Las mejores anécdotas e historias del barrio de Núñez

Fernando Piaggi es vecino del barrio y escribió un libro que recopila los relatos más interesantes y los mitos que circulan en la zona





“Historias entre orillas y durmientes”, es el nombre que recibe el libro que Fernando Piaggi escribió como parte de una necesidad propia, de una inquietud que tenía desde chico, de contar relatos sobre el barrio porteño de Núñez.

“Al barrio lo sigo hace muchos años, unos 40. Tenía anécdotas que fui mamando de chico y que fui recibiendo de generaciones anteriores. Mis abuelos estuvieron allí ya en 1930 y prácticamente toda mi familia sigue estando en esa zona”, contó.

A partir de la riqueza de las anécdotas que recopiló, Piaggi se decidió a plasmar todo eso en un libro: “Hice un bosquejo muy superficial, se agrandó con los años y me propusieron hacer el libro. Era todo un desafío porque yo no soy escritor, tenía otra carrera y otros horizontes. Lo logré y en poco tiempo se agotó. Aún hoy el libro me sigue dando muchas satisfacciones”.

El autor destacó que todos los relatos fueron estudiados y valorizados con distintas fuentes. El libro, además, recorre los primeros asentamientos dela zona. Sobre estos, dijo a “Aquí la 13” en Radio Arinfo: “En Núñez primero se pobló la franja de la costa, con los primeros pobladores de origen escocés. Ellos fueron los pioneros. Vinieron durante la presidencia de Rivadavia, quien incentivó inmigración extranjera. Llegaron con esa oleada. En homenaje, le pusieron su nombre al establecimiento de cabaña donde hoy está la estación. Son detalles que pocos conocen”.

“Tampoco muchos saben que el primer aeropuerto de la Ciudad estuvo en la estación Rivadavia, en Pico y Libertador.  Allí bajaban y subían naves aerostáticas de una compañía italiana de turismo. Duró poco tiempo y los dirigibles fueron cedidos a la Armada argentina con el nombre de Pampa”, relató.
Sobre la nomenclatura de las calles, reveló: “La zona tiene nombres de militares que participaron en los inicios de nuestro país, de 1806 a 1850. Algunos estuvieron con Belgrano en la expedición al Paraguay, en el ejército del Norte o en el de los Andes con San Martín. En el libro incluyo una pequeña biografía de estas personas”.

Piaggi también dio detalles de uno de los mitos más grandes que aún persisten en el barrio y que es el que dice que el cuerpo de Eva Perón estuvo escondido en una casa de la zona: “Una vez escuché un comentario de mi abuela sobre una casa que estaba a una cuadra. Ella dijo que Eva Perón estuvo en esa casa. Eso me quedó grabado y lo empecé a rastrear. Llegué a fuentes que, después de muchos años, tomaron el dato. A principios de 1956, después de Revolución Libertadora, el cadáver había sido sacado de la CGT y comenzó su derrotero. Los servicios secretos militares, en aquel entonces, del Ejército, tenían un comando especializado para moverlo constantemente para esconderlo de los peronistas que lo querían encontrar  para rescatarlo y de los antiperonistas, que lo querían para ultrajarlo. En este derrotero, el cuerpo cae en la casa de un oficial. Él vivía con su mujer, con quien estaba recién casado. Era por General Paz, a la altura del túnel del Banco Nación. Las tensiones nerviosas de la persona que tenía el cadáver en su custodia eran elevadas, vivía con una pistola 45 debajo de su almohada. Era una noche de verano a fines del 56’, la mujer rubia estaba embarazada, se levantó, salió al balcón y el marido creyó que era el fantasma de Eva Perón. Le descargó todo el cargador a su mujer. Eso nunca trascendió. Vino la policía y gente del ejército que se llevaron al oficial y al cadáver”.

“Después de muchísimos años, hablé esto en la estación Rivadavia con un policía. Él se asombró y me dijo ‘me develaste un misterio’. Me contó que cuando se recibió, su primera consigna fue quedarse en esa casa toda la noche, pero no sabía por qué. Después de 40 años, se enteró de lo que había pasado”, comentó con asombro.

Más allá de la parte histórica, Piaggi es un activo vecino que pelea por resolver las problemáticas actuales de Núñez. Lamentó que el barrio no tenga tanta actividad como los aledaños Belgrano o Colegiales, que cuentan con diversas asociaciones o juntas historiadoras.

“En la década del 60’, 70’ y 80’ en Núñez había asociaciones de comerciantes y una movida vecinal importante. Después, cayó en una dejadez y en un cambio generacional. Se tiraron muchas casas, llegó mucha gente sin arraigo ni pertenencia. Eso trajo desinterés por el terruño. Con un grupo de amigos hemos hablado sobre este tema, sobre la necesidad de volver a nuclearnos, a conocernos, a participar en conjunto para que Núñez no sea un lugar paria, sin asociaciones ni centros que sean caja de resonancia de lo que pasa en el barrio. Es un desvelo que uno tiene, una inquietud”, planteó.
En ese sentido, el autor de “Historias entre orillas y durmientes” dijo que existe una necesidad de crear una asociación “que estudie pasado del barrio y que se proyecte al futuro”.

“Queremos que los vecinos nuevos se acerquen. Hay gente joven y de todas las edades con inquietudes. Cada uno desde su rol puede aportar mucho.  La unidad va a hacer que funcione. Queremos que los vecinos se acerquen para solucionar los problemas del presente”, remarcó desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Finalmente, habló del importante proyecto en que se ha embarcado junto a otros vecinos: “Con grupo decidimos juntarnos a hablar de la historia porque, lamentablemente, por una cuestión cronológica y generacional, la gente grande se va yendo. Estamos tratando de hacer grabaciones con los vecinos más viejos para que estos plasmen sus recuerdos y no se pierdan. Con fotógrafos, además, vamos a empezar a hacer un catalogo fotográfico de las casas emblemáticas de la zona que, lamentablemente, por el avance de la modernidad, las están destruyendo y son el pasado. Al menos, queremos quedarnos con el recuerdo para las generaciones que vienen”.
 


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