La equinoterapia como oportunidad para la autonomía

La escuela Hipocampo trabaja la rehabilitación de diversas discapacidades con el objetivo de que las personas puedan valerse por sí mismas




La equinoterapia o rehabilitación ecuestre implica usar al caballo como medio terapéutico, convertirlo en un co-terapeuta. Se utilizan todas las cualidades del animal, que son muchísimas, para ayudar a personas con discapacidades severas, como trastornos neuromotores, parálisis cerebral o accidentes. También se tratan trastornos de ansiedad, del ánimo o depresión. Esta terapia se puede realizar a  partir de los 18 meses y sin límite de edad. Cada tratamiento se hace de manera personalizada.

“El movimiento de tipo multidimensional representa el mismo patrón de marcha del ser humano al caminar. La estimulación en cada paso que da el caballo es múltiple y permite, a través de la plasticidad neuronal, crear otras vías para enseñarle al cuerpo a rehabilitar ciertas áreas”, explicó la Dra. Veronica Settepassi, coordinadora del equipo de Equinoterapia de la escuela Hipocampo.

El caballo es un proveedor de estímulos. Lo afectivo, lo sensorial y sus características de personalidad y temperamento, ayudan a trabajar de modo global. “Es una gran máquina de rehabilitación  que no se puede reproducir de manera ficticia. Es algo único”, valoró la especialista en diálogo con “Aquí la 13” por Radio Arinfo.

En la actualidad, ya son los médicos los que derivan a sus pacientes a realizar este tipo de terapia. Antes, eran los padres los que acudían de manera espontánea con sus hijos. No se trata de una terapia alternativa, sino complementaria.

“Los caballos son muy sensibles y no subestiman: hay que esforzarse para darle la orden correcta. Valoramos el trabajo de cuidado y la gestión del trabajo. Todos los chicos aprenden cómo cuidar al caballo. Se les da la oportunidad de no ser siempre receptores del cuidado y se les da un sentido de responsabilidad e importancia. El caballo más adecuado para cada paciente se mantiene en el tiempo. Nuestro más grande objetivo es la independencia de los chicos, que sean cada vez más autosuficientes y participen de la sociedad de una manera más integral”, sostuvo la Dra. Settepassi.

En la actualidad, la escuela Hipocampo cuenta con 116 pacientes y entre 12 y 14 caballos que no son son de una raza en particular. Solamente deben ser sanos, mansos y con buena biomecánica.

“Lo chicos van motivados y trabajan sin darse cuenta de que están trabajando por estar al aire libre, por el significado simbólico del animal, por trabajar en equipo y por el juego. La familia acompaña y ve el progreso”, dijo la coordinadora del equipo multidisciplinario.

La escuela cuenta con tres módulos de trabajo, de lo más severo a lo más leve. Algunos chicos hasta practican salto con sus caballos y participan en concursos integrados o específicos.

“Para nosotros hasta los objetivos más chiquitos son inmensos. Escuchar la risa de un chiquito cuando siente por primera vez el movimiento del caballo, no tiene precio. Todos los que hacemos esto, lo hacemos con mucha pasión y responsabilidad. Amamos a los caballos, que son compañeros de trabajo, y debemos estar bien formados a nivel profesional para brindar los mejor posible de nosotros. Lo hacemos con mucha pasión”, concluyó la Dra. Settepassi desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Más información: Club Hípico Buenos Aires. Figueroa Alcorta 4800.
 

 

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