Feng Shui de la persona: el camino hacia la armonización energética

Se trata de una técnica que vincula características individuales con los elementos dela naturaleza con el fin de lograr un bienestar





Muchas personas conocen al Feng Shui como una técnica ancestral china que se aplica en ambientes y hogares con el fin de lograr una armonización del espacio, sin embargo, pocos saben que sus técnicas también pueden ser utilizadas a nivel personal.

“El Feng Shui de la persona estudia las energías con las que un individuo ha nacido y, en base a eso, se busca la manera de armonizarlas”, explicó Viviana Bergmann.

La especialista precisó que, para determinar la energía de una persona, se debe prestar atención a su fecha de nacimiento.

“En base a eso, se hace un cálculo para ver qué energía le corresponde a la persona y con qué elemento se relaciona: el agua, la madera, el fuego, la tierra o el metal. A partir del funcionamiento de cada uno de ellos, podemos determinar el temperamento y las tendencias emocionales y psicológicas del individuo”, señaló en diálogo con “La hora positiva” por Radio Mente Libre.

Bergmann aseguró que cada persona nace con dos energías y que es necesario ver cómo interactúan entre sí para poder hacer un diagnostico. En ese sentido, indicó que siempre hay una energía que “le gana” a la otra.

Si alguien tiene una energía con exceso de fuego. Es explosivo, rápido, impaciente, irritable y nervioso. Le podemos recomendar que haga natación ya que el agua será un sedante natural para esa persona.

“La energía de metal, por ejemplo, hace que una persona sea estática, estable, que no cambie fácilmente y que no sea impulsiva. Se trata de individuos estructurados, rígidos y de principios”, detalló la especialista y consideró que, con el fin de armonizar a estas personas que tienen una energía “de anciano”, se les puede recomendar volcarse a lo artístico o realizar un viaje de mochileros.

La energía de la madera es opuesta a la del metal: “Son personas desestructuradas, dispersas, que se salen de al rutina y que se vuelcan a la creatividad. Es la energía del adolescente”.

Bergmann, quien proyecta hacer un libro que enseñe a conocernos a nosotros mismos y a los otros través de esta técnica, planteó que existe una correlación entre la energía propia y los hábitos cotidianos, como la alimentación: “Hay una alta tendencia a que la gente con más energía material se incline hacia una alimentación con hidratos de carbono y carne. La gente con energía de agua, por el contrario, es más espiritual y suele buscar lo sano o lo orgánico”.

“Equilibrar las energías requiere de una cuestión de creatividad. A veces una persona tiene dos energías que se llevan mal entre sí y, si eso sucede, puede aparecer una tercera que funcione como equilibrante.  Entonces, si a una persona la equilibra el elemento tierra, se le puede recomendar, por ejemplo, que haga jardinería”, sostuvo la también terapeuta de Flores de Bach desde los micrófonos de Radio Mente Libre.

Finalmente, reflexionó: “Los desequilibrios de energías pueden llevar a problemas a nivel emocional y la acumulación lleva al desborde. Es por eso que hay que canalizar las energías haciendo actividades o adquiriendo hábitos que nos saquen de la rutina. Cuando uno hace conciencia estas cosas, llega la sanación”.



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