Cómo animarnos a generar un cambio de rumbo en nuestras vidas

Una psicóloga brinda consejos para quienes buscan ‘dar un volantazo’. La importancia de los afectos y el apoyo de los otros





Realizar un cambio de rumbo en la vida es algo que no se hace de un día para otros y que requiere de una reflexión extensa y profunda. Los miedos y las incertidumbres pueden marcar con fuerza estos procesos. 

“El factor tiempo y la preparación están incluidos en este proceso. A veces, la gente tiene la idea de que se cambia de rumbo, que rápidamente surge alguna idea y llega el éxito. Pero la manera de conseguir un buen resultado y una satisfacción tiene un par de condiciones. La primera, y más importante, es que esto tenga que ver con el deseo de cada uno. La segunda, es haberse tomado el tiempo para darse cuenta de qué es lo que se quiere y cómo llevarlo a cabo”, sostuvo la Lic. en Psicología Mirta Petrollini.

La profesional marcó que generalmente existe una ilusión de que los cambios se hacen rápidamente y que, sin perder el tiempo, se logran los objetivos, lo que no siempre es real. En ese marco, habló de cómo tolerar los resultados no esperados: “En verdad, uno puede ‘pegar un volantazo’ a cualquier edad, pero tiene que haberlo pensado. Si no, después el dolor y la frustración son muy fuertes. Entra en contraposición lo que uno había esperado con lo que uno efectivamente tiene. Como resultado de eso hay frustración, dolor y baja en la confianza. También surgen preguntas sobre por qué los otros logran las cosas y uno no”.

“El éxito no surge de una situación espontanea y luminosa. Las cosas llegan luego de mucho tiempo de pensar un proyecto, buscar alternativas, evaluar y tener tolerancia a la frustración. Eso no es resignación. Es poder entender que, a veces, la realidad y el mundo que nos rodea dictan que no es el momento. Uno puede prevenir las frustraciones si ha podido evaluar y conversar con otros. La contención de un grupo, de la familia, de los amigos o de los colegas es muy importante”, afirmó Petrollini en diálogo con “A la cuenta de tres” por RadioSofía.

Para fundamentar este análisis, la también docente recurrió al concepto de ‘Base segura’ de John Bowlby: “Para enfrentar cambios y avatares de la vida no es lo mismo tener referentes, personas o lugares a donde fuimos tratados con cuidado y respeto, que no haberlos tenido. Esa base segura siempre es necesaria para poder enfrentar los momentos de quiebre, que van a existir. Es importante contar con apoyo. No se trata solo de la familia de origen, sino también de amistades o lugares. Es la posibilidad de tener esto como recuerdo y como presente en los momentos de duda y de dolor”.

“Cuando uno está en una sociedad muy exitista, cuesta incorporar en la cotidianeidad que el ensayo y el error no son deficiencias, sino que son parte de la vida. Si los Beatles tuvieron que pasar por tantas horas de ensayos, rectificaciones, ir y venir, imaginemos qué queda para cuando uno está solo con una idea que puede ser muy buena, pero sin contención de grupo. Hay que permitirse el ensayo y error como parte de un proceso, eso es fundamental para animarse a cambiar”, destacó Petrollini y señaló que todo esto requiere “disciplina y perseverancia”.

Respecto a cómo resolver las crisis, expresó: “Eso depende de cada persona. Una crisis puede ayudar a  un cambio de rumbo o puede ser la que selle que ‘al final nada es para mí’. Para que la crisis pueda tener valor de cambio, la persona que está en ese proceso debe poder volver a evaluar qué le está pasando, cuánto tiene que ver con uno mismo o si son las circunstancias sociales las que no permiten avanzar. Hay que hacer una línea divisoria entre lo que depende de uno y los contextos sociales en los que vivimos, porque uno no está solo”.

“En la juventud, los 20 o los 30 años, hay cierto nivel de despreocupación y mucho tiempo por delante, que permite lanzarse más. En los 50, el cambio o el animarse tiene la posibilidad de ser más reflexivo y también hay una gran ventaja: si hay familia o hijos, estos ya están grandes y no requieren del esfuerzo físico y mental de la crianza y la educación. Uno cuenta con tiempo permitido para uno, para animarse al cambio. Es fundamental el acompañamiento familiar o del grupo, eso es lo que marca la diferencia. Si la familia está bien constituida, si hay afecto y respeto, lo lógico sería que se acepte la decisión. Sin duda hay resistencia al cambio, sobre todo cuando una persona es sostén económico”, indicó la profesional respecto a los distintos momentos de cambio desde los micrófonos de RadioSofía.

Y, finalmente, resaltó: “El que ‘pega el volantazo’ está apasionado por eso que quiere hacer. No deja de pensar en eso. Su deseo está puesto allí. Lo habrá tenido que postergar por razones económicas o practicas de la vida, pero es algo que siempre está presente”.


 
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