Cómo aprender a disfrutar de las reuniones de Fin de Año

Para muchos, estos encuentros implican un estrés y una carga. La psicóloga Graciela Moreschi brinda consejos para pasarla bien en estas fechas




Las reuniones familiares, tanto de Navidad como de Año Nuevo, pueden ser momentos de mucho estrés y preocupación para ciertas personas. Sin embargo, hay pautas que podemos seguir para relajarnos y tratar de disfrutar de estas experiencia.

“Muchas veces comparamos con la familia ideal del otro o con la que pensábamos que teníamos de niños. Es decir, no podemos tomar distancia de esa magia de la infancia, que ya se perdió. La realidad es que se perdió esa mirada ingenua y está bien que así sea. Hay que aceptar que esta es la familia que tenemos: no tenemos que querer a todos, pero sí respetarlos”, planteó la psicóloga Graciela Moreschi.

Asimismo, la especialista dijo a “Con ojos de mujer” en Radio Arinfo que una de las claves para disfrutar de esta época del año es aceptar que son Fiestas para reunirse, que no implican medir el grado de afecto hacia otras personas.

“Hay luchas de poder, hay competencias y hay rivalidades. La realidad es que el afecto se mide por las cosas que pasan todo el año, no por una fiesta. No tenemos que amarnos todos en ese momento, las predilecciones se hacen durante el año. No se van a zanjar diferencias en esa fiesta”, afirmó.

La psicóloga también recomendó entender que las Fiestas son un ritual que responde a una tradición: “Eso tranquiliza. Si eso no está claro, si es lugar de exigencia para comparaciones o preocupaciones, uno la va a pasar mal. Es importante reconsiderar las tradiciones. De lo contrario, las vamos a sentir como exigencias y no como puntos de anclajes, que dan identidad”.

“Es una época para abrir la casa y conectarse. ¿Cuál es el problema de juntarnos con alguien que no vemos nunca?”, agregó en relación a una queja que suele escucharse bastante por estos días.

Finalmente, Moreschi calificó a diciembre como un mes “caótico” debido a que se rompen todas las rutinas, que son las que nos protegen.

“Los chicos ya no están en la escuela, hay muchas reuniones con amigos. Si bien son cosas lindas y divertidas, producen estrés, que es la adaptación a estímulos nuevos. Se junta todo y hay un nivel de estrés increíble. A eso se suma la exigencia de cómo uno se plantea las cosas. Tal vez hay que revisar eso y trabajar con las emociones, de bronca, tristeza, indignación o injusticia, que nos generan los otros”, finalizó desde los micrófonos de Radio Arinfo.


Escuchá "Con ojos de mujer" los martes de 14 a 15 horas por www.arinfo.com.ar

 

 



 
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