La labor del Consejo de Derechos de niños, niñas y adolescentes de la Ciudad

Guadalupe Tagliaferri, presidenta de la entidad, da detalles cómo trabaja el organismo y promueve la toma de responsabilidad por parte de los adultos

En el año 2014 el Consejo de los derechos de niños, niñas y adolescente de la Ciudad de Buenos Aires intervino en cerca de 21 mil casos de niños con sus derechos vulnerados. Las situaciones abordadas fueron desde la falta de vacantes en escuelas, hasta el acompañamiento para realizar el trámite del DNI. Pero, , la gran mayoría de los casos, tuvo que ver con situaciones de maltrato físico, psicológico y negligencia.

“Son todas situaciones en las que los niños están en situación de vulneración radical de sus derechos. Son los padres los que vulneran sus derechas y los casos crecen, lamentablemente”, sostuvo Guadalupe Tagliaferri, presidenta del organismo.

El Consejo es un organismo creado por la ley 114 y ratificado por la normativa nacional. Realiza campañas de concientización sobre maltrato e interviene en casos en que se detecten situaciones de vulneración de derechos. Los canales a través de los que les llega la información suelen ser las escuelas públicas, los centros de salud u organizaciones sociales que trabajan con la infancia.

El Consejo cuenta con una guardia jurídica para actuar en casos de extrema gravedad en los que haya que proteger al niño, niñas o adolescente en forma inmediata. También se trabaja desde defensorías, intentando fortalecer a la familia e identificando si esa vulneración de derechos es por falta de recursos materiales y simbólicos de los padres, no una situación que ocurre adrede.

“Trabajamos con el Estado para garantizar el acceso a la educación, la salud y fortalecer los recursos. Solo en última instancia se toma la decisión de que los niños sean provisoriamente separados del seno familiar para proteger su integridad física y psicológica”, explicó Tagliaferri a “Radio casona” en Radio Arinfo.

En la Ciudad existe una línea de denuncias telefónicas, el 102. Se trata de una herramienta fundamental, que hoy está en 16 provincias y que, en el ámbito porteño, recibe entre 4 y 5 mil llamados anuales.

“Nuestro desafío es que nos llamen los chicos, porque está pensada para ellos. Hoy siguen llamado más los adultos. El desafío es que chicos registren esta línea de ayuda como lugar para llamar directamente”, planteó la presidenta de la entidad.

La guardia permanente de abogados ha crecido en recursos en los últimos tiempos. Funciona las 24 horas y corren a la emergencia de manera permanente. En 2014, se hicieron cerca de 5 mil intervenciones para hacer cesar la vulneración de derecho. En cada intervención, se evalúa la criticidad de la situación en materia de riesgo inminente.

En caso de definir la exclusión de hogar del niño, niña o adolescente afectado, se trata que este vaya con referente o que, finalmente, ingrese al sistema de protección. “La Defensoría sigue el caso y lo evalúa en profundidad. En otros casos, se pueden firmar actas de compromiso con la familia para trabajar en el largo plazo. Las Defensorías trabajan articuladamente con los espacios de educación, los de salud y los referentes de la familia”, aseguró Tagliaferri.

Respecto a cuál es la situación hoy en materia de cumplimiento de los derechos de los más pequeños, la especialista consideró: “Después de tantos años de la sanción de la Convención, todos los organismos que trabajamos con temas de infancia debemos reflexionar sobre cuánto es lo que se puede trabajar con los adultos en desventaja de los niños. Hacer todo lo que haga falta para que la familia pueda garantizar derecho de los niños, pero eso no puede extenderse tanto en el tiempo. No sé si es bueno que esa oportunidad para los adultos lastime la psiquis de los niños. Eso es algo a pensar colectivamente”.

“A los adultos nos gusta no hacernos cargo de las cosas que hacen los adolescentes. Nos horrorizamos. No nos damos cuenta ni registramos lo que hacemos nosotros. No nos hacemos cargo de lo que nosotros como sociedad hacemos permanentemente. Decimos que los pibes están violentos o ‘no respetan nada’”, agregó.

Asimismo, recalcó: “Los adultos han comprado el discurso de los derechos del niño porque les es cómodo para sacarse responsabilidades. Pero, que los chicos tengan derechos, no nos excluye a los adultos de las responsabilidades de criarlos. No hay que escudarse en los derechos para no poner el cuerpo, respetar, no acompañar. Así, los chicos solo se nutren de ejemplos de desinterés”.

Al ser consultada sobre la marcha “Ni una menos” y la ola de femicidios que se han registrado en el país, Tagliaferri señaló: “En estos últimos casos, en que el que produce el femicidio es un niño o cuando hay acoso entre pares, la postura es que todos los involucrados son víctimas. Un niño que produce algo entre pares en la escuela, viene de una familia donde no ha logrado tener empatía, en la cual es discriminado y sufre situaciones de violencia que replica con aquel que considera inferior, como le sucede a él”.

“La violencia de género es una pauta cultural aprendida y naturalizada dentro del espacio familiar. El niño abusador es un niño que sufre abuso y lo establece como pauta naturalizada. Los niños se forman en función de lo que los adultos responsables les exponen y les muestran como natural. Fallamos como sociedad, Estado y cultura si, como adultos, convalidamos las situaciones de violencia”, remarcó desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Finalmente, la presidenta del Consejo hizo un llamado a mejorar el trabajo y las articulaciones entre las entidades que trabajan la temática de la infancia: “Hay organismos y organizaciones que trabajan muy bien y otras que no dan la debida respuesta. Tenemos que seguir trabajando y obligando a la sociedad a interpelarse respecto a la infancia sobre lo que hacemos. El Norte aún no es el mismo en toda la sociedad, nos queda un camino para recorrer en la defensa real y concreta de derechos de chicos y chicas”.
 
 
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