Todos los secretos de la red de agua potable de Buenos Aires

Un repaso por la historia del servicio y por los desafíos de la empresa Aysa en la actualidad para garantizar el acceso a toda la población metropolitana




El agua es un servicio esencial y Buenos Aires fue la primera ciudad de América en tener un servicio de ‘agua filtrada’, como se la llamaba en aquel entonces. Incluso, el ámbito porteño de adelantó a países como Estados Unidos y Canadá en la provisión de este servicio

La preocupación por dotar a la ciudad de un servicio de agua potable surgió a principios del Siglo XIX, a partir de factores vinculados a enfermedades y a la contaminación del Riachuelo.

“Se estaba enfrentando una situación gravísima relacionada a epidemias de cólera y de fiebre amarilla. La situación era dramática. Unos visionarios se dieron cuenta de que la enfermedad no venía por el aire, sino por el agua y tomaron conciencia de la necesidad de construir las primeras instalaciones de agua y desagües cloacales. Entonces, crearon comisiones como la de Obras Sanitarias, que en aquel entonces era de Servicios de Salubridad. Así comenzó una nueva cultura, con gente que vino del exterior, con ingenieros que vinieron a construir las primeras instalaciones”, contó Diego Muñíz, vocero de la empresa Aysa.

El primero en tener proyectos para una red de agua corriente fue Bernardino Rivadavia, pero que estos no se concretaron. Recién en 1868 se construyó en donde hoy está el Museo de Bellas Artes la sala de bomba de Recoleta, que fue la primera de Buenos Aires.

Luego, se construyeron grandes depósitos de agua, como el de Córdoba y Riobamba, denominado Palacio de Aguas Corrientes. Por ser un punto alto de la Ciudad, allí había tanques para 62 millones de litros de agua que llegaban por gravedad a los hogares. Con esa provisión, se proveía a una parte importante de la Ciudad. Años más tarde se construyeron los depósitos de Caballito, Devoto y Constitución.

“En aquel entonces, se pensaban las obras para 50 o 60 años y es lo que nosotros estamos haciendo ahora. La concesión privada hizo instalaciones que no se pensaron con ese horizonte, sino a corto plazo”, sostuvo Muñiez en diálogo con “Aquí la 13” por Radio Arinfo.

Hoy, la fuente de agua para el área metropolitana es el Río de la Plata. De allí va a la planta potabilizadora de Figueroa Alcorta (cuyo nombre es San Martín), que se construyó cuando la planta Recoleta quedó chica y se inauguró en 1928. Al día de hoy, es la única hoy en la Ciudad y en Provincia está la de Bernal, llamada ‘Belgrano’.

Aysa abastece a toda la Ciudad de Buenos Aires y a 18 partidos del primer cordón del conurbano bonaerense.

La empresa hoy provee más de 3 mil millones de litros de agua por día y abastece a 6 millones de personas. En julio de 2014 se registró una bajante extraordinaria del Río de la Plata, lo que afectó a la planta San Martín. El Río bajó y el agua no llegaba a torres-toma, lo que obligó a utilizar el agua de batería de pozo, que generalmente es solo el 5% de la que se distribuye.

El vocero de Aysa aseguró que no existe ningún riesgo por tomar agua de la canilla en el área de concesión de la empresa. “Se ha creado una necesidad en la mente de los consumidores respecto de que el agua mineral es mejor que la de la canilla. Nosotros tenemos regulaciones y parámetros mucho más estrictos que las empresas de agua mineral. Es más seguro tomar agua de la canilla que de otro lado”, afirmó.

Además, hizo referencia al manejo de la red ante el boom de construcción que se registró en la Ciudad: “Cuando se construye un edificio torre, la empresa que lo hace tiene que pedir un certificado de factibilidad previamente. Nosotros le avisamos si hay que cambiar por una conexión de mayor diámetro y las constructoras son las que financian ese tramo de la red que se renueva. En esos casos en hay que hacer una readecuación de la red, esta se hace con financiamiento de los dueños del proyecto inmobiliario”

Muñiz señaló que dentro del país hay distintas situaciones y diferentes grados de cultura y conocimiento respecto de la problemática del agua. Planteó que la Ciudad y la provincia de Buenos Aires tienen mayor accesibilidad al agua por tener una “fuente extraordinaria” como el Río de la Plata. Aunque en otras zonas, como Mendoza, eso no ocurre porque no tienen una fuente tan accesible.

Finalmente, precisó que solo el 20% de la concesión está medida y explicó las razones por las que no se ha avanzado en la colocación de medidores: “Se han concentrado los esfuerzos en expandir las redes de agua y de cloaca. El objetivo es universalizar el servicio del agua en 2015-2016, que el 100% de la concesión tenga agua. En 2020 queremos lograr eso con los desagües cloacales con tratamiento. Para eso se han incorporado nueve plantas: queremos que lo que se devuelva al río se haga con tratamiento, algo que es importante para la salud y la calidad de vida de las poblaciones costeras, y también para el medio ambiente”.

“La inversión no se pone en ampliar medición, sino en ampliar la red y dar más servicio a la gente. Se han incorporado 2.500.000 de personas en agua y 2 millones en desagües cloacales. Se han extendido las redes en 4400 kilómetros en agua y 2700 en cloacas. La meta es llegar a las zonas más humildes, a la gente más necesitada. Hoy, el 85% de la concesión tiene cobertura de agua y el 67% de cloacas. El objetivo es llegar al 100%”, concluyó el vocero de Aysa desde los micrófonos de Radio Arinfo.

 


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