Cómo es el entrenamiento cognitivo-emocional para perros

Un entrenador cuenta cómo se trabaja para generar un equilibrio emocional entre el animal y sus dueños




La línea de entrenamiento para perros cognitivo-emocional es una metodología que toma muchas pautas de la psicología. Se busca entrenar perros de manera 100% positiva, aplicando agresividad de muy baja intensidad.

“Trato de equilibrar los estados emocionales del perro y de los dueños con respecto a ellos. Se trabaja en conjunto, yo no me llevó al perro. Normalmente, los problemas son porque los perros están desequilibrados emocionalmente y eso hace que tengan conductas que molestan”, explicó el entrenador Emir Moala.

El especialista precisó que se debe llamar a un adiestrador ni bien el perro adquiere la conducta que molesta y que siempre hay que tener en cuenta que el animal se manifiesta de esa manera porque es “un integrante de la familia, con sentimientos, que siente dolor y muchas cosas que uno no sabe”.

“Primero, hago una visita con todos los miembros de la familia. Charlamos y trato de ver cuál es la mayor problemática. Normalmente, es que hay mala comunicación entre los perros y los dueños. El perro no entiende lo que uno pide y se generan conflictos. El perro vive en mundo donde nadie lo entiende. Entonces, veo cómo podemos abordar la cosa porque no todos los dueños son iguales. Yo miro el estado emocional, físico, mental y también cognitivo del perro”, sostuvo Moala en diálogo con “La hora positiva” por Radio Mente Libre.

En esa línea, recalcó: “Ellos no hablan nuestro idioma y nosotros le hablamos en castellano. Yo les enseño a mis clientes a hablar ‘idioma perro’ lo máximo que se pueda y a entender lo máximo que se puedan las necesidades del perro. Hay gente que no cubre sus necesidades básicas: sacarlo a pasear, alimentarlo, dedicarle tiempo para trabajar. Todos los perros necesitan su espacio de juego y también de trabajo. Eso es muy importante para que esté equilibrado”.

“Siempre hay que plantearse lo que uno hace, nunca hay que culpar al perro. Por ejemplo, si los sacamos a pasear apurados, el perro interpreta y absorbe eso. Entonces, el paseo, que debe ser positivo, termina generando emociones negativas para el perro y también para el dueño”, planteó.

Finalmente, el entrenador señaló: “Los perros son perros y viven como perros. Son diferentes y tienen otros códigos de convivencia, incluso más claros que los de los humanos. El perro dentro de la familia está en una jauría y así lo interpreta. Entonces, necesitan un líder, alguien que les marque el camino, que diga lo que está bien o mal. Ese líder debe ser alguien en que el perro confíe. Nosotros somos sus guías”.

“Con este trabajo, están contentos los dueños y también los perros. Yo trato de mejorarlas emociones del perro para que también mejoren las del dueño. Siempre trabajo sobre los dueños”, finalizó Moala desde los micrófonos de Radio Mente Libre.
  


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