Un abordaje a la relación entre la acupuntura y las neurociencias

Un especialista habla sobre la importancia del estudio de las técnicas ancestrales de la medicina china




El psicólogo y psicopedagogo Daniel González Barreiro comenzó a interesarse por las neurociencias hace una década, cuando advirtió que existía un hilo conductor entre la medicina tradicional china, las funciones de la acupuntura y la salud humana.

“El hilo conductor es el cerebro humano, es la línea que conduce todas las funciones relacionadas a lo neuropsicológico, a la función del sistema nervioso y a la recuperación de la salud. La gran pregunta es qué pasa con las personas que recuperan su salud después de encontrarse con un chamán o un curandero, habiendo fracasado con otros tratamientos. La respuesta verdadera no está en el otro, sino dentro de la propia persona que encuentra vías de curación internas regidas por el sistema nervioso, igual que los meridianos de acupuntura”, explicó.

Sobre cómo funciona la acupuntura, Barreiro precisó: “Cuando me pincho en el dedo, inmediatamente genero una reacción en todo el sistema de alarma. Lo maravilloso que descubrieron los chinos es que estos puntos, que tienen emplazamiento específico en el cuerpo, provocaban reacciones locales y también a distancia. En Occidente, entendemos que esas reacciones están mediadas por neurotransmisores, por funciones del sistema nervioso similares al arco reflejo. Para los chinos, esas reacciones eran energía. Su paradigma cultural es diferente al nuestro. Hace cinco mil años ya conocían la función del cerebro. Los chinos ligaron emociones y corazón hace más de 5 mil años. No se trata del órgano, sino de la estructura emocional y energética”.

“Nosotros tenemos una idea cultural que parte de la estructura occidental: ver para creer, el positivismo. Cuando los chinos crearon este sistema, se enfrentaron a un dilema de su propia cultura: eliminar la superstición. Para nosotros, todo lo que no es conocimiento objetivo pasó a ser descartado desde el Siglo XVII. Para los antiguos chinos este acerbo de la cultura fue mantenido durante mucho tiempo. Pasaron de una cultura chamánica a una pre-científica y luego se acoplaron a Occidente en la ciencia actual”, señaló el integrante del Colegio de Acupuntores y Naturópatas en diálogo con “Con ojos de mujer” por Radio Arinfo.

Recientemente, dentro del Colegio de Acupuntores se fundó el Departamento de Neurociencias y Medicina Tradicional China, con el objetivo de realizar investigaciones y estudios. La misión es “dejar de lado distancia entre distintas disciplinas para trabajar trasdisciplinariamente y dar sentido a las antiguas tradiciones desde la ciencia actual”.

Sobre algunas de las cuestiones que se abordarán en este espacio, Barreiro planteó: “Hoy en los niños abunda el diagnóstico de ADD (déficit de atención), las afecciones y la medicalización. Tienen problemas que son de los adultos en su mayoría. Cuando hay problemas reales, podemos trabajar con caminos diferentes a través de la medicina china, la acupuntura y la fitoterapia. Proponemos diferentes estrategias para mejorar su calidad de vida. En otro plano, el deterioro de los sujetos de la tercera edad tiene que ver con funciones de la energía, según la llamaron los chinos. Se pierde potencia del cuerpo, capacidad de relacionarse con otras personas incluso las propiedades y hasta las familias. Los adultos mayores terminan en depósitos donde pierden su ser anímico y esto es tremendo. En el medio estamos nosotros. Somos los actores que debemos llevar adelante el bienestar de estos seres en esta sociedad. Si no cuidamos a nuestros ancianos, no respetamos nuestra historia. Si no cuidamos a  nuestros niños, no tenemos futuro. La cultura y la población del mundo deben hacer un trabajo inmenso”.

“La cultura es un entramado que se forma desde redes de nuestras neuronas. Podemos reformar la cultura y cambiar la sociedad, pero si esta genera sujetos sin historia ni futuro, estamos generando la gran epidemia de autismo que ya tenemos. Entonces, hay que entender cómo funciona nuestro cerebro: es una estructura que arma relaciones llamadas redes neuronales para la supervivencia. Estas se gestan a través del relato del otro. Es por eso que debe haber redes de palabras que permitan a los niños tener el gesto que cambie el mundo, de lo contrario, vamos a tener solo autistas”, dijo el especialista sobre el valor de las neurociencias.

En esa línea, Barreiro sostuvo desde los micrófonos de Radio Arinfo: “En el ámbito de las neurociencias existe lo que se llama teoría de la mente. Aprendemos a leer la mente de otros, los gestos. Leemos qué es lo que dice con una mirada, con una mano alzada, con una sonrisa o con una cara de enojo. Es una estructura que tiene todos los primates, no solamente el hombre. Heredamos esto para sobrevivir. Si negamos esta conducta de persona a persona, también estamos generando una mutación. Ante esto tenemos que detenernos. Una mutación en uno genera mutación en toda la sociedad”.

“Los antiguos chinos tenían un médico de familia que cobraba siempre que la gente estuviera sana. Cuando se enfermaba, no cobraba más. Hacía acupuntura, digitopuntura, masajes, enseñaba a respirar para mantener la salud o a hacer tés, no estaba para sanar cuando alguien estaba enfermo. La idea era diferente. Hoy hemos perdido los niveles de comunicación. En vez de enfermos, hay enfermedades. Hablamos de que viene una lumbalgia, una úlcera o una gastritis cuando en realidad viene una persona”, lamentó.

Finalmente, el especialista sentenció: “Se ha perdido la estructura de conocernos y las relaciones con otros sujetos. Estamos en espacios aislados donde somos rotuladores y nos alejamos de los hombres. Necesitamos más actos de amor para conseguir mejores sociedades. La verdadera medicina es la que cura y hay que encontrar el camino dentro nuestro”.

 


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