El Palacio Barolo, un ícono de la Ciudad de Buenos Aires

El edificio reúne una gran arquitectura y misterios que convocan a miles de visitantes al año




Cuando se construyó, a principios del Siglo XX, el Palacio Barolo era el edificio más alto de la Ciudad de Buenos Aires. Eso lo convirtió en un ícono porteño.

“Luis Barolo vino de Italia a la Argentina en 1890 y aquí desarrolló la industria textil. Tenía campos en Chaco y exportaba algodón a Europa. Entonces, hizo el edificio como lugar para albergar las oficinas desde donde administrar sus negocios”, contó Tomás Thärigen, integrante de Palacio Barolo Tours.

La construcción del edificio comenzó en el año 1919 y estuvo a cargo del arquitecto italiano Mario Palanti. El lugar para su emplazamiento fue elegido estratégicamente: el subsuelo iba a  ser un depósito para mercadería ya que estaba cerca del puerto.

Uno de los sueños de Barolo era traer los restos de Dante Alighieri. Es por eso que edificio tiene alegorías al poema del Dante en la Divina Comedia: están representados el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. El faro, desde el cual se ve toda la Ciudad, simboliza a dios.

El faro, justamente, es una de sus partes más relevantes. En octubre pasado, por ejemplo, se prendió de color rosa para concientizar sobre el cáncer de mama. En 1923, cuando se realizó la pelea entre Dempsey y Firpo, dijeron que se prendería en color verde si ganaba el argentino y en rojo si lo hacía el norteamericano.

“El edificio no es solo art nouveau, también tiene símbolos neogóticos, neorromanos y una cúpula hindú, inspirada en templos de la India que representan el amor”, puntualizó Thärigen en diálogo con “Con ojos de mujer” por Radio Arinfo y señaló que por debajo pasa un río, lo que convierte al espacio en “un lugar muy energético”.

Hoy, el Palacio barolo ofrece visitas que son aprovechadas por un público muy diverso. Hay visitantes extranjeros, pero también locales. Van personas de distintas edades. Recorren sus pasillos desde estudiantes de arquitectura hasta amantes de Dante.

“El tour hace hincapié en que Argentina en 1920 era una potencia mundial. Queremos mostrar lo que éramos, para volver a ser”, sostuvo desde los micrófonos de Radio Arinfo el encargado de las visitas, quien precisó que el Palacio puede recorrerse de día y de noche, en tours que incluyen shows de tango, violonchelos y violinistas.

Finalmente, Thärigen describió al Palacio Barolo como “un mundo aparte en el centro” y aseguró: “El edificio despierta el conocimiento. Los que vienen, se van queriendo saber más”.


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