El trabajo de DOCA con el objetivo de fomentar el cine

Se trata de una organización que busca defender a los realizadores y buscar incentivos para aumentar la cantidad y mejorar la calidad de las producciones

El realizador cinematográfico Fernando Krichmar es el actual Presidente de DOCA (Documentalistas Argentinos), una asociación civil que funciona como sindicato y que cuenta con 150 afiliados de todo el país.

Recientemente, realizaron un encuentro en Tucumán que contó con representación de 12 provincias. Sobre esta reunión, Krichmar comentó: “Tuvimos un pantallazo de lo que sucede en todos los distritos. En Misiones, por ejemplo, se creó una Ley de cine provincial. Los compañeros se organizaron y pelearon ocho años por eso. La norma prevé que se saque un porcentaje de la quiniela y se cree un fondo de 5 millones de pesos para fomentar el cine regional. El organismo que regulará esto estará dirigido por un funcionario nombrado por el gobernador y los otros cuatro van a ser delegados de las cuatro regiones de la provincia, que serán elegidos por realizadores y asociaciones”.

“En otros distritos no hay nada. Solo grandes eventos nacionales para ‘manijear’ candidatos. En los lugares en que hay fomento, esto siempre está vinculado a la organización y a la lucha de los cineastas. Es muy difícil que eso venga de arriba hacia abajo”, sostuvo el realizador en diálogo con “El ombligo de la luna” por Radio Arinfo.

A la hora de analizar las perspectivas de sancionar una norma similar a la de Misiones en la Ciudad de Buenos Aires, planteó con dureza: “Reclamarle eso a Mauricio Macri es ‘pedirle peras al olmo’. Hay que hacer un proyecto y pelearlo en la calle. Macri es de lo más tenebroso de la oligarquía argentina parasitaria. Ese tipo nunca va a hacer algo por la cultura popular. A lo sumo, dará ventajas impositivas a los shoppings y a los grandes negocios concentrados, de los cuales él forma parte”.

“La recuperación de los cines de la Ciudad, por ejemplo, son luchas que siempre tienen que ver con organizaciones populares que presentaron proyectos y los sacaron a los empujones, con cortes de calles, junadas de firmas y actividades colectivos”, ejemplificó.

 Retomando la tarea de DOCA a nivel nacional, señaló: “Entramos en la lucha del Incaa, que tiene un fondo genuino que parte del pequeño impuesto que se cobra cuando cualquiera va a ver Batman, por ejemplo. Se trata de una torta de 800 millones de pesos que la maneja autárquicamente el Incaa, a partir de la Ley de Cine”.

“El Incaa es un organismo al que le corresponde por ley fomentar el cine y que depende directamente de Presidencia, que nombra  a su titular. El presidente de este organismo, junto a un Consejo Asesor, determina hacia donde van los fondos, es decir, es una ventanilla muy concreta y específica”, añadió desde el aire de Radio Arinfo.

Finalmente, Krichmar recalcó que, a partir del año 2007, existe un fomento más concreto al cine documental: “Eso sucedió porque hicimos una campaña y una lucha bastante creativa. Hoy salen 50 películas documentales anuales subvencionadas por el Incaa. Si comparamos esto con los años 90’, estamos en una situación de cierta comodidad ya que se pueden contratar profesionales y tenemos más tiempo para trabajar. Se puede usar la cabeza no para la supervivencia, sino en función del proyecto. Eso ha dado películas muy buenas, que meten mucha gente y que intervienen en festivales con éxito”.

“La lucha hay que direccionarla no solo hacia el Incaa, sino hacia todos los estados nacionales, provinciales y municipales. El tema es que algunos son más permeables que otros”, concluyó.

 

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