Buscan preservar la fertilidad de jóvenes con patologías oncológicas

Se trata de una investigación tendiente a conocer en detalle cómo funcionan los ovarios para ayudar a conservar la posibilidad de tener hijos





Desde el año 2002 existe un grupo de investigación que, desde el Departamento de Investigación Básica de la Universidad Maimónides en Argentina, busca conocer en detalle el funcionamiento de los ovarios, en cuanto a su envejecimiento y todo lo relacionado a los genes en ese proceso.

“La inquietud y el punto de partida surgen de que la sociedad ha cambiado: los modelos o el rol de la mujer dentro de la sociedad se ha modificado, por lo que esta busca embarazos cada vez mas tardíamente”, planteó la Doctora Mirta Susana Albamonte, investigadora especialista en salud reproductiva femenina.

La experta explicó que el ovario es un órgano de una vida útil muy corta: “La mujer, entre los 40 y los 50 años, empieza su camino hacia la menopausia con la pérdida de esa funcionalidad y de la capacidad de poder gestar. Eso se evidencia más hoy, porque esa es la edad en que la mujer comienza a buscar un embarazo, es decir, lo hace de manera cada vez más tardía”.

“El ovario, a lo largo de toda la vida, va sufriendo la pérdida masiva de óvulos. La mujer nace con una capacidad de óvulos de entre 1 y 2 millones. Lo único que hace a lo largo de toda su vida es perderlos. Por eso, a los 50 años, llega la menopausia, que es la expresión clínica de la pérdida de toda esta reserva que se viene trayendo desde el nacimiento”, precisó en diálogo con “Comunicante de hoy” por Radio Arinfo.

La Da. Albamonte comentó que en los años 80’ se ampliaron las líneas de investigación que enfocaban en esta muerte celular programada y eso llevó al grupo de estudio que integra a comenzar el trabajo en relación a los genes involucrados en esa muerte celular, a lo largo de todas las etapas del desarrollo, es decir, en ovarios fetales, en ovarios infantiles y puberales y en ovarios adultos.

“Se suele creer que hoy los problemas de fertilidad existen más que antes. En realidad, se abordan más y se manifiestan más. Antes, una mujer a los 45 ya casi era abuela, hoy está buscando su primer hijo. La realidad es que el ovario es un reloj biológico que no entiende de este cambio social y su funcionalidad sigue teniendo fecha de vencimiento”, sostuvo.
 
Este trabajo trajo aparejada una investigación, que ya tiene cinco años de desarrollo en colaboración con el hospital Gutiérrez de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata del foco más importante del estudio de la Universidad Maimónides: se trata de la preservación de la fertilidad para las pacientes infantiles y pre-púberes que padecen alguna patología oncológica y que deben hacer tratamientos.

“La quimioterapia produce una pérdida de esa reserva ovárica y tiene efecto nocivo. Quizá contamos con una herramienta, que aún está en etapa experimental, que es el congelamiento de tejido ovárico. El objetivo es analizar el ovario antes de congelarlo y evaluar en un futuro el probable auto trasplante. La idea es que la paciente que finaliza el tratamiento oncológico pueda restaurar la capacidad hormonal y reproductiva. Además de que podamos tener el conocimiento de cómo estaba el tejido previamente a la crio preservación”, recalcó la médica.

En ese sentido, detalló: “El ovario es un tejido de difícil abordaje, que conlleva determinadas posiciones éticas y eso hace que todo el proceso de investigación sea muchos más lento. Trabajar con muestras humanas no es lo mismo que hacerlo con las de ratones o de cualquier otro modelo experimental. Para eso tenemos grupos en colaboración como el Gutierrez o el hospital Penna antes”.

“Los avances de la investigación se han publicado en la revista “Human reproduction”. Hemos podido detectar la expresión de estos distintos genes en cada momento del desarrollo y conocer este funcionamiento de base puede ayudar en el futuro a implementar distintas terapéuticas, tanto sea para la preservación como para el rescate de los ovarios. Toda esta línea de investigación que sostenemos hace más de diez años aporta en cada paso un conocimiento más sobre funcionamiento de esta mecánica”, agregó.

Finalmente, la Dra. Albamonte habló en Radio Arinfo de la importancia de difundir estas investigaciones para que todos los ciudadanos estén al tanto de ellas y de su importancia: “Los que actuamos en esto somos responsables de llevarlo a la población. Estamos obligados a contar los avances de la ciencia y las implicancias que esta tiene o cómo puede ayudar a la vida y al quehacer de todos los días. Si bien el tema se ha popularizado y una vez por mes salen artículos en diarios o revistas, aún se necesita mayor difusión de lo que se hace puertas adentro de los laboratorios. Eso es responsabilidad de los científicos y también de los medios. La ciencia debe ser divulgada e informada. En eso, todavía fallamos”.

“Hay que concientizar a las personas y a los colegas para fomentar el trabajo en equipo y multidisciplinario, ese es el objetivo más importante de la ciencia básica aplicada en la actualidad”, concluyó.
 


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