Contaminación visual, el caso de Buenos Aires

Cómo nos afecta el exceso de cartelería y los edificios altos




La contaminación visual es un tipo de contaminación perceptual. En general, se relaciona con el exceso de cartelería, la altura y el color de los edificios, como así también con la presencia de torres, antenas y cableados.

“Al ser una escala de contaminación no cuantificable, la implementación legal de la protección contra estos factores trae problemas. Las normas que hay no alcanzan hoy. Es un campo más sutil y es difícil implementar normas que beneficien a todos y, a su vez, lleven a la ciudad a ser un mejor lugar”, explicó el geobiólogo Claudio Ardohaín.

En diálogo con “Urbanos” por Radio ArinfoPlay, el especialista sostuvo que el debate en la Ciudad de Buenos Aires se centra en qué tipo de ciudad se desea ser. “Si una tipo Las Vegas, llena de carteles, tipo circense, apuntando al derroche, al turismo y a un bienestar basado en determinada escala de valores. O, por el contrario, una como París, con un casco histórico del cual la ciudad depende para su renombre internacional. También están los casos intermedios, como San Pablo o Quito, que lograron un equilibrio”, planteó.

Ardohain dijo que en la Ciudad de Buenos Aires hay una “sobrecarga sensorial” debido, en primer lugar, a la cartelería. Denunció que las normas sancionadas en los años 2008 y 2009 que apuntan a la disminución de la información visual a través de cartelería publicitaria, son “imperfectas o responden a intereses de ciertos rubros”.

“Hay un principio fisiológico: el ser humano tiene una capacidad de procesamiento de la imagen limitada. El ojo es una maravilla que procesa millones de bits por segundo, pero la corteza cerebral solo procesa decenas de bits por segundo. Es decir, a nuestro cerebro le cuesta comprende el espacio. Desde la neurociencia se sabe que todo ser humano crea un mapa mental de su entorno. Si hay una sobrecarga perceptual, un exceso de información que el cerebro no puede procesar, estamos bajo una situación de estrés y eso se traduce en malestar psicológico o fallas de los sistemas comunes de reflejo, algo que puede traer accidentes viales”, señaló el geobiólogo y comentó que, por eso último es que se retiró cartelería que se había colocado en la avenida Lugones.

En esa línea, Ardohain también hizo referencia al auge de carteles led por el desarrollo tecnológico y recordó la polémica por el que se había instalado en la intersección de Corrientes y 9 de julio, que debió ser retirado.

“Hay muchos carteles led en Belgrano. Hay cuatro en Cabildo y Juramento que, además, están encendidos toda la noche. Eso alteró la migración de especies nocturnas y la vida de los vecinos. Hay una presión del mercado para que eso exista y avance en barrios residenciales, como Villa Urquiza”, agregó y lamentó que, por la contaminación visual, ya no se vean las estrellas.

El especialista afirmó que la altura de edificios también es parte de la contaminación visual, ya que se devalúa la calidad de vida. Llamó a generar leyes que contemplen el derecho al sol y a la visual, algo que ya es un derecho adquirido en otros países. También pidió fomentar los techos verdes y los paneles solares, entre otras políticas.  

“Buenos Aires es una ciudad de espaldas al río. Hemos hecho una muralla, hoy solo se ven edificios”, recalcó Ardohain desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.

Finalmente, indicó que los organismos “dicen que no tienen poder de policía”, por lo que prácticamente no actúan ante casos de contaminación visual. Es por eso que los vecinos deben denunciar, ya que los jueces sí deben actuar por carteles o torres.


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