"Hoy los padres tienen mayor participación en el hogar y en el afecto”

El Dr. Walter Ghedin analiza los nuevos roles que han asumido los hombres en los últimos años y celebra los cambios en la dinámica familiar

En el marco de un nuevo día del padre, parece necesario dar cuenta de la nueva dimensión que ha adquirido la presencia del hombre en el hogar. La figura masculina ya no está tan atada al rol exclusivo de proveedor económico, sino que se ha permitido una mayor apertura hacia lo doméstico y lo afectivo.

“El rol paterno ha cambiado, y mucho. Fundamentalmente, como respuesta y reacomodamiento a partir del nuevo rol de la mujer en el mundo del trabajo. Las mujeres también consiguieron mayor autonomía, independencia y decisión, por lo que los hombres tuvimos que modificar aspectos del rol y de género para acomodarnos a esta nueva situación”, apuntó el Dr. Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.

En ese sentido, afirmó: “Hoy los padres tienen más participación en el hogar y en la interacción afectiva, porque hay otra conexión de los hombres con el mundo emocional. Por supuesto que eso impacta en la relación con los hijos: hoy esta es mucho más estrecha, hay más comunicación y la idea es que esto se siga profundizando para que puedan mejorar las relaciones”.

El autor de libros como “Tipos en la cama” o “Tipos que huyen” habló sobre la influencia que puede tener sobre los hijos las distintas figuras de padre: “A veces esta pesa como un modelo o ejemplo a  continuar o a enriquecer. Eso sucede si hemos tenido padres que han desarrollado la comunicación, la interacción emocional y afectiva y que nos han dado lugar para ser seres autónomos y para decidir por nosotros mismos a la hora de asumir las responsabilidades en el comienzo de la adultez”

“El haber tenido este modelo de padres nos ayuda a ser mejores personas y a enriquecernos, pero no siempre es así. Hay modelos de padres que hacen que uno se resista a continuar con ese tipo de normativa o esquema para no quiere repetir esa historia y poder mejorar. Se trata de  encontrar recursos propios para no reproducir ese modelo. Esta segunda instancia es la que observamos con mucha más frecuencia”, sostuvo Ghedin en diálogo con “Mamás con aire de Radio” en Radio Arinfo.

En otro plano, el especialista también hizo referencia  a la nueva tendencia de padres que se quedan en sus casas, atendiendo las cuestiones domesticas y de los hijos, mientras las mujeres salen a trabajar.

“Hay una cuestión social y un imperativo de género por el cual la mujer debe estar en el hogar y el hombre en el trabajo. A pesar de los cambios, hay cuestiones que aún no se han modificado, pero vamos en pos de eso. Hoy el hombre que se queda en la casa debe aceptar que esto puede ser así y acordar con la mujer los cambios para que las cosas funcionen de manera favorable. Pero, hay hombres que sienten que quedarse en la casa implica postergar aspectos de su virilidad, no entendida solamente desde el aspecto sexual, sino de aquellos que da la fuerza, el vigor y la afirmación masculina”, precisó.

Sin embargo, el psiquiatra celebró estas nuevas disposiciones familiares: “Eso podría favorecer una forma dinámica en la relación. Toda relación es un proceso y hay que acostumbrarse a los cambios. Las cosas no deben ser esquemáticas y rígidas”.

Sobre la importancia de la figura del padre en la crianza de un niño, señaló desde los micrófonos de Radio Arinfo: “Es importante, pero, en realidad, lo fundamental es la figura del afecto, de una persona que expresa emociones y que puede comunicarse con el otro. El padre como tal debe tener estas manifestaciones y características que hacen a la saludable relación para con un hijo”

“Un padre que reprime las emociones, que baja normativas sin ningún tipo de reflexión o explicación, es alguien que no tiene en cuenta al otro. Hay adolescentes que nos dicen que realmente no conocen al padre, sino a la persona que ha bajado normas y pautas. Esa carencia de datos construye una imagen de padre que no tiene ese contenido sustancial que todo padre debe tener”, aseguró el especialista, quien también planteó que, ante un padre autoritario, la figura de afecto suele ser buscada en otras personas del entorno como un abuelo, un tío o un maestro.

Finalmente, reiteró la importancia de animarse a los cambios de la época y a aceptar que las relaciones y los roles de padres y madres deben ser flexibles: “Hay que poder acordar, tomar decisiones en conjunto y debe existir una comunicación en la pareja que permita evaluar cuáles son las alternativas posibles de crianza. También debemos abrirnos a escuchar a personas que saben del tema y a recibir información, para no quedarnos con modelos rígidos”.

“Cada pareja debería establecer un estilo que nace de los puntos de vista de cada uno y del acuerdo que se establece entre los dos. No debemos atenernos a modelos esquemáticos o estereotipados sobre la crianza, sobre lo ‘normal’ o sobre lo que ‘está bien’. Todo eso debe ser cuestionado para poder llegar a lo que cada uno y a lo que la pareja desea”, concluyó.



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