La historia del Club Náutico Buchardo

Se trata de una entidad centenaria del barrio de Núñez




El 24 de septiembre de 1907, once hombres tomaron la decisión de fundar un club en el barrio de Núñez. Con ese fin, las autoridades les otorgaron a préstamo un pedazo de tierra abandonado de 50x80 metros en la parroquia de Saavedra, ubicada en Besares y el Río de La Plata, lugar que hoy ocupa la avenida Comodoro Rivadavia.

Era un predio sin servicios, un yuyal, y allí ese grupo de hombres decidió levantar la institución de cero y la llamaron Club Náutico Buchardo.

“Era una odisea llegar porque el lugar era una laguna. Allí, el arroyo Medrano se juntaba con Río de la Plata. Por eso se fundó un club náutico. En el acta de fundación se determinó como objetivo ser un club para enseñar natación y deportes náuticos”, contó  Marcos Efrón, socio vitalicio de la entidad.

El nombre del club rinde homenaje a Hippolyte de Bouchard, un francés nacido en 1780 en Saint Tropez, que vino a la Argentina y que participó en el regimiento de granaderos a caballo con José de San Martín, destacándose en la batalla de San Lorenzo.

El club náutico comenzó sus actividades con una simple casilla de madera y con la misión de conseguir socios, como así también de redactar estatuto como asociación civil sin fines de lucro, conformación que adopta hasta el día de hoy.

“La gente iba a pasar el día. El club tenía una playa donde la gente se bañaba, separadas las mujeres de los hombres. También había bailes de carnaval, regatas y cruceros”, recordó Efrón en diálogo con “Aquí la 13” en Radio Arinfo.

En los comienzos, los socios del club eran curtidores, maquinistas, herreros, sombrereros, canasteros, tipógrafos y costureras, entre otros. Había italianos, españoles, austríacos y argentinos. Hoy, en su mayoría, son profesionales.

En la zona, a principios del Siglo XX, había astilleros donde se hacían botes y veleros. Es por eso que por el club pasó Vito Dumas, el famoso “Navegante solitario” que hizo la hazaña de dar la vuelta al mundo sin motor y sin radio en un velero, solamente con una brújula primitiva.

En 1953, el Club Náutico BUchardo fue expropiado para realizar allí los juegos juveniles de Perón y Evita, aunque finalmente no se hicieron. Años antes, con el entubado del arroyo Medrano, se había abierto una sede náutica en San Isidro, en el arroyo Sarandí, por lo que en todas las actividades y los bienes de la entidad se mudaron allí. El predio de Núñez se devolvió en 1961.

En la actualidad, la entidad tiene una hectárea con seis canchas de tenis de polvo de ladrillo, dos gimnasios donde se hace básquet y vóley federado, una cancha sintética de fútbol 5, una confitería, un quincho, una pileta de natación, parque y juegos para chicos. “Es un club familiar”, aseguró Efrón, quien escribió un libro titulado “La historia oficial del Club Náutico Buchardo” luego de dos años de estudio de las actas de la entidad.

El periodista y escritor comentó que, recientemente, la institución sufrió un “sacudón tremendo” por los aumentos en los servicios. Antes pagaban 7 mil pesos de gas y ahora abonan 33 mil. En tanto, pasaron de tener 5 mil de luz a 25 mil. “Son cifras imposibles de pagar”, dijo el socio de la entidad que llegó a tener 2500 socios, pero que hoy cuenta con 600.

Aunque las cuotas sociales son el ingreso principal, a eso se suman algunas publicidades y alquileres de las instalaciones.

“Vamos sobreviviendo. Si hemos vivido 108 años, seguiremos sobreviviendo”, concluyó Efrón desde los micrófonos de Radio Arinfo.  




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