El cáncer de tiroides, una patología poco conocida

Se trata de una enfermedad que suele afectar con mayor asiduidad a las mujeres. Tiene un simple tratamiento y altísimas expectativas de sobrevida





La tiroides es una glándula no muy grande que se encuentra asentada en el  cuello, delante de la tráquea. Su forma esquemáticamente se representa como la de una mariposa ya que tiene dos lóbulos y un cuerpo central, que se llama istmo.

“Es una glándula muy importante ya que actúa en toda la economía. Su producto de secreción, que son las hormonas tiroideas, son las que van a actuar a nivel de todo el organismo. En cuanto a su anatomía, como cualquier órgano del cuerpo, puede sufrir alteraciones en su crecimiento por diversos factores y, si bien la mayoría de los crecimientos son relacionados a patologías benignas, otras veces son la expresión de un tumor, que sería el cáncer de tiroides”, explicó la Dra. Genoveva Frascaroli, Socia titular de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM) e integrante del área de endocrinología del hospital Álvarez.

En el marco del Día del cáncer de tiroides, que se conmemoró el pasado 28 de septiembre, la médica precisó que, si bien el carcinoma de tipo papilar es el cáncer de tiroides más frecuente, hay otros tipos de carcinomas que también  se asientan sobre la tiroides como el folicular o el medular.

“Fundamentalmente, los tumores tiroideos se  expresan por el aumento del tamaño de la glándula, de tipo nodular. Muchas veces, esto es pesquisado por el propio paciente porque se palpa el cuello, porque lo vio en el espejo o porque alguien se lo notó. A veces, es detectado en forma fortuita por algún estudio de imágenes del cuello como una tomografía, ecografía o eco doppler de vasos de cuello. De esta manera, el paciente es derivado al especialista para seguir la investigación”, detalló.

En diálogo con “Trópico de cáncer” por Radio Arinfo, la Dra. Frascaroli señaló que, en general, toda la patología tiroidea es más frecuente en la mujer, pero los hombres no están exentos de tenerlas.

Respecto a la forma en cómo se da el diagnóstico exacto, remarcó: “Lo más efectivo para mirar el cuello, medir y calificar los tumores o nódulos es la ecografía de cuello. Es nuestra gran aliada para evidenciar una posible patología nodular. Una vez que esto se determina, el paso siguiente es hacer una biopsia, que es una punción o aspiración con aguja fina, guiada por la ecografía. Es un estudio inocuo, nada agresivo ni invasivo, que consiste en extraer un escaso material procedente de los nódulos, que luego con evaluados por un citólogo. Él es quien, en definitiva, categoriza si la lesión de la glándula es benigna o maligna, teniendo en cuenta que la mayoría de los nódulos, el 90%, son de origen benigno”.

“Con eso tenemos el diagnóstico de la patología para luego implementar la estrategia terapéutica adecuada. En caso de confirmarse el carcinoma, el tratamiento es la cirugía. Es el único tratamiento, no hay nada alternativo. No se debe demorar esto con otros intentos”, subrayó la especialista.

Es decir, que todo paciente al que se le detecte un carcinoma deberá realizarse una tiroidectomía, que es la extracción quirúrgica total de la glándula tiroides, para luego asumir otros complementos terapéuticos.

“Se realiza una terapia coadyuvante de iodo radioactivo. Con eso se terminan de eliminar las posibles células cancerosas que podrían haber quedado como remanente de la cirugía. Siguiendo esos pasos, y en manos de un especialista, la sobrevida es excelente”, confió Frascaroli.

La médica aseguró que padecer hiper o hipotiroidismo no predispone al cáncer de tiroides. “En general, en la presencia de un cáncer o de un nódulo no está comprometida la funcionalidad de la glándula. Es solo un crecimiento anómalo de un grupo de células. La mayoría de las veces el cáncer cursa con una función tiroidea normal”, señaló.

“El cáncer de tiroides es una patología que, cuanto más temprano se diagnostique, mucho mejor va a ser el seguimiento, el tratamiento y la sobrevida. Los pacientes no deben asustarse, pero es importante que consulten con el especialista”, afirmó desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Y, finalmente, aseguró: “Este es un cáncer que, a pesar de que la palabra asusta, es de muy buen pronóstico. Sobre todo, en el caso del papilar. El folicular o el medular son un poco más agresivos, pero menos frecuentes. Así y todo, la sobrevida tiene alto porcentaje y es excelente. Generalmente, el paciente queda libre de enfermedad si ha sido adecuado el tratamiento, y raras veces da metástasis”.



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