Política y educación: “La escuela no es neutral”

Así lo afirmó el investigador Pedro Núñez. Sostuvo que los establecimientos se ven permeados por las coyunturas y los debates de la sociedad




El 2015 será un año de elecciones en la Argentina y los jóvenes desde los 16 años volverán a concurrir a las urnas. En ese marco, la escuela no queda exenta de los debates respecto a la coyuntura, la participación y las realidades políticas del país.

“La última dictadura cortó y rompió una serie de intentos de participación política en muchos ámbitos de la sociedad, también en la escuela secundaria. Con la recuperación democrática en 1983, con sus altos y bajos, esto comienza un proceso de recuperación de aquellas instituciones e instancias para los jóvenes, como los centros de estudiantes”, explicó el Dr, en Ciencias Sociales y docente Pedro Níñez, quien trabaja la relación entre juventud, escuela y política.

En su libro “Política en la escuela”, Núñez buscó pensar y entender qué ocurre adentro de una escuela que es permeada por un afuera: “Me pregunto por la política de manera muy amplia. La política en la escuela tiene que ver con formas tradicionales de participación, como centros de estudiantes o delegados, pero también con el trato entre docentes y estudiantes y  las relaciones que se establecen entre ellos. La política también  pasa por los espacios  por donde los alumnos pueden o no circular, por las normas que se establecen, etcétera. Se trata de pensar la política en al cotidianeidad de la escuela: patios, situaciones de discriminación, relaciones, vínculo con los adultos, entre otros”.

“La escuela nunca es neutral. Tiene un mandato desde la conformación de los grandes sistemas educativos nacionales, que se despliegan en paralelo con la conformación de los estados nacionales. Entonces, hay una fuerte impronta del tipo de ciudadano que el Estado está pensando en formar. A lo largo de la historia, los contendidos que se enseñan y se dejan afuera, las efemérides, la forma de transmitir la historia, todos ellos tienen una mirada”, planteó el especialista.

Asimismo, afirmó que los docentes son los grandes transmisores: “Los contenidos siempre vienen producidos por el Estado Nacional, por determinada composición. Pero los docentes tienen su modo de transmitir y de poner en juego saberes en las voces que habilitan para cuestionar los relatos oficiales. Así expresan una posición y habilitan experiencias mucho más gratificantes para los estudiantes”.

“La política está permanentemente presente en nuestra vida y en la cotidianeidad. De acuerdo a coyunturas políticas y contextos, cada uno está actualizado o empapado de debates. En la actualidad, lo niños y adolescentes reciben mucha más información porque el debate público es mucho más robusto que años atrás. Entonces, no sorprende que, a edades muy tempranas, los chicos ya sepan el nombre de la presidenta o conozcan situaciones particulares. La escuela no es una institución aparte de la sociedad. Todas las discusiones y coyunturas la permean”, remarcó Núñez en diálogo con “Aprendemos juntos” por Radio Arinfo.

Al ser consultado sobre cómo se percibe entre los alumnos la actual rivalidad entre Gobierno y Oposición, el especialista apuntó: “En nuestras investigaciones encontramos distintos posicionamientos frente al Gobierno y los partidos, pero no encontramos una diferencia marcada entre ellos—nosotros. Hay jóvenes que presentan listas para centros de estudiantes y que adscriben posiciones, algunos pertenecen a partidos políticos, otros no quieren saber nada, están también los reclamos de los jóvenes gays y las chicas lesbianas…Hay una diversidad y heterogeneidad de situaciones”.

“La escuela invita a pensar la política más allá de pro-gobierno o anti-gobierno. Hay que pensar qué ocurre cotidianamente en las escuelas con la certeza de que cuanto más se discuta y se debata de política y se inviten más voces, eso es mucho más enriquecedor para todos”, agregó.

Asimismo, el docente habló del debate Apatía vs iniciativa juvenil: “Generalmente, los adultos tendemos a ver a los jóvenes como apáticos o como súper participativos, no vemos matices. Es una mirada adultocéntrica: los problemas de los jóvenes suelen ser definidos a partir de lo que los adultos creemos que son sus problemas. Hay que preguntarse, entonces, cuáles son los problemas que ellos definen como tales. Tenemos que tratar de comprender desde sus propias definiciones.

“Decir que en los años 90’ ninguno participaba o que ahora son todos hiper participativos. No es ni una cosa ni la otra. Hay que pensar la política viste desde ellos: qué cuestiones los interpelan, qué cosas los movilizan, qué cosas les interesan o no de la vida política, más allá de los adultos queremos”, señaló.

Respecto al rol que juegan hoy los centros de estudiantes en las escuelas, Núñez expresó: “Estos tuvieron un fuerte auge en los 80’ y transitaron con altibajos luego. Hoy, en la Ciudad de Buenos Aires los centros con mayor presencia son los de escuelas de fuerte tradición, de muchos años, donde hay un aprendizaje de generación en generación respecto a los centros de estudiantes como herramienta de derecho de los jóvenes. Hoy tenemos un conjunto de políticas y de leyes que fomentan la participación de los jóvenes. Pero los centros son solo una manera de participar: de la misma manera que a algunos chicos les interesa participar en centros, otros pueden querer hacer otros tipos de agrupamientos o plantear de otras maneras sus reclamos. Eso también tiene que ver con la política. El centro es importante, pero no nos podemos quedar con eso. Hay otras formas innovadoras y creativas de organizarse. El centro de estudiantes es una herramienta, pero a veces es un mandato adulto también”.

“Nosotros como investigadores hemos estado en escuelas tomadas por estudiantes sin centros de estudiantes. ¿Ahí qué pasa? ¿No hay política porque no hay centro? Todo lo contrario, hay otra manera de reclamar y eso habla de su capacidad de organizarse, de tener lazos, de una sociabilidad que se construye entre ellos en pos de la demanda que plantean. Por el contrario, hay escuelas con centros que no tienen mucha incidencia”, manifestó desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Finalmente, el Dr. en Ciencias Sociales resaltó que, lo que caracteriza a los jóvenes de hoy, es la heterogeneidad: “Hay muchas maneras de ser joven y, por lo tanto, de entender la política y de participar. Hay centros de estudiantes, campañas contra la violencia, por la diversidad sexual, etcétera. Hay una mixtura de formas de participar y de interés de los jóvenes, donde lo cultural tiene presencia muy marcada”.

“La política empieza desde el nacimiento. Estamos impregnados de coyunturas, de momentos históricos que atravesamos y de los cuales nos empapamos. Uno crece con referencias, recuerdos de la política. Es algo innato y, si uno considera las distintas voces en juego, al contrario de los que suele pensarse, es mucho más gratificante para los jóvenes poder participar activamente”, finalizó el especialista.

 Escuchá "Aprendemos juntos" los miércoles de 17 a 18 horas por www.arinfo.com.ar

 


 
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