“La literatura es un universo de información y, a la vez, de deformación”

Julio Ledesma, creador de la Biblioteca Folklórica Itinerante, contó cómo se inició en la lectura y habló de las posibilidades que brindan los libros




La pasión de Julio Ledesma por la literatura comenzó como “algo fortuito”, según él mismo lo define, cuanto tenía tan solo 14 años en su Santiago del Estero natal. Una amiga de su madre se iba a quedar sola por dos semanas y le pidió que fuera a su casa para hacerle compañía. Ese fue el puntapié inicial para una vida que luego estaría íntimamente vinculada a los libros, la lectura y la escritura.

“En esa casa encontré un baúl con libros de Julio Verne. Durante esos 15 días me pasé cinco semanas en globo, hice un viaje al centro de la tierra y hablé mano a mano con conquistadores. Fueron aventuras a las que en mi vida hubiese tenido acceso, si no hubiese sido por ese fortuito accidente de la mujer que me invitó a su casa”, recordó Ledesma.

En esa línea, continuó: “De ahí en más, el camino hacia la literatura folklórica, criolla y centro-sudamericana vino despacito por las amistades, por la guitarra, por el canto, por la música y por el mismo Festiaval de Cosquín que, a partir de 1961, fue un epicentro total de la manifestación cultural criolla centro-sudamericana. También influyó el hecho de ser santiagueño, porque Santiago en el 60’ ganó el certamen sudamericano de folklore en Buenos Aires”.

En 1964, Ledesma y otros vecinos crearon la primera biblioteca en el barrio Tala Pozo y él entró como secretario de la Comisión Directiva a ocuparse del ordenamiento del material bibliográfico. “Así se fue formando, despacito, la manía de leer, investigar y escribir”, reveló al programa “La hora del chelco” en Radio Arinfo.

En 1986, el escritor fundó la revista “Savia argentina” y, en enero de 1987, se fue a exponerla a Cosquín. Ese sería el origen de la Biblioteca Folklórica Itinerante: “Participé de la feria de artesanías y la gente me pedía libros como el Martín Fierro o Santos Vega. Eso motivó a que fundara la biblioteca folklórica itinerante. Me pasaba todo el año en festivales como Colón, San Juan, Cosquín, Neuquén, Río Negro. En cada lugar ofrecía una disertación sobre un libro. Me sentía contento, tranquilo, dormía en el auto y allí también llevaba todos mis enseres. No tenía dramas. Salía por tres o cuatro meses y luego volvía a casa”.

Ledesma lleva escritos seis libros; cinco tomos de Memoria Folklórica Santiagueña y uno sobre la historia del criollismo en América. Recientemente los estuvo presentando la Casa de la Puerta Histórica de Monte Grande.

Finalmente, el escritor dio su visión sobre lo que pueden generar los libros en las personas: “La literatura es un universo de información y, a la vez, de deformación. De acuerdo a lo que uno lee y cree, se transforma en un fanático intolerante o en un tranquilo caminador del universo. Es difícil de predecir qué le pasara a cada uno, porque eso responde a la subjetividad de quien recibe el material”.

“Hay material escrito literario que sirve para que uno sea un criminal o para que esté de acuerdo con los asesinatos, y otro que sirve para que uno pueda vivir armoniosamente en el cosmos. Todo eso depende de quién recibe, cómo lo analiza y cómo trata de vislumbrar o arbitrar esas cosas para darse cuenta qué es lo que quieren decir”, concluyó desde los micrófonos de Radio Arinfo.


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