“El Bullying es la expresión del desequilibrio de poder”

La psicopedagoga María Zysman analiza el fenómeno que se da en los ámbitos escolares cuando un chico somete a otro





El Bullying o acoso escolar es una de las problemáticas que mayor visibilidad ha tomado en los últimos años. Las matanzas en establecimientos educativos de Estados Unidos, que tuvieron su correlato en Argentina con los episodios de Junior o “Pantriste”, dejaron en claro que el maltrato en las aulas es un fenómeno a analizar en profundidad para evitar males mayores.

“La difusión excesiva de la problemática o la no profundización genera mucha alarma en los papás, por eso es importante delimitar qué es bullying y qué no”, planteó la psicopedagoga María Zysman.

En ese marco, aclaró: “El bullying no es sinónimo de violencia escolar, es solo una de sus formas. Es una expresión del desequilibrio de poder que tiene que ver con que un chico somete a otro, que lo intimida, que lo tiene de blanco y que hace todo esto frente a un público, a testigos que lo aprueban y lo festejan”.

La especialista consideró que, para detectar este tipo de violencia, es clave que la mirada adulta esté puesta en ver cómo están los hijos o alumnos, en tener en cuenta si hay cambios en sus estados de ánimo, en sus conductas o formas e aprendizaje y en la dinámica grupal.

“Ante un hecho violento, agresivo o cualquier situación emparentada con el dominio, hay que ver atrás y ver qué pasó hasta ese momento”, señaló Zysman en diálogo con el programa “mamás con aire de radio” de Radio Arinfo.

Es por esta cuestión que  la psicopedagoga recalcó la importancia de hablar con los chicos y escucharlos.

“Para salir del Bullying, en primer lugar, hay que favorecer la posibilidad de hablar. El silencio hace que los chicos lleguen a grados profundos de acoso. Cuando un chico no tiene la certeza de que lo van a escuchar, se calla, entonces, hay que darle el lugar y el tiempo para que hable en la medida en que le vaya saliendo”, consideró.

Además, indicó la relevancia que tienen los espectadores de estas situaciones y sus testimonios: “Hay que dignificar el lugar del que cuenta que un amigo o compañero está sufriendo y trabajar con ellos para que puedan ayudar al que está sufriendo. Los chicos saben cuando estas cosas pasan, pero no se animan a hablar o no lo hacen porque temen el desborde de la madre o del padre”.

Volver llorando de la escuela, enfermarse los domingos a la noche o manifestar dolores de panza antes del horario escolar pueden ser signos que denoten que un niño o niña está siendo víctima del Bullying. Sin embargo, apresurarse a diagnosticar un caso de hostigamiento es riesgoso.

“Es un error porque se va al choque con el colegio. Lo que hay que hacer es decirles a los docentes que al chico le está pasando algo, para que presten atención y ver qué pueden averiguar. Nunca hay que acusar o enfrentar, porque eso no ayuda”, indicó la especialista, quien admitió que estas situaciones suelen angustiar mucho a los padres.

Al detectar una situación de Bullyin, Zysman afirmó que también es contraproducente llamar a los padres del hostigador. “En el mejor de los casos, van a retar a su hijo, algo que va a generar mucha más bronca en el chico, por lo que va a tomar más de punto a la víctima. También podrían defender a su hijo, dando más fuerza al hostigador. Yo recomiendo siempre ir a hablar a la escuela y plantear la situación para intentar trabajar en equipo en la solución”, recomendó.

Sobre el rol del establecimiento educativo, consideró: “La escuela debe tener claro qué es el bullying y cómo incorporarlo a su reglamento, es decir, deben hacer que los chicos sepan cuáles son las actitudes, conductas y hechos a modificar. Para eso hay que trabajar a nivel institución, aula e individual”

“Cada escuela tiene su propia cultura e ideología, por lo tanto, hay que aceptar que no hay una sola receta para todos, pero sí es necesario dejar en claro que el bullying no se tolera, porque es algo inaceptable. Eso es lo primero que hay que transmitirles a los chicos”, reafirmó en declaraciones a Radio Arinfo.

La psicopedagoga recalcó que es necesario educar a los más chicos a través del ejemplo: “A veces hay contradicciones en padres y docentes que dicen que no hay que discriminar o rechazar al diferente  y que luego los chicos ven como estos mismos adultos tratan mal y desvalorizan al distinto. Debe haber un mensaje muy claro y coherente entre lo que uno le dice al chico y cómo actúa en su vida cotidiana en relación al otro”.

Al ser consultada respecto a la violencia entre niños de jardín de infantes, Zysman manifestó que la misma no puede calificarse como Bullying y precisó: “Eso es exclusión, ya que, para hablar de Bullying debemos estar ante un plan estratégico para maltratar o menospreciar al otro. En el jardín se ven las semillas de este, que son la discriminación y la exclusión, por eso el rol y la mirada del docente a la hora de los juegos es fundamental. Este tiene que ver cómo se relacionan los chicos, la dinámica de los roles, a quiénes dejan participar, cómo juegan, etcétera”.

 

Finalmente, la especialista hizo referencia al denominado “Cyber-Bullying”: “Si nos ponemos en un lugar de control, es poco lo que vamos a poder hacer. Hay que construir con los chicos un uso distinto de la tecnología. Por ejemplo, se les puede decir que se imaginen la cara del otro cuando lea lo que ellos ponen o que sepan que, si tienen un problema, nos pueden contar y que por eso no les vamos a contar internet”

“Hay que construir con los chicos un uso responsable: el problema no es la herramienta, sino lo que ellos hacen con eso. Los chicos a veces creen que suben una foto y que no la ve nadie más que los amigos, pero no es así. Hay que enseñarles qué se puede subir y qué no”, concluyó.




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