SMATA destituyó a los delegados de los trabajadores de LEAR

Lo hizo luego de que la fábrica reabriera sus puertas. La Comisión Interna removida impugnará la asamblea realizada por el gremio de Ricardo Pignanelli





El pasado martes, la planta de la autopartista Lear volvió a funcionar, luego de dos meses y medio de conflicto por el despido de más de 300 trabajadores. Sin embargo, a las pocas horas de la reapertura, el gremio de SMATA realizó una asamblea en la cual removieron a los delegados que encabezaron la protesta.  

“SMATA realizó esa asamblea con el fin de destituirnos. Nosotros la impugnamos desde un principio y por eso no participamos”, dijo el delegado removido Rubén Matu.

El trabajador dijo que la asamblea “no era democrática y que “estaba llena de vicios”. También argumentó que “no estaban dadas las condiciones de seguridad” para participar.

“La Justicia le ha ordenado a SMATA no innovar sobre nuestros cargos como delegados y, además, No se respetó el estatuto: deberían haber convocado a la asamblea con cinco días de anticipación y publicidad”, agregó y reiteró que impugnarán la determinación allí tomada.

En diálogo con “Puente urbano” por Radio Arinfo, Matu dio detalles de cómo fue volver a la fábrica tras el extenso plan de lucha: “El martes ingresamos a planta luego de un mes y medio en que la SMATA y la empresa se encargaron de aterrorizar a los compañeros con mentiras como que la empresa se iba a ir o con despidos a quienes levantaban las manos en las asambleas. También juntaron firmas en un petitorio interno y a quienes se negaron a firmar los despidieron”.

“Lear se convirtió en un campo de concentración. El martes estuvimos encerrados una hora en el servicio médico. Nos dejaron con seguridad privada de custodia. Luego, nos dijeron que teníamos que ir a Escobar para sacarnos de la fábrica, les dijimos que no y, cuando entramos a la planta, vimos que estaba lleno de guardias de seguridad privada”, denunció.

Asimismo, afirmó: “Estamos adentro de la planta, pero los gerentes nos persiguen hasta el baño. Gente del SMATA nos increpó y nos insultó. Tenemos filmaciones y audios que demuestran que no se puede hacer una asamblea bajo esta presión”.

“Hay que recordar que acá hubo 250 despidos y cuatro represiones por parte de la policía Federal, la Bonaerense y la Gendarmería. La fábrica está completamente militarizada. El día que se abrió de vuelta, hubo 1500 efectivos para garantizar el orden. Aún quedan 66 familias en la calle y estamos dando la pelea. Convocamos a una jornada de lucha el jueves por eso”, dijo Matu a Radio Arinfo.

Y, finalmente, aseguró que en la planta “se trabaja bajo presión”: “Nosotros ingresamos a trabajar, pero vamos a impugnar todo lo que se decidió en la asamblea. Sabemos que los compañeros, luego de dos meses y medio, tienen terror. El SMATA aprovecha la situación que ellos mismos generaron. PIgnanelli en la asamblea dijo que van a  volver los mazos eléctricos que se fabricaban acá. Es decir, era todo un plan de la empresa y del sindicato. Nosotros vamos a seguir peleando hasta lograr nuestros objetivos”.
 


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