Tecnología: ¿Cómo hacer para que mejore la calidad educativa?

Una especialista analiza la introducción de las computadoras en las aulas y apuesta a reforzar los aspectos positivos de su inclusión




Las políticas tecnológicas en la educación son un camino complejo. En la actualidad, hay más de 22 millones de dispositivos en aulas de América latina, 5.400.000 de ellos están en Argentina, a través del programa Conectar Igualdad. De esa manera, queda claro que la región tiene al tema como uno de los puntos claves en las agendas educativas.

Según la Lic. en Ciencias de la Educación Maria Teresa Lugo, en América Latina hay una necesidad de distribución de dispositivos en las aulas como una manera de achicar la brecha de acceso y de fomentar la democratización del conocimiento. Las TIC (Tecnologías de la información y de la comunicación) se convierten así en un tema fundamental para la inclusión y la equidad.

“En la dimensión social de estos programas de ciudadanía digital y de democratización de conocimiento aparece la dimensión educativa: ¿cómo se hace para que la tecnología instalada en las aulas pueda ser un catalizador de cambios profundos y de fondo que impliquen nueva relación con el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje”, se preguntó Lugo en diálogo con “Aprendemos juntos” por Radio Arinfo.

La especialista en Nuevas Tecnologías y Educación trazó un panorama optimista en cuanto a poder mejorar la calidad educativa con el apoyo de tecnología. En ese marco, planteó que es necesaria una apropiación particular para que la tecnología no sea una mera distribución de dispositivos.

“Hay que entender el nuevo formato escolar. La cultura digital cambia formatos, tiempos, espacios, agrupamientos y hasta la idea de presencialidad. Algunos lo llaman ‘Nueva ecología del aula’, que transforma las maneras de enseñar y de aprender. Hay una nueva relación con el conocimiento”, aseguró la Lic. en Ciencias de la Educación.

Para Lugo, hoy hay una escuela “más relevante” y “más conectada con lo contemporáneo”. La puesta es a achicar la brecha de expectativas entre lo que los estudiantes necesitan y lo que la propuesta educativa les ofrece. “Hoy, en América Latina, la brecha se está amplificando. Hay que achicarla para estar en sintonía con las necesidades de los estudiantes del siglo XXI”, sostuvo.

La especialista evitó hablar de brechas generacionales y consideró que los conceptos de Nativos e Inmigrantes digitales ya “queda chica” para entender las múltiples relaciones que se generan con la tecnología. En ese sentido, llamó a revisar las estigmatizaciones

“Hay fenómenos como los youtubers o los booktubers. Hay mucha diversidad: algunos producen, otros distribuyen, otros consumen…Los jóvenes no son todos iguales, hay heterogeneidad y diferencias. Reconocer eso ayuda a pensar las trayectorias de aprendizaje y las propuestas de enseñanza”, apuntó.

Finalmente, Lugo hizo referencia a la capacitación docente: “El 20% de la inversión en formación docente hoy apunta a la formación inicial, mientras que el 80% va a desarrollo profesional y capacitación. Se necesita más énfasis, transformación y mejora de lo primero. También se requiere más formación para equipos de conducción: los directores necesitan capacitación específica para gestionar, desarrollar e implementar los programas”.

“El formato tradicional de curso hoy no funciona. 30 horas de formación fuera de la escuela equivalen a 3 horas de capacitación situada, con el mismo costo. Hay que pensar en la importancia de trabajar con otros diseños de formación”, concluyó desde los micrófonos de Radio Arinfo.

 

 

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