Madres con dieta pobre en proteínas: cómo afecta a sus hijos

Eduardo Cánepa, investigador de la UBA, da detalles del estudio que lleva adelante con su equipo

El laboratorio de neuroepigenética del departamento de química biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA se encuentra estudiando las bases moleculares de las deficiencias cognitivas o de comportamiento derivadas de una adversidad temprana. En este caso en particular, esa adversidad es una malnutrición, una dieta pobre en proteínas en las madres.

El objetivo es estudiar qué genes desregulados por mecanismos epigenéticos pueden ser causa de esas deficiencias cognitivas o de la conducta alterada. Para eso estudian en un modelo de ratones.

Este estudio de los efectos de una adversidad temprana como la malnutrición proteica en la etapa perinatal adopta diversos enfoques. “Que esto acelera la precipitación del envejecimiento, que altera el ciclo circadiano -el reloj interno que indica cuándo dormir, despertarse, comer, hacer actividades- y que afecta el desarrollo de la mielinización del sistema nervioso”, precisó el Profesor Eduardo Cánepa, director del laboratorio.

En diálogo con el programa “Un punto azul pálido” por Radio ArinfoPlay, el investigador comentó que, además, buscan establecer si esas deficiencias también son transmitidas a la siguiente generación, aún cuando esta no haya estado expuesta a esa adversidad.

A partir de sus modelos, los integrantes del laboratorio han descubierto que una dieta baja en proteínas en las madres, modifica su conducta con las crías. “Las madres tienen un comportamiento más ansioso, es decir, pensar que todo va a salir mal, que siempre se está ante un ambiente adverso y hostil. Eso también se observa en un menor cuidado a las crías”, explicó Cánepa.

En los primeros siete días, estas conductas se observan en cómo las madres se comportan con las crías en relación al cuidado del amamantamiento, cuánto los lamen /acicalan o en la construcción de nido.

“Esa es otra fuente de adversidad para la cría. Primero, recibe una dieta baja en proteínas y, luego, un cuidado materno de menor calidad”, señaló el investigador desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.

Finalmente, planteó que las consecuencias para las crías de esta malnutrición en las madres van desde un retraso en el desarrollo físico y neurológico hasta un estado de ansiedad, depresión, menor capacidad de aprendizaje y memoria. Sin embargo, en cuanto a la interacción social, la capacidad de relacionarse con otros, no se observan diferencias.


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