“Las campañas de prevención de VIH no llegan a sectores pobres”

Lo afirmó el Lic. Mario Burgos. Pidió trabajar en materia de igualdad de la mujer e hizo hincapié en la necesidad de producir la medicación desde el Estado





El 1º de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el VIH-Sida. Durante todo el mes se llevan adelante distintas campañas de información y detección para concientizar a la población de la importancia de la prevención y del cuidado.

En ese marco, el Licenciado en Psicología Mario Burgos analizóla situación de la enfermedad en el país: “Por algún motivo no muy claro, hay un amesetamiento de la epidemia. Esta no ha avanzado como se esperaba, afortunadamente. De todas maneras, sigue siendo una epidemia que se concentra en los sectores más empobrecidos de la sociedad. No quiere decir que no haya personas de otras clases con VIH, pero la mayoría de los infectados están en situación de pobreza y más del 70% se atiende en hospitales públicos porque no tiene empleo o este es informal”.

“El VIH se concentra en los sectores pobres por dos motivos. Primero, porque es más difícil cuidarse y procurar un buen cuidado para la salud cuando uno está ocupado en sobrevivir. Segundo, porque las campañas de prevención no están armadas para llegar a estos sectores de la población. Deberíamos estar invadidos de preservativos, más de lo que ya se está. El preservativo debería ser más común que el alcohol en gel, que hoy está en todos lados. Hoy las campañas están hechas para cumplir o para mostrar que se hace algo, sin pensar en el real impacto en la sociedad.  Eso no es útil”, sostuvo el especialista, quien se desempeño como miembro del Proyecto Argentino de prevención y asistencia en VIH-Sida, tuberculosis y ETS.

Sobre cómo deberían ser realmente las campañas de prevención, precisó: “En las poblaciones más expuestas, estas deberían trabajar sobre la igualdad de la mujer.  Parece que es algo que no tiene nada que ver, pero es esencial el hecho de que las condiciones para el ejercicio de la sexualidad las sigue imponiendo el varón, en la mayoría de los casos. La cuestión del uso del preservativo tiene mucho que ver con esto: al varón todavía le preocupa demostrar su capacidad, su no importancia y por eso evita el preservativo. Eso no solo genera riesgo de VIH sino también embarazo no deseado, embarazo adolescente y una serie de cosas que podrían evitarse con el preservativo. En las relaciones sexuales, es la única forma de prevenir. Hay discusiones a propósito de agregados o líquidos  y hay estudios que muestran que estos mejoran la prevención y otros que no. Lo único que hoy no está en discusión es el preservativo.”.

“Hoy hay campaña que invita a la población a hacerse el análisis y compara el resultado positivo con un asado que hubo que interrumpir por lluvia o con un baile al cual no se fue. No es así: el anunció de ceropositividad es una cosa muy seria. La vida de la persona cambia para siempre, va a tener que estar medicada de por vida y cuidarse. Desde la sociedad civil y las organizaciones se han hecho las mejores campañas de la Argentina, cuando había apoyo. Hoy las hace el ministerio de Salud y no con la mejor suerte”, consideró.

En diálogo con “Trópico de cáncer” por Radio Arinfo, el Lic. Burgos opinó que Argentina “debe ser el país con mejor cobertura en América Latina” en lo que hace a tratamientos del VIH e hizo hincapié en que la legislación obliga a hospitales públicos, prepagas y obras sociales a hacerse cargo de la medicación.

“En lo que hace a medicación estamos al día con los mejores países del mundo. Cuando aparece una nueva, es muy corto el plazo para que se utilice en la Argentina”, resaltó el especialista.

El psicólogo contó que, en los últimos años se ha reducido el número de tomas de medicación que deben hacer los pacientes, pero aseguró que el principal problema hoy es la falta de producción pública de los medicamentos.

“Los medicamentos están encarecidos de manera artificial porque las multinacionales fijan el precio que más les gusta. Si el Estado produjera aunque sea una parte, tendría capacidad de negociación. En eso, Brasil es un ejemplo, porque desde el comienzo se planteó la producción pública. Trabajadores muy calificados producen este tipo de medicación y, gastando en proporción lo mismo que nosotros, han mejorado su economía. Nosotros tenemos que ir para el mismo lugar. Hay que tener un cuidado muy serio con la medicación. Aunque son muchas las drogas, no son infinitas. Una vez que a una persona deja de hacerle efecto una, hay toda una cadena que también lo hace. Hay que dar siempre lo que la persona necesita y no otra cosa. Para eso hay que tener independencia a través de la producción”, afirmó.

En esa línea, señaló que la diferencia entre las grandes ciudades  y el interior a la hora de acceder a la medicación “es muy grande” y que este acceso “depende mucho” de la actitud de los profesionales y de la militancia de las organizaciones.

El LIc. Burgos también hizo referencia a la diferencia entre el VIH y el Sida: “El último es un complejo de enfermedades. Es un momento de la infección. La persona contrae la infección del VIH cuando entra el virus al organismo. Los glóbulos blancos, que sirven para detectar la presencia de agentes externos en el sistema circulatorio, empiezan a producir más virus a través del ADN. Cuanto más virus hay, menos defensas. A partir de eso, aparecen las enfermedades oportunistas: algunos tipos de neumonía, el sarcoma de kaposi, candidiasis, etcétera. Cuanto esto aparece, recién en ese momento se dice que la persona tiene Sida”.

“El examen del VIH es gratuito y se puede hacer en cualquier hospital público. Hay que evitar los test rápidos. Los mejor es hablar con un infectólogo y que ordene el estudio alguien que sepa para asesorar y acompañar antes del resultado. Una vez que se hace el análisis, pueden pasar dos cosas: que de negativo o positivo. En el segundo caso, hay que repetir porque puede ser falso positivo. El segundo estudio es el definitorio. Una vez detectado el VIH, el profesional debe ordenar otro tipo de análisis para ver cuánto virus hay en el organismo. Esto se hace a través de un examen de carga viral y de otro para ver cuántas defensas hay. Son análisis muy sencillos que se hacen a partir de la misma extracción de sangre. De acuerdo a eso, se avlúa si la persona necesita medicación o no. Si está por arriba de los 200-250 cd4 por m3 o por encima de 80 mil copias de carga viral, se indica medicar. Si hubiera enfermedades oportunistas, no importan estos valores y directamente se inicia el tratamiento. Este no se interrumpe nunca más. Solo se puede cortar para cambiar si la medicación no funciona. Nunca hay que interrumpir ni cambiar las dosis”, explicó el especialista desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Y finalmente, llamó a no banalizar el test del VIH: “Uno debe recibir el resultado cuando está dispuesto y en condiciones anímicas de hacer un tratamiento. Es preferible empezar tarde el tratamiento a hacerlo cuando no se puede”.
 


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