Cómo es la dinámica de la violencia intrafamiliar

Una psicóloga especialista analiza las distintas formas en que se dan los abusos en el hogar y da pautas para salir del círculo de maltrato





Cada vez se habla más en los medios de comunicación de la violencia de género y de la violenta intrafamiliar. Los expertos aseguran que no es que la incidencia de estos casos haya aumentado, sino que existe mayor concientización, lo que lleva a denunciar con más asiduidad.

“Todos vamos empezando a abrir el tema. Lo que antes era puertas adentro y se pensaba que era de la cuestión privada, ya se sabe que son cuestiones públicas que hay que denunciar”, planteó la psicóloga Roxana Clarat, integrante de la Fundación Dignos de ser, para la prevención y la asistencia en violencia familiar.

La especialista definió a la violencia como el “abuso de poder que se desarrolla en cualquier contexto” y precisó que, en las relaciones familiares, hay “acciones u omisiones que ocasionan daños a los integrantes de la familia por este uso abusivo del poder que, en general, lo detenta el hombre”.

“El hombre es quien tiene más poder y se genera una asimetría al interior de la trama familiar. El padre es el máximo, el que tiene una suma de poder mayor, después viene la madre y luego los hijos”, detalló.

Clarat explicó que la violencia en la familia tiene que ver con el género y con la generación. El primer término tiene a niñas y mujeres como víctimas. El segundo a niños, niñas y adultos mayores, que también son pasibles de violencia porque tienen menos poder en la dinámica familiar. A ellos se suman los discapacitados. Todos ellos son los más vulnerables al interior de las redes familiares.

“La violencia de género tiene que ver con una conducta, acción u omisión que, de forma directa o indirecta, llega a la mujer y afecta su vida, su libertad, su dignidad y su integridad física, psicológica, sexual, patrimonial, económica. Hay muchas formas de maltrato. Se piensa que la violencia física es la más extrema por el riesgo de vida, pero todas las otras formas también someten a la mujer y la dejan en situación de sumisión extrema y, a veces, de indefensión absoluta”, subrayó la psicóloga en diálogo con “A la cuenta de tres” por RadioSofía.

La especialista también hizo referencia al concepto de “violencia estructural”: “Hay cuestiones que nos exceden, pero no por eso debemos dejar de observarlas y notificarlas. Estamos inmersos en múltiples espacios de la sociedad en los que estamos atravesados por acciones u omisiones violentas. El tema de las instituciones es muy intenso. Eso genera un sedimento en las personalidades con tendencia a las acciones impulsivas, que luego se descargan sobre los vínculos o las tramas familiares más cercanas”.

“Es algo que hay que trabajar permanentemente. Se trata de un abordaje que es complejo, no lineal. Tenemos que darnos cuenta de que estamos en sistema que tiene que ver con la individualidad, las características de personalidad de cada sujeto, la historia de vida, la historia de crianza y con cómo cada uno fue aprendiendo las modalidades de resolución de conflictos. Todo esto entra en la trama familiar y, a su vez, en las instituciones. Luego, en la cultura y la sociedad. Esto nos traviesa de todos modos y lo vemos replicado en todos los ámbitos. Por eso es importante no simplificar. La violencia es algo que se entrecruza y se retroalimenta de un espacio a otro”, agregó.

Sobre la personalidad del violento, Clarat indicó: “Quien no respeta al otro como sujeto, lo anula y lo cosifica. Allí aparece el abuso, como caída del objeto, de uso del objeto. El otro no es otro: es algo que solo va en función de mi beneficio. El sometimiento es la violencia física, sexual, etcétera”

“La ausencia del respeto a la otredad genera la barrida de la posibilidad de escuchar y de respetar los deseos del otro”, recalcó desde los micrófonos de RadioSofía.

Finalmente, la profesional aseguró que existen lugares y espacios que pueden tomar y recibir las denuncias sobre violencia con mucho criterio: “Aunque todavía hay núcleos de la sociedad que no están preparados para resolver o afrontar estas temáticas, sí hay espacios como la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), que depende de la Corte Suprema de Justicia, que asesora y dicta medidas de protección urgentes. También están las Defensorías del Gobierno de la Ciudad y el teléfono 137 de la brigada de urgencias de violencia familiar”.


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