Cómo se trabaja en una comunidad terapéutica de adicciones

El caso de la Asociación “Sol de abril”, donde se hace hincapié en la contención al paciente y a la familia que acompaña en el tratamiento

“Sol de Abril” es una comunidad terapéutica de adicciones. Su objetivo es trabajar sobre este flagelo, abordando la prevención y la recuperación de los adictos.

“Las ONG cubrimos sectores vacíos que el Gobierno deja y que lamentablemente son muchos. Hay campos muy abiertos que están vacíos a nivel terapéutico en toda clase de instituciones, tanto privadas como públicas. Tenemos pocas herramientas para poder trabajar. Es una labor grata pero, a la vez, ardua y forzosa. Trabajamos con hombres y mujeres con distintas patologías, de distintas clases sociales, de distintas edades y géneros”, explicó Mariano Dieguez, integrante de la ONG.

En ese marco, recalcó que lo primordial del tratamiento es darles contención al paciente y a la familia, que es la que tiene que acompañar. “Esta es una enfermedad muy dolorosa para la familia. El paciente no es tan consciente de su enfermedad, pero sí las personas cercanas. Sí o sí tenemos que trabajar con ellos. La familia también tiene que hacer un tratamiento y cambiar sus conductas adictivas”, precisó.

Los que llegan a la comunidad, pocas veces lo hacen por su propia voluntad. En la mayoría de los casos, es la familia la que consulta. También tienen pacientes internados por orden de jueces. “En el primer caso, ya hay un 50% del tratamiento ganado, porque ya hay conciencia de la enfermedad”, valoró Dieguez en diálogo con “Patológicamente correctos” por Radio Arinfo.

La mayoría de las personas que llegan a “Sol de abril” lo hacen por consumo de pasta base (paco), cocaína y drogas de diseño, como el éxtasis. Antes la edad de consumo media estaba entre los 20 y los 30 años, hoy los chicos comienzan a usar drogas entre los 13 y los 20 años. Son adolescentes de todas las clases sociales.

“Las drogas avanzaron mucho en Argentina. Están establecidas las cocinas acá adentro, lo que facilita el comercio y el consumo. Los precios se abarataron. Rosario es gran ejemplo de lo que está pasando. Las autoridades no hacen nada porque no pueden o porque no quieren. No se puede hacer la vista gorda de que se cocina y se vende,pero hasta Gendarmería custodia los lugares donde se hace”, lamentó el integrante de la ONG.

Dieguez consideró que la droga es un “emergente de una sociedad enferma” y agregó: “Puede ser familia, un pueblo. Se comienza con el tabaco, alcohol, luego viene la marihuana, que se consume en forma masiva. Hay distintos grados de uso, abuso y dependencia. El paso entre eso es muy corto y no hay conciencia porque no hay prevención”.

En ese sentido, aclaró que el uso es cuando persona puede hacer uso de vez en cuando de una droga, el abuso es cuando se toma todos los días y la dependencia (psíquica) es cuando no se puede vivir sin esa droga, cuando ya la pide el sistema nervioso central.

El integrante de “Sol de Abril” dijo que los que se acercan a la comunidad a recibir tratamiento lo hacen porque “quieren dejar de sufrir” y planteó: “Los tratamientos a veces son efectivos al 100% y a veces no, porque no es el momento o porque los familiares no quieren ver la realidad. Muchas veces la familia niega lo que pasa por sentirse responsable o por culpa, aun cuando la persona sea consciente de su sufrimiento”.

“El de las drogas Es un problema que vivimos hoy y que padeceremos mañana. No tiene que ver con un nivel social u económico, sino con una enfermedad a tratar y con un paciente pidiendo ayuda. Venimos de generaciones donde fueron cambiando los valores y los principios. Todo fue cambiando a nivel social: creemos que fumar un porro o tomar una cerveza está bien y no es así. Tenemos que estar usando el tiempo en otras cosas, no en sustancias que alteren el sistema nervioso central”, finalizó Dieguez desde los micrófonos de Radio Arinfo.
 
 
 

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