Todo lo que necesitamos saber sobre la donación de órganos en Argentina

El INCUCAI es el organismo encargado de regular los trasplantes a nivel nacional. Quiénes pueden donar, cómo se confecciona la lista de espera y más…





En la Argentina el primer trasplante de corneas se hizo en el año 1928, en el hospital Rawson. Recién en 1957 se tienen registros del primero de tipo renal. Hasta ese momento, no existía un organismo específico que regulara esas prácticas médicas.

Con el paso de los años, se fueron sumando diversos equipos y posibilidades para realizar distintas prácticas de trasplantes, hasta llegar a nuestros días. Este desarrollo y avance fue el que requirió la creación de una entidad estatal pudiese regular y obtener los órganos. Así, en 1977 se creó el CUCAI, que con los años pasó a llamarse INCUCAI (Instituto Nacional Central único Coordinador de Ablación e Implantes).

Actualmente, en la Argentina se hacen los mismos trasplantes que a nivel mundial: de riñón, páncreas, hígado, intestino, pulmones, corazón, tejidos, huesos, piel, corneas, válvulas de corazón y médula ósea. Esta última siempre es proveniente de donantes vivos.

“Hoy en día existen centros y equipos de trasplante distribuidos en todo el país. Ese es uno de los principales trabajos que se hizo con los años para que las personas no debieran trasladarse a la Ciudad de Buenos Aires. La idea era que las personas no tuvieran que irse de sus lugares ni separarse de sus afectos y de sus cosas”, explicó la Licenciada Roxana Fontana, Jefa del Departamento de Comunicación del INCUCAI.

En nuestro país, el órgano que más se trasplanta es el riñón y es la lista de espera que tiene mayor número de personas. Luego, vienen las intervenciones de hígado y corazón.

La edad mínima para expresar la voluntad de donar son los 18 años. Cuando fallece un menor de edad, son los padres o los representantes legales los que deben tomar la decisión y firmar.

“La gente cree que cualquier enfermedad se resuelve con un trasplante y no es así. Se trata de un tratamiento que se realiza frente a la pérdida irreversible de algún órgano. Es el médico especialista el que se da cuenta de eso y hace la derivación a los equipos especialistas en trasplantes para la evaluación del paciente. Este último es el que decide inscribir a la persona en la lista”, planteó Fontana en diálogo con “Aquí la 13” por Radio Arinfo.

Luego, continuó: “Para inscribir a un paciente en la lista de espera debe haber un equipo que evalúe al paciente y que registre todas sus características, al igual que una historia clínica, en un sistema informático del INCUCAI”.

La encargada de Comunicación del INCUCAI desterró algunos mitos respecto a la confección de la lista de espera y al ingreso de las personas en la emergencia nacional: “Los medios siempre ayudan en la difusión, pero no en relación a que un órgano aparezca antes o después. Muchas veces se cree que quien accede a un canal de TV y hace el pedido por ese medio puede obtener el órgano antes, pero la realidad es que la lista de espera se mantiene intocable. Los criterios para que alguien esté en emergencia nacional, es decir tenga prioridad, los establece un equipo médico a partir de resoluciones previamente establecidas en relación a parámetros médicos. Estas resoluciones son públicas y están en la página web del INCUCAI. La lista no es arbitraria ni antojadiza ni la decide un médico solo”

“Más allá de que alguien esté primero o en instancia nacional de prioridad, también se necesita un donante compatible. Las estadísticas dicen que los niños se mueren menos y por eso hay menos donantes pediátricos. Cuando un nene necesita un corazón, debe ser uno de su mismo tamaño. Por eso la situación resulta mucho más compleja”, señaló.

Fontana indicó que, para determinar la compatibilidad de un órgano, se hacen diversas evaluaciones a nivel sanguíneo, de tamaño y de fecha de ingreso a la emergencia. El sexo es indiferente, salvo en el caso del corazón por una cuestión de estructura física.

También remarcó que no todas las personas que mueren pueden ser donantes. El fallecimiento debe producirse en un hospital, dentro de una unidad de cuidados intensivos para poder mantener los órganos en condiciones. Es por eso que solo uno de cada 4 mil fallecidos puede ser donante.

En el caso de que el fallecimiento se produzca dentro de los parámetros establecidos, también incide la edad de la persona. Los tejidos y las córneas son viables en el caso de fallecidos de hasta 100 años. En el resto  de los órganos, salvo en corazón e hígado, el  donante óptimo es aquel que tiene hasta 60 años.

“En relación a la cantidad de personas que expresan voluntad de donar, son más los que dicen que sí. Hay un porcentaje mínimo que expresa lo contrario. Recientemente hicimos una encuesta que arrojó que la población argentina es mayormente donante el problema es que, llegado el momento del fallecimiento, muchas veces no se completan los procesos como debería ser. Es por eso que hoy estamos trabajando fuertemente dentro del ámbito hospitalario”, remarcó Fontana desde los micrófonos de Radio Arinfo.

Asimismo, expresó: “Estamos convencidos de que lo único que hace que las personas donen es la confianza en la institución. Aquellos que aún tienen dudas deben darnos la oportunidad de aclararlas. Para eso tenemos una línea de teléfono gratuita donde atendemos preguntas sobre la muerte, el respeto a la lista y diversas situaciones que generan resquemor y hacen que la gente decida no donar”.

“En la medida en que haya más donantes, también habrá más oportunidades para quienes lo necesitan. Cuando uno se muere, ya no necesita de sus órganos y otra persona puede vivir a través de eso. Todos tenemos más chances de necesitar un órgano que de ser donante. Hay que trabajar sobre la conciencia y sobre la reflexión colectiva porque todo esto se trata de lazos solidarios dentro de una comunidad”, concluyó.

Más información: 0-800-555-4628 //  www.incucai.gov.ar



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