Cómo es la vida de las mujeres que deciden estudiar de adultas

La directora de una escuela cuenta la emoción que sienten las alumnas al poder escribir sus primeras palabras

Decidirse a estudiar cuando uno ya es adulto es una decisión grande e importante. Los compromisos laborales y familiares no siempre dejan mucho espacio a otras responsabilidades, por lo que se requiere de una gran voluntad y de ganas de superarse.

Eso es lo que ocurre con las alumnas de la escuela primaria para adultos Fray Justo Santa María de Oro de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en Álvarez Jonte 1961.

“Son mujeres que han sido frustradas y golpeadas por la vida y por distintas situaciones. No han podido llegar a la escuela primaria en su momento, aunque cuando esta era pública. Eso sucedió porque tuvieron que trabajar de pequeñas o por distintas cuestiones”, contó Laura Arena, directora del establecimiento, al programa “Ojos abiertos” en Radio ArinfoPlay.

Al ser consultada sobre cómo perciben las alumnas los avances que van logrando día a día, destacó: “Cuando empiezan a leer o a escribir las primeras palabras y a esbozar los primeros textos, se emocionan. Con solo palabras como mamá o papá, sienten que tocan el cielo con las manos y que empiezan a volar”.

“Ya no tienen la frustración o la carga en la espalda de no saber.  Ahora se pueden comunicar con el mundo, más en tiempos como los que corren”, señaló la directora.

Finalmente, hizo referencia al valor que tiene que las alumnas hayan decidido estudiar de adultas: “La escuela pública hace mucho hincapié en que la mujer se inserte socialmente. Más en estas mujeres grandes, que son personas que han dejado todo por los hijos o por otras cuestiones. La mayoría viene para cumplir esa cuenta pendiente que les quedó en la vida de hacer el primario”.

“Hay que animarse”, concluyó Arena desde los micrófonos de Radio ArinfoPlay.
 

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