El novedoso oficio de ser cuentacuentos

Raúl Cuevas habla de esta original labor que cautiva a chicos y grandes

“Un escritor chileno llamado Jorge Díaz dice que contar un cuento es un milagro, yo también creo que es un acto de amor. Uno cuenta porque tiene necesidad de compartir, porque te enamoraste de un texto literario y querés compartir ese amor por las palabras con otros.”

Con esas palabras, Raúl Cuevas presentó su oficio en el programa “Intervención urbana" de Radio Arinfo. El cuentacuentos habló de la particularidad de su actividad: “descubrís que los cuentos sanan, curan y tienen algo terapéutica. Hacen un trabajo interno que se prolonga en el tiempo y que se sigue reelaborando con la historia.”

“Este es un oficio muy nuevo en nuestro país ya que solo tiene 30 años. Primero estuvo ligado a lo pedagógico, por lo que sumaron muchas maestras que empezaron a narrar. Pero con el tiempo van cambiando los conceptos y hoy estoy convencido de que tiene que ver con el teatro.”, comentó.

En relación a esto último puntualizó: “La narración oral puede ser teatro porque hay un programa, puede haber música y luces, también hay un guión y un escritor. Además, hay un artífice que pone el cuerpo y la mirada.”. Sin embargo, diferenció: “Una cosa es hacer una narración y otra cosa es preparar algo como un espectáculo con un formato más teatral y escénico.”

 “Hay mucha comunicación visual cuando contamos, por eso también valen los silencios y el cuerpo, no solo la voz. Todas las disciplinas artísticas sirven y se pueden integrar: el clown, la pantomima, la oratoria, los títeres, los instrumentos musicales o el canto.”, consideró Cuevas en su charla con Radio Arinfo.

Además, celebró: “Los cuentacuentos hispanohablantes estamos contentos porque hace muy poquitos días la Real Academia Española admitió la expresión “cuentacuentos”, que antes no existía, aunque nosotros la acuñábamos y al defendíamos.”

Respecto a los entretelones de su oficio, el cuentacuentos confesó: “Leer es un pecado mortal. La educación nuestra tiene mucho de memorística y enciclopedística, entonces, yo me estudiaba los textos de memoria, iba a los talleres y me pasaba lo mismo que en la escuela: me olvidaba una sola palabra y ya me olvidaba el texto entero.”

“Entonces, mi maestro me dio un texto muy cortito que decía “¿existe el texto sagrado?”, que hablaba de que el narrador no cuenta de memoria, que cuenta con una técnica que es por imágenes. A partir de allí hubo un antes y un después.”, cerró Cuevas.


Escuchá "Intervención urbana" los lunes de 10 a 11 hs. por www.arinfo.com.ar

Seguinos en Twitter: https://twitter.com/#!/radioarinfo