"Cuando María Nieves sale al escenario, se transforma”

La periodista María Oliva escribió un libro sobre la vida de la prestigiosa bailarina de tango. Sus comienzos, su pareja con Juan Carlos Copes y su actualidad





“Soy tango” es el nombre que recibe el libro que escribió la periodista María Oliva sobre la vida de María Nieves, una de las mejores bailarinas de tango del país y la legendaria compañera de Juan Carlos Copes.

“Soy  cordobesa y no tengo formación tanguera familiar, porque en mi casa no se escuchaba.  Recién cuando me vine a vivir a Buenos Aires comencé a escuchar y a enamorarme del tango. Comencé a conocer las milongas y, como soy periodista, quise unir las dos cosas. Entonces, se me ocurrió escribir sobre las grandes bailarinas del tango. Fui entrevistando a varias hasta que llegué a María Nieves y, cuando la conocí a ella, llegué a la conclusión de que ella sintetizaba lo que era una bailarina de tango. Ella sola, por sí misma, era puro tango. Así resolví hacer un libro sobre su vida”, contó la autora.

Oliva admitió que escribió el libro “con mucho cariño”. “Siento una enorme admiración porque es una mujer excepcional en lo personal y en lo artístico”, contó.

En diálogo con “Con ojos de mujer” por Radio Arinfo, la periodista habló de algunas de las historias que repasa en su libro, como los comienzos de Nieves en el tango: “Ella es una persona cuya vida ha sido un tango. Acompañaba a su hermana mayor a clubes como Atlanta, pero no la dejaban bailar. Ella miraba a los demás y los copiaba”.

“Ella venía de una familia de inmigrantes gallegos muy pobre y vivía en un inquilinato de Saavedra. No tenía juguetes y solo jugaba con un sifón de soda. Le ponía lana en el pico y hacía que era una muñeca. Ella tenía una prima que tenía juguetes  e iba a su casa a jugar. Ahí también ponían la radio y, cuando pasaban un tango, ella dejaba de jugar y agarraba una escoba para caminar. Sin saberlo, de chiquita ya bailaba el tango, que es algo que se baila de a dos”, relató.

En esa línea, Oliva continuó: “Cuando la dejaron bailar, conoció a Juan Carlos Copes. Él era un joven que no sabía bailar muy bien, pero luego fue aprendiendo. Juntos, crearon una pareja de tango fantástica. Los unía el amor y la pasión por esa música. Formaban una conjunción muy perfecta por la sintonía que tenían.”

“Copes quería convertir al tango en algo diferente porque sentía que tenía algo de arrabalero y de extramuros. Él veía películas de Fred Astaire en la Televisión y se preguntaba por qué no se podía hacer lo mismo con el tango, por qué no se lo podía convertir en un espectáculo. Así, poco a poco, la pareja comenzó a hacer pequeños shows de bailes en teatros de Buenos Aires. Finalmente, se fueron a vivir a Estados Unidos”, indicó la autora del libro. 

La periodista recordó cómo Nieves y Copes llegaron a pisar los mayores y más importantes escenarios del mundo: “Durante mucho tiempo pasaron hambre y dificultades porque el tango no era popular en Estados Unidos. Fue así hasta que se presentaron en un programa de TV por el cual pasaron grandes estrellas y que era como una puerta a la fama. Allí les fue muy bien y eso les abrió las puertas de los grandes salones. Comenzaron a hacer giras por Estados Unidos y las intercalaban con viajes a la Argentina”.

“Ya tenían un hombre como pareja y eran muy conocidos. En 1983 se creó el espectáculo “Tango argentino”. El gran coreógrafo Segovia lo estrenó en París. Ellos estaban aterrados y pensaban que no iba a ir nadie, pero se llenó el teatro. Todas las funciones estaban repletas y los ovacionaban de pie. Copes y Nieves eran la pareja principal. Ellos se consideraban embajadores sin cartera, porque recorrían el mundo mostrando el tango, que es nuestra marca de identificación”, subrayó.

Oliva reveló en Radio Arinfo que, para su libro, Nieves le confesó que sufría mucho antes de subirse al escenario: “Se ponía muy nerviosa, se angustiaba y tenía pesadillas de que se le iba a romper el zapato o de que algo le iba a pasar. Pero, una vez que salía al escenario, se transformaba. Sentía que la música le empezaba a correr por las venas”.

“Es impresionante cómo cambia, se le ilumina la cara cuando está sobre el escenario. También hau que destacar lo que provoca en la gente: hasta los más jóvenes sienten adoración por Nieves. Es muy simpática, conversa con el público y se siente parte del pueblo. No es arrogante, a pesar de que es considerada ‘la reina del tango’, la mejor bailarina del siglo XX y que ha recibido numerosos premios. Ella pertenece al pueblo”, recalcó.

Sobre su relación con Copes y cómo influyó él en su vida como  bailarina, la autora del libro comentó: “Estuvieron casados con Copes y fueron pareja de baile durante más de 40 años. Siguieron bailando incluso una vez separados. Cuando esa unión se rompió, Nieves pasó un período de depresión porque, por la forma en que había sido criada, pensaba que no existía sin el otro, que tenía que ser la pareja de alguien. Un día, la llamó un bailarín que había trabajado con Copes y le ofreció  ser invitada especial de su espectáculo.  Ella al principio no quería y tenía miedo pero finalmente decidió ir. Cuando se presentó, vio que el público la aplaudió y la ovacionó como siempre. Ahí tomó conciencia de que por sí misma podía. No sabía que podía seguir despertando pasión”.

“En ese momento comenzó su nueva vida. Ya no era ‘Copes y Nieves’, sino Nieves y distintos bailarines. Hasta el día de hoy sigue bailando, aunque cada vez menos. Ella dice que ya quiere vivir una vida más tranquila. Así como es abierta en un escenario, es una persona solitaria y muy sencilla, a la que le gusta estar en su casa escuchando la radio. Tiene un bajo perfil y es feliz. El tango es su vida. Ella dice ‘nací por el tango, vivo por el tango y moriré por el tango’. Es lo que quiso ser, lo que es y la marca que la identifica”, concluyó la escritora.

 


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