“Un diagnóstico no es crucial para empezar a trabajar con un chico”

El psicólogo Juan Pablo Mattarucco explica cómo se trabaja en un hogar con los chicos que llegan diagnosticados con autismo




Cada vez abundan más los diagnósticos de chicos con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y, en ese marco, el psicólogo Juan Pablo Mattarucco, habló de cómo se trabaja con estos niños y niñas en el Espacio Abierto del Hogar La Casona de los Barriletes.

“El de los diagnósticos y las etiquetas es un tema álgido. Se trabaja hace muchos años esta cuestión, que es muy crucial en el abordaje de niños. Particularmente, en La Casona trabajamos con niños en un ámbito que no es en clave de salud o médico”, señaló el profesional, quien se desempeña como psicólogo institucional de la entidad desde 2009.

En esa línea, planteó: “Desde La Casona nuestro diagnóstico es, en principio, situacional y comunitario en relación al padecimiento de los chicos que atendemos. Siempre eso se mezcla con el diagnóstico con el que vienen.  La impulsividad o la agresividad muchas veces se ven en los servicios de salud desde un lugar meramente psico-patológico y no como síntoma del propio contexto”.

“La clave para pensar esta cuestión es el diagnóstico situacional: pensar al chico en su entorno, en su contexto, el por qué. Todo eso a veces queda recortado del diagnóstico psico-patológico, que hace a una conducta disruptiva, con un sesgo muy discapacitante. Los diagnósticos a veces se plantean apresuradamente y es un tema complejo que requiere un abordaje de a poco”, remarcó Mattarucco en dialogo con “Radio casona” en Radio Arinfo.

El psicólogo advirtió que, a veces, el diagnóstico de autismo “se reitera tanto que se convierte en una etiqueta” y que puede ser “una forma de presentación que reduce”. Asimismo, afirmó que el diagnóstico es parte de un proceso que ayuda a “soportar una pregunta” y “dar una rápida respuesta”, pero que muchas veces no es crucial para comenzar tenerlo para comenzar a trabajar con un niño o niña.

También destacó la importancia del trabajo interdisciplinario para abordar estos casos, ya que esta dinámica permite “poder pensar con otros las realidades tan complejas con las que nos encontramos”.

“Muchas veces tenemos que desandar un diagnóstico. Eso implica que hay diagnósticos que están muy ligados a un juicio respecto a la discapacidad: no va a poder tal cosas, sí va a poder tal otra. Es excesivo en términos de querer explicar el devenir de las cosas. Muchas veces, los mismos chicos o sus familiares se aferran demasiado a ese diagnóstico como forma de equilibrar significación en relación a lo que ocurre”, sostuvo Mattarucco desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Y, finalmente, recalcó: “El diagnóstico tiene un vector que a veces es asumido: del que se ubica en el lugar de discapacitado, que es también un espacio cómodo. Es algo que aparece mucho. El certificado de discapacidad, además, aparece como un recurso social o señalador de puede/no puede. Nosotros, en cambio, acompañamos en el buen uso de esa certificación médica”.

 


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