Pablo Piovano, el fotógrafo que retrata los desastres del uso de agrotóxicos

Sus imágenes muestran las terribles consecuencias que la fumigación tiene en la salud de la gente

Pablo Piovano es un fotógrafo argentino que en los últimos tres años ha recorrido Entre Ríos, Chaco y Misiones en el marco de un proyecto de concientización sobre las terribles consecuencias que el uso de agrotóxicos tiene en la población. Sus imágenes -que encierran una denuncia social- son crudas, pero han recibido premios a nivel internacional.

“Se utilizan agroquímicos sobre un porcentaje altísimo de la agricultura en Argentina y en la región. En 20 años, la matriz productiva ha cambiado profundamente a raíz de la agricultura a base de veneno. Es una gran negocio que está dejando una cantidad enorme de víctimas silenciosas, invisibles”, sostuvo Piovano en diálogo con “La columna vertebral” por Radio Arinfo.

El fotógrafo comentó que muchos estudios médicos y científicos están demostrando que en las zonas fumigadas los casos oncológicos han crecido de manera muy alarmante y que están dos o tres veces por encima de la media nacional. Los casos de abortos espontáneos, lo mismo.

“Detrás hay una emergencia sanitaria no declarada en pos de un gran negocio que solamente enriquece una vez más a los terratenientes, a los grandes pooles de siembra, y que entrega a la población que vive en las zonas linderas a los campos de cultivo, por ejemplo, de soja”, señaló.

Piovano contó que el escenario ya empieza a visibilizarse a solo 50 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. En los pueblos, la distancia de fumigación cada vez es más cercana a las casas de los vecinos.

La situación que muestran las fotos de Piovano se repiten en cada pueblo fumigado: malformaciones congénitas, cáncer en niños y adultos. “Es muy doloroso”, lamentó.

“En todos los lugares hay un núcleo de gente alarmada pidiendo que se tome conciencia y, al mismo tiempo, hay toda una población que vive de la agricultura y que está presa de esa agricultura química”, relató el fotógrafo y denunció que los medios concentrados “no quieren ver” esta situación y que “su silencio es cómplice”.

Piovano alertó que las consecuencias del uso de los agrotóxicos no se limita a las personas que viven en los pueblos fumigados. Eso llega a la Ciudad en los alimentos que consumimos. “El veneno se acumula en el cuerpo. Es un verdadero experimento humano”, aseguró desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Finalmente, se ilusionó con encontrar una salida: “Es un momento histórico muy importante para que la ciencia se pronuncie. No es posible que los estudios vengan siempre de las corporaciones o de un Estado que tienen cierto interés y ganancia. Es necesario que se observen estudios independientes, es la única manera de que podamos dar con la verdad y que se frene esto que es un genocidio lento, por goteo”.

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