Piden a la CGT que fije “una posición clara” y plantee un “plan de acción”

Desde la Federación Gráfica Bonaerense apostaron a la unidad del movimiento obrero. También alertaron sobre el peligro de poner fin a las medida que protegen a su sector




Recientemente, la Federación Gráfica Bonaerense (FGB) realizó una presentación por escrito con su postura en relación a una posible unión de todas las centrales sindicales del país. Desde el sector, apostaron a que una “unidad que sea realmente duradera”.


Además, pidieron a la CGT que tome “una posición clara” en torno a la situación del país, ya que consideraron que la central “no puede tener ambigüedades respecto al proyecto económico y social que está en marcha en el país”.


“Hay una necesidad de actualizar el programa histórico del movimiento obrero, que siempre fue un punto de unión, es decir, que implicó estar juntos en función de una postura en cuanto a temas como la deuda externa o el rol del capital financiero. Eran puntos que hacían que el movimiento de los trabajadores estuviera unido y no por acuerdo entre dirigentes”, reflexionó Hector “Gringo” Amichetti, secretario general de la FGB, quien apostó a que la “unidad sea sólida”.


El dirigente también reclamó que la CGT plantee un “plan de acción” que deje sentado “cómo se para frente a las problemáticas” ya que “no se puede dejar libradas las protestas, la lucha y los reclamos a las regionales o a cada gremio de manera particular”.


“El pasado 29 de abril (en la marcha contra los despidos), se impuso en las centrales sindicales la necesidad de la unidad en la acción. El empleo es el tema central, por la preocupación que existe en la base de los trabajadores”, agregó en diálogo con “La columna vertebral” por Radio Arinfo.


En cuanto a la actualidad del sector de los gráficos, el secretario general de la FGB planteó la necesidad de “defender la producción nacional ante la desigualdad”.


“Por la libre circulación de los bienes culturales, los libros pueden entrar y no pagan aranceles. Entonces, las editoriales mandan a imprimir afuera. El gobierno anterior puso límites a esa competencia desleal y así se pasó de 35 millones de libros en 2003 a 128 millones en 2014 en hechos en talleres argentinos. Pero este gobierno, en seis meses, eliminó las medidas protectoras”, señaló Amichetti.


Y, tras comentar desde los micrófonos de Radio Arinfo que ya han manifestado su preocupación por este tema al gobierno, sostuvo: “Es imposible competir contra lo que llamamos el ‘dumping social’. Hay manuales escolares que se imprimen en China con mano de obra de barata y que acá se venden a precio de mercado, dando beneficios solo para el editor. si no lo detenemos a tiempo, esto será un torbellino. Están en riesgo los puestos de trabajo”.



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