“Los bares tienen un plus para la sensibilidad de los porteños"

El historiador Horacio Spinetto habló del trabajo de la Comisión de Cafés Notables y detalló la situación de varios espacios de la Ciudad





En el año 1998, a través la sanción de una ley, se creó la Comisión de Cafés Notables. De esa fecha en adelante, se declararon casi 90 espacios para entrar en esa categoría de los cuales cerraron alrededor de nueve, es decir, un 10%.

En los últimos días trascendió una buena noticia, que fue la reapertura de la confitería London. “Afortunadamente, se produjo la reinauguración de este tradicional bar y empezó con un lleno total de sus instalaciones en sus primeros días. Los trabajos que se realizaron en su interior han revalorizado a ese tradicional edificio. Además, han aprovechado en la parte iconográfica, la relación que tiene la London con Julio Cortázar, dado que en su novela “Los premios”, prácticamente al empezar dice en un pasaje ‘Tomábamos una Quilmes en la London de Perú y Avenida (…)’. Es una noticia muy feliz”, dijo Horacio Spinetto.

El titular de la Comisión de Cafés Notables habló del trabajo incansable que realizó ese espacio para evitar la desaparición de la London: “Cuando cerró, se temió que desapareciera como café. A raíz de gestiones con los propietarios, se logró que dicho local continué siendo la London, con las características particulares que siempre supo tener”.

Otro ‘salvataje’ que parece estar bien encaminado es el del Bar Británico, que estuvo cerca de cerrar por segunda vez. “Aparentemente, si bien ha sido cerrado por la gente que lo estaba explotando, parece que hay otro grupo de personas interesadas en seguir manteniendo la actividad del café. Queremos pensar que va a tener un final feliz. El Británico reabrirá y no perderemos uno de los dos cafés que tenemos en la esquina de Brasil y Defensa”, celebró Spinetto.

En diálogo con “Urba-NOS” por Radio ArinfoPlay, el historiador habló del caso de la tradicional Confitería Richmond de la calle Florida: “Ahora es un local de venta de ropa deportiva, con un pequeño sector de cuatro o cinco mesas para bar. Con el paso de los años, el local daba severas pérdidas comerciales y se buscó la forma de que otro propietario de café notable estuviera interesado en explotarlo, pero no se encontró a nadie”.

“El caso del ‘36 Billares’ es distinto. Funcionaba mal como comercio, no cerraban las cuentas y ahora va a reabrir como La Continental, es decir, la pizzería se hace cargo de él. Se mantienen los billares del subsuelo tal como estaban y el salón, que es lo más importante, se mantendrá exactamente igual. La única modificación no sería visible ya que sería adentro de la cocina, con un nuevo horno para pizzas. Esta solución es mucho más feliz y tolerable a que se ponga un rubro completamente distinto”, señaló.

El titular de la comisión de Cafés Notables de la Ciudad comentó que uno de los mayores problemas que deben afrontar hoy es la recuperación de la confitería Del Molino, cercana al Congreso de la Nación.

“Han existido varios proyectos para recuperarla. Uno decía que formaba a ser parte del Congreso para reuniones especiales y diplomáticos, otro decía que iba a ser expropiado, pero, hasta el momento, no hay pista real que lleve a  un final feliz. Esa fue la confitería más importante de Buenos Aires en su momento y es uno de los edificios con mayor cantidad de protecciones, tantas como el Congreso, el Cabildo, la Catedral o la Casa Rosada. Todo eso impide que sea demolido. En la medida en que no se utilice es una pena porque el paso del tiempo va haciendo su obra cruel”, lamentó.

Spinetto contó que recientemente se declararon nuevos cafés notables como el Café de los Incas (en de Los Incas y Tronador) y el Bidú de Diagonal Norte. “Estamos pendientes de los cafés que merecen ser destacados. Nos interesa que los vecinos de la Ciudad hagan sus propuestas”, señaló.

Luego, habló de las causas que llevan a que estos espacios cierren, a pesar del valor que tienen para la ciudadanía: “Evidentemente, los cafés, los bares y las confiterías son comercios. Pero tienen un plus en lo que hace a la sensibilidad de los porteños por la cantidad de situaciones que se viven en ellos. Hacen al sentimiento de los porteños”.

“El hecho de que un café o confitería sea notable no impide que, llegado el caso, su propietario no pueda cerrarlo. Hay muchos casos inminentes, porque los dueños son gente grande sin descendientes o porque, a veces, se presenta otro tipo de negocio que ofrece importantes alquileres y no se puede hacer nada ante eso. En la medida en que el rubro propuesto esté permitido por el Código de Planeamiento Urbano, lamentablemente no se puede hacer nada”, explicó.

Finalmente, expresó desde la señal de Radio ArinfoPlay: “Da lástima y pena cuando un café cierra. Por ejemplo, el cierre de Las Violetas generó mucha zozobra, porque era una de las más tradicionales confiterías de Buenos Aires. Los vecinos hicieron abrazos a la manzana y, en su momento, el propietario dijo que si toda esa gente que se manifestaba hubiese ido todos los días a tomar café, la situación se hubiese evitado. Luego de un tiempo cerrado, otro grupo comercial se hizo cargo del local, hizo una restauración impecable y, afortunadamente, se reabrió con todo éxito”.

“Los bares y cafés son situaciones entrañables para los porteños. Cuando cierra un bar, son situaciones del patrimonio tangible e intangible que se pierde y efectivamente es una lástima”, concluyó.



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