¿Puede traer problemas la educación en el hogar?

Un análisis sobre las consecuencias que podría tener la decisión de sacar a los chicos del sistema escolar tradicional  





Cada vez más padres deciden que sus hijos no vayan más a la escuela o que directamente no inicien su vida escolar en un establecimiento tradicional. En ese marco, se impone una educación en el hogar que no siempre es beneficiosa para los más chicos.

“La situación es compleja y por eso hay que analizar qué es lo que sucede familia por familia”, planteó la psicopedagoga Martha Susana Beck.

En ese marco, explicó: “La función principal de la escuela es ser socializadora y permitirle a los chicos el ingreso en el sistema. Eso implica salir de las normas de la casa, para ingresar a las normas del afuera, las sociales”.

“Hay casos especiales, con situaciones particulares, por las cuales se elige esta opción de  educar en casa a los hijos, algo que implica muchísima mayor demanda a la familia. Debe haber más disciplina, mayor constancia para poder educar a los hijos y brindarles la instrucción de la formación académica. Tener a los chicos en casa todo el día y ocuparse absolutamente de todo lo que requiere su educación implica muchas cosas”, sostuvo la especialista.

En diálogo con “Mamás con aire de radio” por Radio Arinfo, Beck habló de los posibles problemas que podría traer la no concurrencia a un establecimiento educativo formal: “Algunos padres que educan a sus hijos en sus casa los mandan a las escuelas a rendir los exámenes libres, pero otros ni siquiera hacen eso. En este último caso rige una especie de vacío legal porque, si bien los padres tienen derecho a elegir el tipo de formación para sus hijos, la educación en Argentina es obligatoria y es un requisito necesario para ingresos laborales o para niveles educativos superiores, como la universidad”.

“Los hijos deben ser autónomos y auto abastecerse en la adultez y para eso deberán trabajar. Además, en caso de quieran concurrir a una universidad, el artículo 7 de la Ley de Educación Superior permite que personas que no hayan terminado el secundario ingresen en ellas, pero solo en casos excepcionales y para mayores de 25 años. De todas maneras, no todas las universidades lo aplican y, si lo hacen, los alumnos deben pasar una prueba de aptitudes y de experiencia para demostrar conocimientos”, agregó.

Más allá de los estudios terciarios y del acceso al mercado laboral, la especialista reiteró la importancia de la escuela como ámbito de socialización: “El ingreso obligatorio se baja cada vez más en edad, hoy es desde preescolar, porque se sabe que para su desarrollo psicológico los niños necesitan de la incorporación de normas que no son solamente las del hogar. Es decir, requieren de la aceptación de otro tipo de exigencias que no son las que ponen mamá y papá”.

“Hay una micro sociedad, que es la familiar, que está inserta dentro un gran sociedad. La manera de salir y aceptar las normas sociales es la interrelación con otros pares, en otro ámbito. La escuela obliga a la adquisición de hábitos, pero en los hogares esta depende de la disciplina que imponga los padres”, concluyó Beck desde los micrófonos de Radio Arinfo.   



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