“La lógica profesional debe ponerle límites a la del mercado”

El arquitecto Jaime Sorín analiza los derrumbes en la ciudad y propone alternativas pata terminar con ellos

En diálogo con “Ríos de tinta” por Radio Arinfo, el ex Decano de la Facultad de Arquitectura de la UBA, habló acerca de los  derrumbes que se han producido en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires.

Al analizar los motivos que derivan en estas catástrofes, esgrimió: “La razón fundamental es que se trabaja a un ritmo, movido por la especulación inmobiliaria, que busca mayor ganancia en menor tiempo y con menor inversión. Esto hace que no se tomen los recaudos necesarios para que las obras se hagan según las reglas del arte.”

Además, añadió: “La etapa más peligrosa de una obra es la demolición y luego las excavaciones, el subsuelo o submuraciones de medianera. Si todo esto no se hace con el cuidado y el apuntalamiento necesario, se producen estas cosas: deslizamientos de tierra o golpes con las máquinas.”

“Hace poco días en Parque Patricios se derrumbó un galpón, ahí hubo una máquina que golpeó una columna. Eso suele suceder por la velocidad de los trabajos y porque las máquinas no son las indicadas para trabajar en lugares tan chicos”, aseguró el arquitecto en declaraciones a Radio Arinfo.

Sorín esbozó algunas soluciones para terminar con los derrumbes: “Lo primero que hay que hacer es centralizar el trabajo de inspección. Este no puede estar dividido en varios sectores porque el inspector va a una obra, levanta un acta y esta nunca llega a donde tiene que llegar o lo hace tarde.”

Además, añadió: “En la Ciudad de Buenos Aires en 2006 y 2007 se construyeron tres millones de metros cuadrados y en 2010 dos millones y medio. Al construirse tanto, hay que aumentar la cantidad de inspectores y capacitarlos para que estén al tanto de las novedades y de las formas de trabajo, las cuales van cambiando con el tiempo. Lo central es que haya voluntad política fuerte para centralizar y hacer las inspecciones en los momentos necesarios.”.

“Lo determinante es que los profesionales entiendan que no pueden estar siempre atados a la lógica del mercado, sino que tienen que tener una ética profesional que le ponga un límite a ese mercado”, sostuvo.

El arquitecto también remarcó cómo las falencias existentes actualmente terminan causando víctimas: “Cuando se detecta algo, esto no puede pasar desapercibido ni se puede llegar tarde, hay que tomar las medidas necesarias para evitar los derrumbes y los daños. Esto hoy evidentemente no existe, porque se siguen dispersando las responsabilidades y al final, nadie es responsable por nada.”.

Además, Sorín analizó la paradoja de la existencia, al mismo tiempo, de viviendas ociosas y de gente sin techo: “Hay todo un sector de la población que tiene problemas de hacinamiento. Con una buena ley de alquileres y con una fuerte intervención del estado, se podrían poner en el mercado todas las viviendas ociosas. Además habría que aplicar alguna política impositiva que incentive el alquiler.”

“La vivienda ociosa debería pagar un impuesto diferencial. La propiedad no puede no tener ninguna regulación, sino que tiene que tener un fin social. El estado debe intervenir, hoy es difícil alquilar porque las inmobiliarias cobran muy caro, porque no hay una garantía que satisfaga o porque los depósitos que hay que dejar son muy altos.”, concluyó.


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