Abrazo simbólico a una escuela de Villa Crespo por la muerte de un obrero

La comunidad educativa del establecimiento Francisco de Vitoria se manifestó en reclamo de obras y en defensa de la educación pública

El martes 16 de Abril, un obrero falleció en la escuela 17 “Francisco de Vitoria” del barrio de Villa Crespo, tras caer al vacío mientras realizaba una revisión por una filtración en el segundo piso. El operario se llamaba Gerardo Rodríguez, tenía 25 años y su accidente se produjo a la vista de los alumnos del establecimiento.
 
“Nosotros venimos reclamando por esta escuela hace varios años. En el 2009, una pared estaba en pésimas condiciones y un chico se quedo pegado porque estaba electrificada. Luego, hubo inundaciones, principios de incendio y goteras. Es una escuela en pésimas condiciones”, aseguró Mariana Herbstein, referente de UTE en el distrito.
 
Sobre el episodio que culminó con la muerte del operario, relató: “Ante tantas denuncias por parte de las autoridades, de UTE y de los padres de cooperadora, este año empezaron a aparecer algunas personas mirar la escuela y a sacar fotos, pero no arreglaron nada. Dentro de las personas que fueron enviadas a mirar las filtraciones del segundo piso, tras la última gran lluvia, vinieron dos muchachos de una empresa tercerizada”.
 
“Uno de ellos subió con la directora y la vice al segundo piso a ver la rajadura. Él decidió subirse al techo para ver de dónde venía el agua, para lo que pasó a la parte del tinglado y allí cayó al vacío. Eso le sucedió tras pisar el policarbonato de un techo, que es algo que no debe estar. Este material cedió y el muchacho cayó de más de 15 metros a un patio interno, donde los chicos de 6to. Grado estaba haciendo educación física”, contó la dirigente gremial a “Somos la 15” en Radio Arinfo y también denunció cómo, tras la caída, Rodríguez agonizó 40 minutos en el piso, esperando la llegada del SAME. El joven murió a las pocas horas en el Hospital Durand
 
Más allá del trágico y lamentable hecho que culminó con el fallecimiento del operario, los alumnos también se vieron afectados por la situación. “Los maestros de la escuela respondieron inmediatamente y sacaron a los chicos, ya que todos pudieron experimentar esta situación”, contó Herbstein.
 
A partir de este hecho, que se sumó a la larga demanda de mejoras en el establecimiento, las autoridades decidieron convocar a un abrazo simbólico a la escuela ubicada en Julián Álvarez 240, que se llevó a cabo el lunes 22 de abril.
 
“Fue una manera de visibilizar aquello por lo que estamos peleando. Vinieron Legisladores, la comunidad educativa en su conjunto, directoras y docentes de otras escuelas, vecinos del barrio y varios gremios. Uno espera que, ante estas cosas, la gente reaccione, se sume y que seamos más a la hora de pelear”, señaló la referente de UTE y contó que, días después, del fallecimiento del operario, integrantes del gremio pudieron ver a obreros trabajando en el techo de una escuela del distrito 14 sin casos ni arneses.
 
Al ser consultada en relación a la respuesta del gobierno porteño ante estos reclamos, Herbstein sostuvo: “Estuvimos peleando por la presencia del gobierno de la Ciudad en la escuela y logramos que el miércoles por la tarde se acercara el funcionario Carlos Regazzoni a dar la cara ante esta situación. Ellos deslindan responsabilidades, dicen que fue un lamentable accidente y echan la culpa al pobre muchacho que murió,  que ya no se puede defender. Los directivos, los gremios, los maestros nos oponemos a eso y hacemos al gobierno absolutamente responsable”.
 
“A partir de esta visita comenzamos a generar una serie de actas con compromisos de trabajos dentro de la escuela. Regazzoni se negó a firmarlas, pero nosotros dejamos asentada su palabra. Al otro día, apareció Fernando Domínguez, que es el director del área de Infraestructura escolar, y también dejamos escritos los tres pasos del arreglo de la escuela”, planteó en declaraciones a Radio Arinfo.
 
En ese marco, precisó: “El paso inmediato son los arreglos más urgentes para que los chicos pudieran volver a clase, ya que no pudieron hacerlo desde la muerte de Rodríguez. Luego, viene el quite del cielorraso que se estaba viniendo abajo en algunas aulas. Y, finalmente, gracias al abrazo simbólico, se logró que se declare al edificio como patrimonio histórico, lo que implica que va a haber un arreglo de fondo”
 
“Fue necesario que alguien muriera en una escuela para que se tomen cartas en el asunto. Eso es lo que enoja y lo que da bronca. La situación no nos sorprende porque está clarísima la ideología de este gobierno y su política educativa: el vaciamiento de la escuela pública, el interés por la escuela privada y no por la pública, a la cual se trata como mercadería de segunda”, concluyó.
 


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