¿Pueden convivir las artesanías y el diseño?

El colombiano Edward Francisco Barragán Martínez se dedica a integrar estas disciplinas. Claves y recomendaciones





Al recibirse de diseñador industrial, el colombiano Edward Francisco Barragán Martínez comenzó a trabajar en una carpintería que se dedicaba a la producción en serie de elementos. Pero, ni bien tuvo la oportunidad de involucrarse en la temática el diseño aplicado a la artesanía, se enganchó y ya no volvió a su anterior labor.

Actualmente, Barragán Martínez reside en Ecuador y dedica a su vida a difundir técnicas para aplicar el diseño a la artesanía. De esa manera, desarrolla nuevas colecciones y líneas de producto innovadoras, siempre con identidad latinoamericana. Esto se logra a través de la intervención en diversas comunidades.

“Hasta hace algunos años los diseñadores cometíamos el error de imponer criterios sobre ergonomía, formas y tendencias pero, gracias a la experiencia y al contacto con los artesanos de las comunidades, eso se ha superado. Hoy desarrollamos procesos participativos”, destacó el diseñador.

Barragán Martínez explicó que, antes de comenzar el trabajo con una comunidad, el diseñador debe investigar y empaparse de la cultura material e intangible de los lugareños. Además, tiene que buscar una propuesta que pueda lucirse, pero siempre escuchando otras opiniones. De esa manera, el artesano será el que siempre tome las últimas decisiones, con el fin de que pueda “sentirse dueño de su proyecto”.

El objetivo principal de los diseñadores que ingresan en este mundo es el de poder meter a los artesanos en la dinámica de la demanda y de los consumidores. Estos últimos requieren ciertos elementos, cromáticas y texturas. Los profesionales procuran poner al día a los artesanos sobre estas cuestiones.

“Siempre cuesta romper el hielo porque los grupos artesanales tienden a ser herméticos. Ellos creen que nosotros llegamos a enseñarles cosas sobre algo que ya hacen. Por eso estamos obligados a dejar en claro que ellos son los que saben manipular los materiales con sus técnicas”, puntualizó el colombiano en diálogo con “Manos de artesano” por Radio Arinfo.

Muchas veces, los artesanos son renuentes al cambio y prefieren continuar con las cosas como ancestralmente las hacen por legado de padres y abuelos. “En ese caso, buscamos generar un intercambio para que tengan confianza y, a la vez, abran su mente hacia lo que ocurre afuera con la demanda de los consumidores”, precisó Barragán Martínez.

El diseñador sostuvo que la idea fundamental de este intercambio es que el producto artesanal funcione a nivel comercial, que se genere un acercamiento entre los artesanos y lo que ocurre en el mundo.

Barragán Martínez trabajó durante muchos años con una entidad de su país llamada “Artesanías de Colombia”, por la cual diversos diseñadores hacen intervenciones de 15 días en comunidades. Él fue a Barichara, una localidad cuya especialidad es la talla en piedra.

Logró una afinidad tan fuerte con su comunidad artesanal y desarrolló tal conocimiento de su rica cultura que se fue a vivir allí y los resultados “fueron maravillosos”.

“Logramos una colección de productos donde la talla en piedra se combinó con otros elementos como madera o piedra. Los artesanos combinaron sus técnicas, materiales y oficios. Hubo una gran respuesta en las exposiciones”, sostuvo.

Y, agregó: “la experiencia fue un motor de cambio. Hoy en día es natural en el Barichara que ocurran este tipo de experiencias. Ellos continuaron por sí solos, no se generó una dependencia”.

Finalmente, el colombiano habló con Radio Arinfo de las claves para lograr un intercambio fructífero entre artesanos y diseñadores: “Es importante que exista un tiempo previo de investigación por parte de estos últimos para empaparse de la cultura de la comunidad. El diseñador debe llegar con un muy buen bagaje y con conocimientos previos. Se debe lograr romper el hielo y compartir las cosmovisiones para lograr una confianza absoluta entre ambos equipos. Eso logrará que las ideas fluyan de manera rica”.

“Además, el diseño debe ser participativo. El diseñador no debe ser impositivo ni creerse dueño del conocimiento. Él es parte de un proceso iniciado hace años por los artesanos, por lo que solo debe aportar. Los equipos de trabajo deben ser interdisciplinarios. Hay que tener la capacidad de dar apertura a colegas que puedan complementar la tarea. La idea es que las técnicas artesanales evolucionen con el tiempo y se mantengan vigentes”, concluyó.

 


Escuchá "Manos de artesano" los lunes de 12 a 13 horas porwww.arinfo.com.ar

 


 
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