Liliana Herrero: “Cada vez que me subo a un escenario, renazco”

La prestigiosa cantante repasa su rica trayectoria y habla de la importancia del trabajo en equipo. Define a su último disco, “Maldigo”, como “crudo y fuerte





Liliana Herrero es una de las referentes de la música nacional. Con el folklore como territorio, la cantante se ha destacado por sus profundos mensajes y su particular estilo en el canto.

La oriunda de Villaguay, Entre Ríos, comenzó su carrera profesional ya adulta. Su primer disco salió en el año 1987, cuando tenía 39 años y fue producido por Fito Páez.

“En aquel momento yo no entendía por qué, en lugar de cantar en la cocina, debía hacerlo en los escenarios, pero Fito me convenció y vine a grabar un demo en una sala de ensayo que él tenía acá en Buenos Aires. En aquel momento no conseguíamos estudio de grabación para hacerlo ni teníamos el dinero”, recordó.

El músico rosarino había pensado que ese material iba a “volarle la cabeza a más de uno” en las grandes discográficas, pero tal cosa no ocurrió. Es por eso que creó un sello propio y, en su sala de ensayos, grabó el primer y el segundo disco de Herrero, que se llamó “Esa fulanita” (1989).

“Después de eso nos quedamos sin un mango y Fito fue a hablar con una multinacional. Con ella sacamos “Isla del tesoro” y le vendimos el máster, cosa que fue un error. Mis discos son míos, son mi orgullo”, lamentó la cantante.

Para ese entonces, Fito ya había creado su sello “Circo beat” y Herrero pudo grabar el resto de su discografía allí.

En 2013, la entrerriana lanzó “Maldigo”, en co-producción artística con Lisandro Aristimuño. “Él aportó muchas ideas e hizo arreglos en canciones como “Casamiento de negros” de Violeta Parra. Fue a todos los ensayos y tuvo una actitud muy hermosa con este disco. Se involucró mucho con el material y conmigo”, reconoció la artista.

En diálogo con “Del espesor de la experiencia” en Radio ArinfoPlay, la folklorista recordó a otros prestigiosos músicos que colaboraron en sus discos como Ernesto Snajer, Diego Rolón y Fernando Cabrera, entre otros.

“A mi me gusta convocar a otros músicos para que estén entre adentro y afuera del disco. Eso es para tener una ayuda y una mirada muy interesante. Aún así, siempre terminaron cantando, tocando y haciendo su experiencia en los discos, algo que fue maravilloso”, señaló Herrero.

Y, agregó: “Eso es algo que me enriquece. La música es una conversación, es un diálogo exquisito, profundo, serio y responsable. Siempre me estimuló compartir con músicos inscriptos en diversas tradiciones”.

“Yo trabajo en equipo cuando hago un disco. Primero tengo un momento de soledad para escuchar distintas músicas, no necesariamente folklore. Luego, agarro un cuaderno y comienzo a escribir cosas. Finalmente, empiezan los ensayos con todo el grupo y ahí está lo lindo, porque aparecen las ideas. Es muy maravilloso lo que se produce, es una conversación”, remarcó.

La cantante, de 65 años, también habló sobre cómo elige sus canciones: “A mí el género no me interesa, sino que un tema sea bueno. Lo fundamental siempre es que me interese cantar esa música, ese texto y esa melodía.  Yo tengo que encontrarle la vuelta a cada canción, para no escuchar lo mismo que en la original: lo paso por mi zaranda para sentirme cómoda al cantarla”.

Durante toda su carrera, Herrero ha grabado temas de Miguel Abuelo, Atahualpa Yupanqui, Teresa Parodi y León Gieco, entre otros. “Nunca nadie me dijo que no le gustó m versión, así que por ahora voy bien”, dijo con humor.

En entrevistas previas, la cantante definió a “Maldigo” como un disco cuyo peso emocional es difícil de sostener en el escenario.

“El disco es muy fuerte y me di cuenta de eso cuando lo presenté en La Plata. Fue muy difícil. Una cosa es grabarlo en el estudio, pero hacerlo sobre el escenario es distinto. Pensé que no lo iba a poder soportar”, admitió a Radio ArinfoPlay.

La folklorista no quedó conforme con ese concierto de presentación ya que, desde su punto de vista, no tuvo la intensidad de otros: “Si a mí no me deja conforme, no me alcanza que a la gente le guste el show. Yo sé cuando un concierto no está bien y sé perfectamente lo que quiero oír. Lo que no me deja conforme, yo lo vuelvo a hacer”.

“Cada vez que subo a un escenario, yo renazco”, recalcó Herrero, quien en los últimos meses debió parar con los conciertos en vivos por el ACV que sufrió su marido, el titular de la Biblioteca Nacional Horacio González, quien ya se encuentra recuperado.

Todas las canciones de “Maldigo” fueron grabadas en vivo con la banda en el estudio: “Canté a la par de los músicos y esa fue una experiencia muy interesante. Esa intensidad no se logra más que en el vivo y se puso trasladar al disco”, aseguró.

“Este es un disco muy crudo. El título no habla de maldecir a alguien o de ser ofensivo, sino sobre cómo enloquezco con el canto. Mi modo de cantar no está atado a las formas convencionales ni a la afinación. Cantar es una búsqueda del momento, no me gusta adecuarme a los modelos”, concluyó.

 


Escuchá "Del espesor de la experiencia" los jueves de 18 a 19 hs. por www.arinfoplay.com.ar 

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