“Lo que dijo Duhalde es un insulto a la memoria de Darío y Maxi”

Federico Orechiani, compañero de militancia de los jóvenes asesinados en 2002, apuntó contra el ex presidente y reiteró al denuncia por complicidades políticas en sus muertes





En las últimas horas, el ex presidente de la Nación Eduardo Duhalde realizó unas polémicas declaraciones en las cuales afirmó que durante su gobierno “hubo un solo lesionado y fue un policía”.

Estos dichos generaron una gran molestia entre los familiares y allegados a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, los jóvenes militantes asesinados el 26 de junio de 2002, en el marco de la represión policial que hoy se conoce como la Masacre de Avellaneda.

“No es la primera vez que Duhalde dice una cosa así. En los últimos años viene con una especie de gimnasia de declaraciones sobre temas complejos y, en general, hace un balance sobre su gobierno como si los argentinos tuviésemos amnesia o una memoria corta, donde todo se olvida rápidamente. Afortunadamente, no es así. La crisis económica social, económica y cultural que vivió nuestro país y la región hace que tengamos memoria”, dijo Federico Orechiani, integrante del Frente Popular Darío Santillán, organización que tomó el nombre del militante asesinado por la policía bonaerense.

El joven remarcó que las reacciones de la sociedad ante las declaraciones de Duhalde han sido “saludables” y sostuvo que existe una “condena social” sobre el ex presidente que debería forzarlo a “pensar dos veces antes de hablar”.

“Nos indigna profundamente lo que dijo y nos parece un insulto a la memoria de nuestros compañeros. Es una muestra del cinismo que comparte con gran parte de la dirigencia política”, sostuvo Orechiani en diálogo con “Puente urbano” por Radio Arinfo.

En relación a la afirmación de Duhalde de que el asesinato de Kosteki y Santillán fue fruto de “una locura del personal policial”, el militante recordó: “En la previa de ese 26 de junio, los voceros mediáticos del gobierno ya generaban un clima que allanaba el camino para la represión. Era inevitable disciplinar la protesta social por varias razones: el FMI exigía mayor control social para prestar dinero y había un sector del capital concentrado y de los grupos económicos que también lo pedían. Duhalde fue quien peor y mejor, de alguna manera, cumplió con ese papel”.

“La represión fue parte de una acción planificada. Se hizo un juicio que terminó con un comisario de la bonaerense preso, en un hecho inédito en la historia argentina, con otro cabo en prisión y con cientos de procesados. Se demostró que había una cadena de mano que partía de la SIDE, que tiene mando político desde el ministerio de Seguridad de la Nación. Cinco fuerzas actuaron en conjunto y por eso cuesta creer que el presidente no estaba enterado de lo que pasó. Es claro que hubo responsabilidades políticas”, reiteró.

Orechiani compartió lo expuesto por el padre de Darío Santillán, quien dijo que las declaraciones son fruto de la impunidad que le dio la justicia que nunca lo llamó a declarar.

“Se van a cumplir 12 años de la masacre de Avellaneda y son muchas las pruebas que dicen que hubo un mando político en la represión. Sin embargo, no ha sido citados a indagatoria ninguno de los personajes que señalamos”, planteó el militante.

Y, ese sentido, añadió: “Hay un manto de impunidad relacionado a la Justicia y al Poder Político. Deberían investigarse unos a otros y escarbar en cuestiones que no les convienen porque hay que ir al seno del aparato del partido justicialista. Son poderes muy grandes ante los que es difícil avanzar”.

Finalmente, Orechiani habló con Radio Arinfo sobre el proyecto de “Ley anti-piquetes” que quiere presentar el oficialismo nacional: “La protesta social es la madre de todos los derechos. Yo me pregunto cómo se define qué protesta es legítima y cuál no. ¿Lo hace la policía, la Justicia?. ¿Cómo se mide qué un derecho es más importante que otro?. Pensar una ley que reglamente un derecho histórico y fundamental es complejo”.

“Hay un sector de la derecha que habla de seguridad y de poner más policía en la calle, como si eso solucionara el problema. El gobierno intenta congraciarse con sectores que lo vienen criticando, pero esto tiene que ver con recortar derechos y eso no es saludable. La sociedad es cada vez más desigual y hay que debatir estrategias para incluir, no para excluir. La sociedad siempre debe estar a la izquierda de los que gobiernan y la calle es el mejor lugar para manifestarlo. El pueblo de a pie es el que protagoniza las movilizaciones y las protestas. Tener una visión progresista no tiene que ver con recortar derechos. Hay que aprender de lo que se hizo mal”, concluyó.


 


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