RAUL CARNOTA: Una identidad dentro de la música popular

Raúl Carnota nació en 1947 en la ciudad de Buenos Aires, y fue, quizas, el último gran compositor de folklore argentino. Bandera creativa durante los años 80 y desarrollo musical en los 90, Carnota eligió la música popular argentina porque decía que era el lugar ideal para la creación.



Pese a esto, no se consideraba un músico folklórico. No es fácil destacar un disco o una época en particular, pero con Memoria adentro (1985) y Entre la ciudad y el campo (1987) fundó lo que sería una identidad única y personal.

Después de comenzar a caminar con sus canciones por el under de Buenos Aires a principios de los 80, Carnota tuvo un año trascendental: 1983. Ya había empezado a tocar con la intérprete Suna Rocha y estaba en vías de formar un cuarteto fijo junto a Rodolfo Sánchez y Eduardo Spinassi. Una noche, en un boliche que le decían La Peluquería, ocurrió lo inesperado: entre el público estaba Mercedes Sosa. “Nos vio y se emocionó mucho. Le habíamos hecho recordar la época en la que ella andaba con [Oscar] Matus. Después le dijo a Raúl que llevara su guitarra, que íbamos a grabar. Así que fuimos y te imaginás lo que fue… increíble”, recuerda Suna Rocha mientras se acomoda su reconocido cabello de pequeñas ondulaciones.

“Primero hicimos el Luna Park, estábamos nerviosos porque ni sabíamos en qué momento nos iba a llamar. Pasamos de La Peluquería al Luna Park”, sigue Rocha mientras asegura que su participación fue tan bien aceptada por el público que los volvió a llamar para la siguiente fecha. La algarabía y el primer momento masivo de Carnota se puede chequear por YouTube. Allí Mercedes Sosa advierte después de cantar con ellos “Grito santiagueño” que Carnota “es el autor de esta zamba”, mientras el músico se despega el bombo de sus entrañas y la abraza fuerte. Bien fuerte.

“Después de esas tres fechas nos propuso grabar la canción. Se pospuso una semana porque ella estaba muy cansada. Corté clavos durante los siete días, tenía miedo de que se arrepintiera”, cuenta. Carnota junto con su mujer grabaron, entonces, “Salamanqueando pa mí” y “Grito santiagueño”. “Eso fue definitorio. A partir de ahí, la compañía [PolyGram] nos propuso grabar un disco en forma conjunta. Lo hicimos el mismo año, 1983. Un año increíble. Raúl es un tipo que cambió el sentido de la música de la época”, afirma Suna Rocha, recordando que durante los meses siguientes también grabarían sus discos debut por separado. Aceleración punk, profundidad criolla.

Llegó un momento en el que Raúl Carnota se enojó. Tuvo problemas con PolyGram y Melopea, empresas apoderadas de sus primeros discos, y así comenzó su construcción musical desde la independencia. Como todo gesto artístico riesgoso, tuvo sus frutos y algunas pérdidas. PolyGram retiene los másteres de los tres primeros discos de Carnota, y esto para su entorno es un claro signo de injusticia. “El capitalismo judicializado… se los guardan y buscan la mayor ganancia. Con Melopea fue a juicio y lo perdió”, explica Guadalupe, que, hace años, lucha y milita por los derechos de su padre.

“Mi viejo no iba a Cosquín. Prefería andar por el costado, por las peñas. Era antifestivales. Nunca decía que no, les pasaba un caché imposible. Después también en Buenos Aires se manejaba de la misma manera”, explica Guadalupe en referencia a otra de las facetas que Raúl militó en tanto independencia y convicción. (Fuente: Facundo Arroyo)

El lunes 17/12 a las 20 horas le rendiremos un merecido homenaje en el programa Voces del Sur por www.arinfo.com.ar. Nos encontramos


 
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