, autóctonas del ecosistema del Río de la Plata. Eso por varios motivos: requieren menos mantenimiento para el vecino porque están mejor adaptadas a la zona y también son el refugio y el alimento para muchas especies animales como aves e insectos. Cada árbol es una pequeña comunidad y queremos fortalecer con estos ejemplares nativos la biodiversidad local”, señaló Grané.

Las plantaciones, que inicialmente se hacían en barrios como Villa Urquiza, Agronomía y Villa Devoto, se fueron extendiendo hacía Belgrano y Saavedra. A partir de la gran difusión, gente de todos lados se empezó a comunicar con “Un árbol para mi vereda”, por lo que ya se hicieron plantaciones en Barracas, Retiro, Recoleta, Boulogne, San Isidro y Beccar. En Escobar, por ejemplo, recientemente plantaron 50 árboles de palta.

Una de las bases de este proyecto es la sustentabilidad, por lo que sus responsables evitan gastar en fletes y combustibles. Si la plantación es lejos de su vivero de Belgrano, piden a colegas de la zona que donen los plantines. Así, cada vez tienen más viveros en Ciudad y Provincia de Buenos Aires donde aprovisionarse de árboles para plantar.

“Se van generando nuevos núcleos de producción. Esto se extiende del mismo modo de los árboles, que lanzan sus semillas al viento”, comparó el creador del proyecto.

Además, los integrantes de “Un árbol para mi vereda” dan talleres de producción y también realizan jornadas de trabajo voluntario con el objetivo de multiplicar el proyecto y que haya árboles en más barrios.

Hoy, cuentan con alrededor de 1500 árboles para plantar. Sin embargo, siempre aclaran a los interesados en contar con un ejemplar que “el árbol no es un regalo”.

“Nosotros no lo cobramos, pero proponemos un intercambio con el vecino que apadrina. No queremos que el proyecto sea algo asistencialista, sino que buscamos crear un vínculo de mutuo beneficio entre el árbol y la persona. La persona que recibe el ejemplar puede proveer un bien o servicio afín a los objetivos del proyecto o puede aportar dinero. La decisión queda a criterio del vecino”, explicó Grané desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Finalmente, habló de las iniciativas gubernamentales de arbolado y de sus deficiencias: “Desde el gobierno de la Ciudad intentan hacer algo. Ahora el tema de la plantación está descentralizado y es función de las comunas hacerla. Sin embargo, el Gobierno central se sigue encargando de las compras de los ejemplares a partir de los informes comunales. Eso, a la larga, resulta burocrático y complicado. Además, el gobierno no consigue padrinos. A nosotros nos sucede lo contrario: tenemos más pedidos que árboles listos para plantar”.

“La respuesta que hemos tenido en todo este tiempo es muy buena: casi el 100% de nuestros árboles siguen el pie y sus padrinos nos mandan fotos para mostrarnos cómo están. Eso sucede porque aman a sus árboles como a sus hijos. Se da una unión de corazón a corazón. Hemos logrado fomentar la unión entre hombre y árbol”, concluyó orgulloso.

 


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