Luis Zorz, una leyenda del fileteado porteño

El artista recuerda sus inicios y habla de su reciente labor en “La casa de los cien Gardeles” en Parque Patricios




Luis Zorz nació hace 83 años en el barrio de Bajo Flores. Sin embargo, el gran fileteador es conocido por la labor que desarrolló en los barrios del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, como Parque Patricios o Barracas, zona a la que regresó recientemente para dar su aporte en “La casa de los cien Gardeles”.

“Hace muchos años que estoy en este ‘métier’, en la tradición del filete y en su continuidad. Mis comienzos fueron pintando chatas. En aquellos años, lo que se hacía era arreglar la cara de los carros. Empecé en Parque Patricios y Barracas. Era muy jovencito, tenía 15 o 16 años. Me fui perfeccionando en el oficio, pero empecé de abajo”, contó el artista.

Respecto a sus maestros, recordó: “Conocí a León Untroib cuando tenía 12 o 13 años y él era el fileteador más importante de aquellos años. A través de él, luego conocí a otros fileteadores importantes”.

Recientemente, Zorz brindó su aporte a la obra de “La casa de los cien Gardeles” que se realizó en la casa de la calle Inclán 3090, donde diversos artistas dibujaron cien rostros del “Zorzal Criollo”. El fileteador realizó su intervención en una placa y en la parte artística de las letras. “Me pareció un trabajo bárbaro”, destacó en diálogo con “Resumiendo punto cuatro” en Radio Arinfo.

En la actualidad el artista da un taller de filete en el Foro de la Memoria de Parque Patricios todos los sábados de 10 a 12 de la mañana. Sobre cómo llegó a este espacio, comentó: “Fue una idea de su Presidente, Manuel Vila. Yo no creía en dar clases y dudaba de que hubiera alumnos para filete. Finalmente, me llamó, me convenció y lo hice. Hoy tengo alumnos de todas las edades, porque la profesión involucra desde los jóvenes hasta a la gente más grande”.

Zorz señaló que, para la técnica del filete se trabaja con pintura acrílica y, en relación a los motivos que se utilizan, recalcó que es una técnica muy involucrada con el tango: “El filete es sinónimo de tango y milonga. Gardel, por ejemplo, tiene que estar en un marco de óvalo con ornatos. Él el es el ícono de los fileteadores porque nació pintado en el carro. Los que lo hicieron popular fueron los carreros. Después de su muerte, en Buenos Aires no había otra cosa más que el cine y los discos para verlo y difundirlo. Entonces, los muchachos de los carros lecheros y verduleros, ponían su foto para divulgarlo”

Asimismo, precisó que el filete que se acostumbraba ver en los colectivos es un trabajo distinto al tradicional, que era del carro. “Son líneas, de otra escuela. Siempre estamos dentro de la línea de la pintura popular, pero es otra cosa lo del colectivo”, detalló.

Finalmente, recomendó desde los micrófonos de Radio Arinfo ir al Museo de la Ciudad a ver obras de fileteadores porteños. “El filete está arraigado en la cultura porteña, en lo popular. Hay muchas gente que lo trabaja”, concluyó.
 
 
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