“En Argentina hay un talento increíble en cuanto a ilustración”

La diseñadora Carolina Pratto habla de sus inicios en el mundo de la literatura infantil, de sus influencias en el área y de cómo es la relación con los escritores

Carolina Pratto es una diseñadora que hoy se luce por sus ilustraciones en libros infantiles y juveniles. Entre sus trabajados están las publicaciones “Estamos grabando”, “El naranjo”, “El chico nuevo” y “El sol escondido”. A pesar de que hoy está asentada dentro de este ámbito, ella asegura: “La ilustración me encontró a mí, yo no la busqué”.

“Llegué de casualidad al mundo de la literatura infantil y juvenil (Liyj). Me llamó un editor porque le había caído un libro de Bologna y a él le gustaba lo que trasmitían mis diseños, así que quería ver si lo podía llevar adelante. ¡Pero yo había dejado de usar un lápiz a los 10 años!. Justo al mismo tiempo, de casualidad, llegó a mis manos “Princesas” de Rebecca Dautremer y algo encendió. Me senté en la computadora a aprender sola a ilustrar y a conocer el mundo liyj. Dibujé y dibujé hasta que llegó el primer libro”, relató Pratto.

Sobre lo que implica asumir el rol de ilustradora, confió a “La fábrica de cuentos” en RadioSofía: “Es algo que lleva mucho trabajo.  Uno tiene que contar muchas cosas, como lo que el personaje siente, y trasmitirlo. Yo necesito que, en la ilustración terminada, el personaje te pueda contar lo que está sintiendo en ese momento. Si no, a mí no me dice nada: es una imagen más. Eso lleva una búsqueda para encontrar el nexo entre el texto y lo que sucede en la imagen”.

“A mí me llegan los textos, propongo bocetos y a partir de ahí trabajamos. No me gusta contar literalmente lo que está escrito. Entonces, a veces, pongo escenas metafóricas. Cuesta que la editorial tome esas ilustraciones, pero es una invitación a los chicos a que se conecten con el texto”, agregó.

Pratto elige la computadora para llevar adelante su trabajo. En esa línea, explicó: “La gente que recibe mis bocetos, apuesta a la confianza, porque a mí me cuesta mucho dibujar a mano. Es muy diferente dibujar a mano y pintar, son dos mundos distintos. Yo no vengo de la plástica, soy directora de arte. De la publicidad pasé al diseño y del diseño a esto. No tengo armas plásticas, pero me gustan mucho la fotografía y el cine. Eso me ayuda a componer escenas. Por eso trabajo mucho las luces, las miradas, los planos”.

“Yo aprendí de otra gente. No tenía tiempo para hacer cursos. Así que miro mucho a Rebecca Dautremer o Benjamín Lacombe. Me gusta mucho el estilo de los franceses y de ellos tomé elementos para construirme. En Argentina también hay un talento increíble en cuanto a ilustración”, destacó.

A la hora de hablar sobre su relación con los escritores, planteó: “Con el primer libro sí tuve, porque era una colaboración. Pero con otros no tanto. Yo creo que es más fácil hablar con el autor: yo me conecto mucho con los sentimientos y las sensaciones del cuento, entonces necesito saber qué le pasó a esa persona cuándo escribió y cómo ve a ese personaje”.

“No me gusta nada de lo que hice. Miro mis ilustraciones y no las reconozco como propias. Estoy en una etapa en que todavía me agarran muchos nervios. Cada libro que entrego es como ir a dar un examen final de una carrera. Esto es algo nuevo para mí. Pero, si bien sé que es trabajo, me da mucho placer. Me conecto mucho con cada libro que hago”, reconoció.

La ilustradora no dejó de lado su tarea como diseñadora, labora que realiza hace 15 años, ya que en Argentina (y en otros países del mundo) no se puede vivir solo del trabajo editorial.

“Mucha gente quiere que escriba, pero no me animo. Siempre fui muy lectora, pero no sé si me pondría en los zapatos de un escritor. A mí me gusta la buena literatura infantil y juvenil y también la de adultos, no sé si estoy a la altura de eso. Para mí, leer es un spa. Me lleva a un lugar de descanso total y absoluto. Pero si leo literatura infantil, empiezo a laburar y a empezar a  pensar cómo lo dibujaría, entonces prefiero no leerlos”, señaló desde los micrófonos de RadioSofía.

Finalmente, Pratto adelantó algo sus trabajos actuales y de sus apuestas a futuro: “Hice algunos manuales y un libro para Estados Unidos. Tengo un proyecto entre manos que aún no tiene editorial, pero es un texto hermoso y conmovedor. Le estoy poniendo todas las pilas en mi tiempo libre, porque es un texto bellísimo”.
 

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